El escudo de armas tal y
como hoy lo entendemos nace en el siglo XII. Anteriormente, aun admitiendo la
existencia de piezas y figuras en los escudos de los guerreros, no constituían
el blasón propiamente dicho, sino más bien un signo de distinción entre los
combatientes.
INTRODUCCIÓN
ORIGEN DE LOS ESCUDOS
El escudo de armas tal y
como hoy lo entendemos nace en el siglo XII. Anteriormente, aun admitiendo la
existencia de piezas y figuras en los escudos de los guerreros, no constituían
el blasón propiamente dicho, sino más bien un signo de distinción entre los
combatientes.
Los primeros en usar estos signos distintivos son los griegos, quienes en sus
escudos de guerra colocaban símbolos que pretendían representar un ideal,
generalmente de quienes los empleaban, pero la realidad es que sus emblemas no
pasaban de ser puramente personales y que no hasta bien entrada la edad media,
dichos emblemas comienzan a ser el símbolo de un linaje.
También los romanos emplearon símbolos de distinción, pero al no ser
hereditarios carecen del valor que hoy damos a los elementos y representaciones
heráldicas. En el siglo VI, antes de Cristo, se conocen en Europa los primeros
emblemas que se adoptan para significar una relación continua. Se usan y se
emplean exclusivamente para significar símbolos de poblaciones, en tanto que
los emblemas gentilicios continúan siendo puramente individuales. Sin embargo,
en esa misma época, siglo VI antes de Cristo, los griegos inician la
utilización de determinados distintivos de carácter hereditario, sin regla
alguna y por esa razón , como por su variación de unas generaciones a otras, no
es posible admitirlos como símbolos heráldicos.
Los romanos también emplean algunos símbolos y signos, pero todos ellos sin el
carácter heráldico, sino mas bien como símbolos de unidades militares o de
jerarquía castrense o civil. Los invasores germánicos primero, y los árabes
después, concluyeron por destruir en las naciones que las sufrieron, los signos
y símbolos de la simbología gentilicia, salvándose únicamente, y no siempre,
los de las ciudades, por ello es preciso considerar que, el blasón, como signo
de distinción familiar, se perdió completamente -admitiendo que alguna vez los
hubiera- en la alta Edad Media con motivo de las grandes invasiones que sufrió
Europa, y fundamentalmente la cuenca mediterránea, en donde pudieran haber
existido en sus varios y distintos aspectos.
Finalmente entraremos a
conocer el origen del “Escudo de Armas de la República de Colombia” y su
evolución a través del tiempo hasta
llegar al escudo actual con que hoy
contamos; paralelamente ahondaremos un
poco sobre creación del escudo de la Policía Nacional, su simbología heráldica
y precepto que lo crea..
SIGNOS Y SÍMBOLOS
I
PREHISTORIA
SIGNOS
Y SÍMBOLOS
Desde la existencia del ser humano este sintió la necesidad de comunicarse con
los demás, al principio utilizó unos ideogramas para representar ideas
completas y poder ser comprendido.
El símbolo nace por la necesidad de representar algo más
trascendental que una simple idea, es posible que al principio fuesen amuletos protectores, o efigies de las
deidades a las que se consideraba necesario poder halagar para alcanzar esa
protección. Estudiaremos un poco los
Amuletos Egipcios.
Amuletos Egipcios
De entre todos los
objetos mágicos usados por los antiguos egipcios, los amuletos eran con mucho
los más populares. A juzgar por el número de ellos que se han encontrado en las
excavaciones, los llevaba prácticamente todo el mundo. Muchos amuletos estaban
perforados para enhebrarlos en collares, pectorales, pulseras, anillos y casi
cualquier tipo de adorno personal que usaran los egipcios.
Una de las palabras que
tenían para designar los amuletos era "udjaou", que significaba también "redondo" o "completo"; a veces se
empleaba también la palabra "mekt" o "protector", lo cual sugiere en ambos
casos la función de los amuletos. ara fabricar los amuletos empleaban casi
cualquier material disponible. Los mejores eran los de piedra: lapislázuli,
carnalita, turquesa, feldespato, serpentina o esteatita. Y también eran apreciados
los de metal, los de oro por supuesto, pero también los de cobre, bronce y
hierro. Los tuvieron de madera y de hueso. Pero el material más empleado, con
mucho, en la elaboración de amuletos fue la loza, que amasaban de cuarzo molido
o arena con elevada proporción de cuarzo y cocían en hornos especiales para
obtener la superficie vidriada. Estos amuletos de loza se fabricaban a miles en
talleres de todo Egipto.
La primera fase de la
producción en masa era la construcción del molde. Se elaboraba un prototipo de
algún material duradero, como la piedra, y luego imprimían esta pieza sobre una
pella de barro. Cocida al horno, ésta se endurecía y podía servir de molde para
fabricar los amuletos. Por lo general se necesitaba que el amuleto tuviese un
agujero para enhebrarlo. Para ello empapaban de masa de cuarzo un trozo de
cuerda y atravesaban con éste la pieza puesta en el molde. Al cocer la pieza en
el horno la cuerda se quemaba y dejaba el agujero.
La forma de los amuletos
obedecía a tradiciones estrictas y seguramente los sacerdotes supervisaban la
fabricación. El papiro McGregor da una lista de 75
amuletos con sus nombres y su utilidad. Este papiro forma parte del Libro de
los Muertos y por tal razón especifica que los amuletos se hagan de oro,
probablemente porque el metal precioso no se oxida y sería, en consecuencia, el
más idóneo para proteger al difunto durante toda la eternidad.
El más abundante de los hallados en las excavaciones es el ojo de
Horus, versión muy estilizada
del ojo del dios halcón. El ojo de Horus era también un importante amuleto
funerario.
El amuleto en forma de ankh todavía goza de
popularidad en nuestros días. Esta palabra significa, además de
"vida", "espejo de mano". Tutankamón tenía un espejo en forma de ankh y
cualquiera de sus contemporáneos habría entendido la alusión. Pese a su
frecuente aparición en pinturas y esculturas, el ankh no
fue en realidad muy usado como amuleto, siendo relativamente escasos los
hallados en las excavaciones.
Quizás la razón de que
el ankh no fuese más popular
como amuleto es que existía otro para la misma función: el escarabeo, labrado en forma de Scarabeus sacer, coleóptero que ha
recibido su nombre de aquél. Los egipcios eran muy aficionados a los juegos de
palabras y los jeroglíficos que designaban el escarabajo, que se pronunciaba kheper, también podían
significar "existir", así que si uno llevaba un escarabeo podía estar seguro de
que viviría mucho tiempo. Otro motivo de la especial consideración que merecía
el escarabajo a los antiguos egipcios era la creencia de que procreaba sin la
unión de macho y hembra. Este error se debía a que nunca los habían visto copular.
Después de la fertilización la hembra pone los huevos en un poco de estiércol y
lo echa a rodar hasta darle forma de pelota. De este modo se asegura la
alimentación de la progenie, y como esa era la única parte del ciclo
reproductivo que llegaron a observar los egipcios, creían que el escarabajo se
asemejaba a su dios Atum en lo de tener hijos
sin el concurso de una pareja femenina.
Los escarabeos se fabricaban de
diferentes materiales, de los cuales los más comunes eran la loza, la piedra y
el oro.
Otro tipo de amuletos al
que pocas veces se alude ya que nadie sabe a qué objetos representan ni cómo se
usaban, son las bolas de barro conteniendo objetos mágicos. Estos curiosos
fetiches se encuentran sólo en las sepulturas, por lo que se supone que servían
a algún tipo de función protectora para el difunto, sin que se sepa exactamente
cuál.
Amuleto de Esfinge
Encontramos varias referencias de amuletos con la forma de esfinge, aunque toda
su variedad, nos muestra que este tipo de representaciones pretende aunar las
cualidades del protome representado, y la del
cuerpo de león. Aquí algunas muestras del British Museum:
Batalla Ejército Egipcio
Amuleto Pilastra o pilar Dyed
El Pilar Dyed, o Djed simbolizaba la
"estabilidad". Pudo representar la columna vertebral del dios Osiris,
un árbol, un poste conformado por gavillas de grano atadas, etc. Es uno de los
símbolos más reproducido en la mitología egipcia, aunque se desconoce el objeto
que representa realmente.
Raymond
Faulkner ve el Djed como "un objeto de
culto parecido a un tronco de árbol con las ramas podadas-horizontales,
consagrado a Osiris, Ptah y Sokar. Interpreta el
significado de su uso jeroglíficamente como "estable",
"duradero".
Alan Gardiner sugiere que representa
"una columna imitando un haz de tallos atados” Sin embargo, describe su
jeroglífico, concretamente, la sección superior de la Djed, como "vértebras”
representadas convencionalmente.
Según Wallis Budge, el Djed es el símbolo más
antiguo de Osiris, y simboliza su columna vertebral y su cuerpo en general.
Afirma que originalmente Osiris fue probablemente representado por un Djed solo, y que no tenía
otra forma. Considera al jeroglífico Djed
como una representación convencional de una parte de la columna vertebral y le
da su significado como "sea estable, que sea permanente, permanente,
establecido firmemente, aguantando”.
Como ultima referencia, Flinders Petri lo denomina Zad, le da el número 85 de
su clasificación y establece que originariamente serian las columnas que
soportaban el cielo.
Uso del Escudo en el
Terreno Militar
En
el terreno estrictamente militar, además de la búsqueda de protección a través
de talismanes mágicos, se utilizaron otros signos indicando las hazañas
realizadas por quienes ostentaban determinada imagen en su escudo. Se trataba
de especie de comunicación con el adversario, como una carta de presentación
para así infundir cierto pavor.
La figura en el escudo
podía identificar individualmente al guerrero o en su defecto un mismo signo
identificaba a todo un ejercito ejemplo: las cruzadas, los espartanos, etc.
(Los cuales veremos más adelante).
Pieles de animales- símbolo de poder
Además del simbolismo
de los escudos, con este mismo fin se utilizaban pieles de animales como
trofeos, indicando al mismo tiempo que al matar a esa fiera, habían obtenido
que la fuerza, la astucia y toda la esencia del animal se hubiera transfundido
a ellos mismos.
En esta imagen podemos ver a Hércules en uno de sus famosos trabajos, luchando
contra la hidra de siete cabezas, y ostenta como trofeo, la piel del león de
Nemea.
seguidamente observamos una imagen con el torso de un guerrero ibérico, ostenta una protección que indica el
animal totémico de su poseedor, demostraría protección y aviso a sus oponentes.
Por último las imágenes, colores, penachos, etc. Tenían un doble significado:
a) Ser reconocidos por los aliados en el fragor de una batalla.
b) Indicar la dignidad ostentada dentro del ejército.
Símbolos corporales
También se utilizaron
símbolos muy esquemáticos, impresos mediante improntas realizadas por sellos de
barro cocido impregnados en una pintura y que permitían reconocer a los
miembros del mismo clan. De este estilo son las célebres pintaderas canarias, y
cuyo uso se dio en todo el Mediterráneo y otras partes del mundo.
Si los amuletos, trajes
y las divisas tenían el objetivo de mostrar la categoría del guerrero, también
había otros distintivos que actuaban como marcadores de rango, tales eran los
peinados, los tintes corporales o los ornamentos de prestigio.
Los dibujos corporales expresaban el estatus, la
familia o la tribu a la que pertenecía la persona que lo llevaba.
por ejemplo la tribu
maorí utilizaba la pintura corporal como arma de guerra debido a que pensaban
que así podía asustar a sus enemigos (a diferencia de los egipcios que
solían pintarse el cuerpo por que pensaban que la pintura se convertía en una especie
de talismán para prevenir enfermedades) dicha pintura fue evolucionando
creando distintos tipos de tatuajes maoríes hasta llegar a los que conocemos
hoy.
Maorí se refiere al
nombre de los primeros habitantes de Nueva Zelanda o Aotearoa, tierra de la larga
nube blanca y de su lenguaje, el idioma maorí.
La palabra maori significa
"normal"; "ordinario". En leyendas y otras tradiciones
orales, la palabra distinguía a los seres humanos mortales de las divinidades y
los espíritus.
El tatuaje (o moko) es
una de las expresiones artísticas más importantes para este pueblo indígena.
Muchas veces las técnicas que se utilizan reproducen las que utilizaban sus
antepasados para decorar su cuerpo, fundamentalmente sus rostros.
Estos dibujos faciales
expresaban el estatus, la familia o la tribu a la que pertenecía la persona que
lo llevaba. En el relieve, el arte maorí hace gala de toda su habilidad
técnica. La figura humana, aislada o en grupo, se destaca sobre un fondo de motivos
geométricos calados, el rostro se caracterizaba por una gran boca, de la que
suele salir una lengua triangular, con el labio superior muy arqueado, en forma
de ocho. La decoración de motivos curvos y en espiral, junto con la figura
humana, aparece en las partes talladas de las piraguas y en los tatuajes
faciales o mokos.
Los
peinados como marcadores de rango. (Indios Aztecas)
El análisis de los
peinados y su vinculación con la guerra es un tema de indudable interés, aunque
no existen trabajos específicos sobre dicha cuestión. Igual que estaba regulado
el largo de la ropa, el uso de las sandalias o las divisas, el tipo de peinado
también guardaba una estrecha relación con los diferentes grados y unidades
militares a las que se pertenecía. Estudiosos de los Indios Aztecas, como el
padre Sahagún, en su libro octavo, dice que hasta los diez años los niños
Aztecas llevaban el pelo corto, a partir de ese momento dejaban crecer un
mechón en el cogote que llamaban mocuexpaltía. A los quince, edad en la que solían ingresar en el telpochcalli, el largo mechón se
llamaba cuexpalchicácpul e indicaba que todavía
no habían destacado en las lides guerreras pero, cuando realizaban la primera
captura, aunque fuera entre varios, «quitavan la bedixa del colodrillo, dexávanle una bedixa sobre la oreja derecha
que le cubría la oreja a solo un lado», haciendo saber a toda la comunidad, a
través del peinado, que habían realizado su primera hazaña, o, por el
contrario, si el novato había ido a la guerra hasta tres veces sin conseguir
ningún prisionero, le dejaban el mechón en el cogote como símbolo de su
ignominia. A partir de la primera captura, en el mechón largo iban colocando
sus distintivos de cintas, plumas y borlas a medida que aumentaba su prestigio
militar.
En algunos códices
aparece un peinado denominado temillotl que se vinculaba a los guerreros aztecas que habían
realizado cuatro capturas. Este peinado consistía en recogerse parte o todo el
cabello sobre la cabeza, y también aparecen con él los tlatoque y se mantiene en los
códices coloniales vinculado a los guerreros de éxito. Sin embargo, el peinado
que todo guerrero deseaba era el de los grupos de elite más agresivos: los
valerosos cuachic o rapados quienes en
señal de su «alto valor y valentía traían trenzada la cabeza con un cuero
colorado un manojo de cabello detrás del colodrillo y a los lados de la cabeza
tresquilado». Por eso, cualquier
guerrero quería emularlos y si había «prendido dos o tres le tresquilaban como
a cuachic, con
una cresta de cabello y detrás su trançado para atarle plumería rica».
Los guerreros tequihua que para Durán eran los
águilas o jaguar, cuando lograban ese grado tomaban «los
cabellos de la coronilla, medio a medio de la cabeza, y trenzábanselos con una
trenza colorada y, con la misma trenza, le ataban juntamente un plumaje de
plumas verdes y azules y coloradas, y de la lazada salía un cordón que colgaba
a las espaldas, y, al cabo de él, una borla colorada»
El guerrero otomí era
tan estimado como los anteriores y, por lo tanto, también «traía
trancado un manojo de cabello en el colodrillo con cueros diferentes de venado
teñidos» y cortado a navaja «un
dedo o dos por encima de las orejas, con una tresquilla redonda, hecha a navaja».
Como observamos, el
valor del cabello siempre aparece relacionado con una parte específica de la
cabeza: la coronilla. Ésta era muy significativa en la cultura azteca, ya que,
según sus creencias, en ese lugar residía el tonalli o la fuerza vital del individuo. El poder comunicador del
peinado era tal que también se utilizaba como señal de castigo y cuando el
ejército volvía derrotado, todos los guerreros eran rapados para eliminar
cualquier rasgo representativo de su valor.
EL ESCUDO COMO ARMA DEFENSIVA, ESPEJO DE
SU POSEEDOR
El escudo del guerrero
se convirtió en el gran soporte de la heráldica debido a las posibilidades que
ofrecía por ser una superficie plana y permite ser visto por los enemigos.
Aunque no podríamos decir que es un invento particular de una determinada nación.
Se sabe que los griegos utilizaron estas representaciones y además las
trasmitían de padres a hijos. Y aún así no se pueden tomar como
representaciones heráldicas propiamente dichas o tal como hoy las conocemos.
Dado que estas tienen su origen en el siglo XII.
Es la pared que se interpone entre dos fuerzas de choque siendo también el
reflejo de las virtudes de su poseedor. ¿Cuando surge el uso del escudo como
defensa? Justo en el momento que el ser humano descubre que su cuerpo es
vulnerable al desarrollo de armas ofensivas, con el nacimiento de la espada, al
darse cuenta de que los rituales mágicos o los amuletos no son suficientemente
poderosos para asegurarles salir indemnes de una batalla, o simplemente de un
enfrentamiento con un individuo con quien pelea por su comida o por la posesión
de una cueva o por una mujer con la que poder procrear y extender su clan.
LO
DISTINTO COMO SIGNO DE NOBLEZA –NACIMIENTO DE LA HERALDICA
Según el diccionario,
distinguir es hacer que una cosa se diferencie de otra por medio de alguna
particularidad, señal, divisa, etc.
Distinguido según el
diccionario es sinónimo de ilustre, noble, esclarecido.
Unas imágenes, unos
colores, unas plumas en la cabeza, hacen que el guerrero pueda ser conocido de
entre los demás, pero también le hacen ser consciente de que su comportamiento
es observado y le obligan a comportarse de forma notoria o notable y con posterioridad
a esa acción será considerado noble.
El nacimiento de la
Heráldica se produce después de muchos siglos de uso personal o grupal de
símbolos, generando la necesidad de regular su utilización debido a esa
notoriedad, para evitar que un signo distintivo se generalice.
EPOCA
CLASICA
A pesar de que todavía
faltaban muchos siglos para que naciese la Heráldica en la forma que hoy la
conocemos, todas las culturas han utilizado signos y símbolos similares a
nuestra actual heráldica. No es cierto que naciese de forma espontánea. No se
trata de un invento de nadie, sino de la utilización de un sistema de
comunicación distinto y que ha evolucionado con el transcurso del tiempo,
alcanzando su eclosión en el siglo XII.
ISRAEL
Se trata de un pueblo nómada de pastores, como nos cuenta la Biblia, luchan por
la defensa de sus rebaños y luchan por la posesión de la tierra generalmente
habitada por otros, con un sentido muy fuerte de la unión de familia, clan y
tribu. En la zona donde se mueven existe un sentimiento religioso muy fuerte.
Tendremos en cuenta de que Abraham como padre del pueblo judío era originario
de Caldea descendiente de Taré. Este pueblo, es decir la casta sacerdotal de
este pueblo conocía la astrología y practicaba la magia. La interpretación de
los símbolos se encontraba muy desarrollada entre ellos. Bisnieto de Abraham
era José, hijo de Jacob, a quien la Biblia nos lo describe como intérprete de
sueños, por lo que llegó a ser virrey de Egipto. País en el que vivieron muchos
años y que destacaba entre otras cosas por sus Escuelas de Misterios.
Asentados ya en la
Tierra Prometida, se gobernaron por jueces y posteriormente por reyes.
GRECIA
El uso de signos distintivos en los escudos por los griegos se parece más a la
heráldica medieval, debido a la individualidad del guerrero griego, durante esa
época se utilizan símbolos individuales, familiares o de las ciudades. como es
el caso de los hoplitas o ciudadanos incorporados al ejército, versión anterior
a las milicias concejiles castellanas. Aunque la imagen que más ha llegado
hasta nosotros es la del héroe griego, el guerrero individual protegido por los
dioses y de los que ha obtenido sus características, y por tanto las refleja en
su escudo para comunicar a sus adversarios que tengan cuidado con él y de esta
forma les infunde cierto pavor.
Los Griegos y el
simbolismo del Escudo
Las
Polis
Época
arcaica (siglos VIII-VII A.C.)
Era una sociedad rural.
Su fuente de riqueza era la tierra. Las actividades artesanas y comerciales
tenían escasa importancia. Los hombres más ricos eran los grandes propietarios.
Las fincas eran cultivadas por esclavos, jornaleros o aparceros, sujetos a la
autoridad del dueño de la tierra. La unidad política era la polis. Se trataba
de un grupo humano independiente que controlaba un territorio entre 1000 y 3000
km2. En estas polis el poder lo tenían los grandes propietarios debido a su
fuerza y su riqueza. Con frecuencia se veían mezcladas en conflictos con sus
vecinas. Todos los ciudadanos acudían a la lucha con las armas que tenían. Los
únicos guerreros bien armados eran los ricos propietarios.
Estos guerreros , que se
llamaban a sí mismos aristoi (los mejores) eran los
que gobernaban las polis. El instrumento de su poder político era el consejo
del que solo ellos podían formar parte y que era el que decidía en cada momento
la actuación de la polis. Todos los ciudadanos formaban parte de la Asamblea
pero ésta se limitaba a aprobar lo que el Consejo proponía.
Las tensiones entre
campesinos pobres y grandes propietarios fueron en aumento. La agitación fue
aprovechada por algunos para hacerse con el poder: fueron los tiranos que
gobernaron entre los siglos VV y VI a.C. A veces se dieron leyes para que la
situación no se deteriorase mucho como el caso de Solón(era arconte) que
consiguió abolir la esclavitud debida a deudas impagadas.
Los campesinos medios
descontentos y los ricos comerciantes formaron un frente unido para arrebatar a
los ricos terratenientes su monopolio del poder. Este proceso condujo a la
aparición de las tiranías y en algunas ciudades a un nuevo sistema de gobierno:
la democracia. Esto fue posible ya que en las batallas se impuso un nuevo tipo
de armamento, más barato y ligero, quedando arrinconado el carro de guerra. El
nuevo soldado griego, el hoplita podía ser ya un propietario rural dueño de una
propiedad media.
Cada griego hoplita
tenía una armadura diferente, hecha a medida, y en el escudo colocaba los
símbolos de su familia. Como resultado de la no existencia de un equipo
común, a menudo las tropas amigas no se reconocían.
Ejército Espartano
Por el contrario, los
espartanos tenían el mismo uniforme y la letra griega lambda (Λ) en sus
escudos, en referencia a su tierra de origen,
Lacedemonia (Esparta). El ejército espartano era la fuerza militar de
la ciudad estado de Esparta, una de las más importantes en la historia de la
antigua Grecia. El ejército constituía el pilar principal del estado espartano,
en el cual la primera y principal obligación de sus ciudadanos era convertirse
en buenos soldados.
Sometidos al
entrenamiento militar desde su infancia, los soldados espartanos eran los más
disciplinados, entrenados y temidos de la antigua Grecia. En los momentos de
mayor apogeo de Esparta, entre los siglos VI y IC a.C., estaba aceptado
comúnmente en Grecia el hecho de que "un soldado espartano valía lo que
varios hombres de cualquier otro estado".
EDAD
MEDIA PLENA SIGLO XII
INICIO
DE LA HERALDICA
Se considera el inicio de la Heráldica, en cierto modo como la conocemos hoy a
finales del siglo XI, principios del XII. Con el grito de "Dios lo
quiere", Pedro el Ermitaño, predicó la primera cruzada y las gentes de
armas colocaron la cruz en sus escudos y se lanzaron a la aventura, unos llenos
de fervor, otros en busca de la gloria personal.
Breve
Historia de La Cruzada de Pedro el Ermitaño.
La Cruzada de Pedro el Ermitaño también
conocida como la cruzada popular o de los campesinos. Pedro el Ermitaño fue el
campesino que le dio la idea al Papa Eugenio III. Fue una peregrinación
espontánea popular surgida en respuesta al llamamiento del papa Urbano II en
1095 a la nobleza europea para la invasión y conquista de Tierra Santa.
Liderada por miembros del clero bajo como Pedro el Ermitaño y Walter el
Indigente, fue rechazada por las fuerzas de los turcos selyúcidas en el intento de sitiar
Nicea y siendo exterminados la mayor parte de sus peregrinos antes de alcanzar
Tierra Santa.
Pedro el
Ermitaño recorrió los burgos y
los campos de Italia y Francia predicando la Cruzada a los humildes. Según se
dice, era un hombre de pequeña talla, de faz enjuta, larga barba y ojos negros
llenos de pasión; su sencilla túnica de lana y las sandalias le daban un aspecto
de auténtico asceta. Las multitudes le veneraban como si fuera un santo y se
consideraban felices si podían besar o tocar sus vestidos. Reunió una
abigarrada muchedumbre de 100.000 personas, entre hombres, mujeres y niños.
La mayoría carecía de
armas, otros se habían llevado las herramientas, enseres de la casa y ganados,
como si se tratara de un corto viaje. Atravesaron Alemania, Hungría y los
Balcanes, creyendo siempre que la ciudad próxima sería ya Jerusalén. Saqueaban las
aldeas y robaban el ganado por el camino para alimentarse, por lo que los
gobernantes de las regiones por las que pasaban se vieron obligadas a darles
suministros o a usar la fuerza para librarse de ellos. En algunas ciudades
atacaron a los judíos y sus propiedades. Llegaron a Constantinopla, donde el
emperador griego Alejo I Comneno les facilitó buques
para el paso del Bósforo. A principio de agosto atravesaron el estrecho y
prosiguieron su descontrolado avance. Alejo I había aconsejado a Pedro el
Ermitaño que acampara y esperara a los otros cruzados que provenían del resto
de Europa, pero los lugartenientes de Pedro se impacientaron y decidieron
seguir la travesía, animados por los botines que conseguían en el camino.
Marcharon hacia Nicea con un "ejército" de unos 20.000 integrantes.
En Nicea fueron
emboscados y aniquilados por los turcos selyúcidas el 21 de octubre de 1096. Pedro el Ermitaño y un
reducido número de supervivientes regresaron a Constantinopla, donde esperaron
la llegada de los caballeros cruzados. Esta otra expedición, respuesta a la
misma convocatoria del papa Urbano II, pero organizada desde el punto de vista
militar y social por la nobleza de varias monarquías europeas, recibe el nombre
de Cruzada
de los príncipes y
es la que la historiografía suele denominar habitualmente como Primera Cruzada
.
LA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XII
El nacimiento de la
Heráldica, es un fenómeno difícil de explicar, aparentemente nace por
generación espontánea, cuando realmente debemos observar los cambios que se
inician después del siglo X, para surgir a finales del siglo XI, principios del
XII, con tal motivo se pone como fecha el inicio de las cruzadas, si bien en el
caso de la Heráldica no es lo que la provoca, es un buen caldo de cultivo. Como
en tantas otras cosas, se inicia con el uso para que surja la norma.
En el siglo XII, se
evoluciona en el arte, del románico hacia el gótico, existe una mayor
sensibilidad hacia lo bello. Se afianzan los reinos. Se retoma el conocimiento
de las obras clásicas, mediante las traducciones llevadas a cabo por los árabes
andalusíes. Y algo muy importante en la transmisión del conocimiento, por el
trasvase de gentes que esto conlleva. Las grandes peregrinaciones. Tierra
Santa, Roma, Santiago de Compostela.
LOS CANTARES DE GESTA
Los juglares tratan de ensalzar las virtudes caballerescas,
haciendo que el héroe sea un personaje individual, héroe para aquellos que se
iniciaban en las artes de la guerra.
Roldán y los doce Pares de Francia, Los Caballeros de la
Tabla Redonda y el Rey Arturo, El Cid etc.
EDAD MEDIA PLENA SIGLOS X-XI
LAS MINIATURAS:
EL ALBELDENSE
La Crónica albeldense (Chronicon Albeldense o Codex Conciliorum Albeldensis seu Vigilanus) es un manuscrito
anónimo redactado en latín y finalizado en el 881. En un formato de crónica
histórica, relata pasajes de la historia antigua y de Hispania y supone una de
las escasas fuentes conservadas de estudio del periodo final de la monarquía hispanovisigoda, la invasión y
asentamiento del poder Omeya en la península, y la génesis del Reino de
Asturias.
Junto con la Crónica rotense y la sebastianense, es también referida
como las crónicas alfonsinas.
Se cree que fue
confeccionada por un eclesiástico llamando Dulcidius o Dulcidio, con supervisión
directa del propio rey. Por ello, tiene el sesgo goticista propio de las últimas décadas del Reino de Asturias.
Comienza narrando la
historia de Roma, pasa por los reyes visigodos y, por último, habla de los
reyes asturianos, desde Pelayo hasta Alfonso III.
La primera versión se
acaba de escribir en 881. Más tarde se le añadirían dos grandes párrafos
referidos a los años 882 y 883. La crónica acaba en noviembre de ese año.
El nombre de Albeldense le viene del códice del
monasterio de San Martín de Albelda en Albelda de Iregua, La Rioja, copiado y
continuado por el monje Vigila o Vigilán hasta el año 976. De ahí el nombre de Códice vigilano (Codex Conciliorum Albeldensis seu Vigilanus).
Entre otras
informaciones útiles, el Códice vigilano contiene la primera mención y representación de los
números arábigos (excepto el cero) en Occidente.
La versión más completa
que se conserva de la crónica se encuentra en la Real Academia de la Historia y
es un manuscrito procedente del monasterio de San Millán de la Cogolla que data
del año 951 aproximadamente.
BEATO
DE LIEBANA
Beato de Liébana,
(701?–798), también llamado San Beato, fue un monje mozárabe del Monasterio de
San Martín de Turieno (actualmente Monasterio
de Santo Toribio de Liébana), en la comarca de Liébana (Cantabria), en las
estribaciones de los Picos de Europa. Su obra más conocida es el Comentario al
Apocalipsis de San Juan (Commentarium in Apocalypsin), de gran difusión
durante la Alta Edad Media, debido a su trabajo en el campo de la teología,
política y geografía.
Este códice trata del Apocalipsis, al
parecer este tema tiene su origen en el siglo V, llegó a la Península Ibérica
en el siglo VIII, desde el norte de África. Existen en la actualidad unas 35
copias, pero en que me baso para las ilustraciones es el de San Miguel de
Escalada, que data del siglo X.
En los dibujos se observa que ambos escudos pertenecen
a la misma tipología, forman mediante semicírculos una especie de svástica, muy parecidos a las
figuras de los capiteles de San Millán de la Cogolla.
Podemos ver el mismo
símbolo en esta otra figura, representando a los cuatro vivientes que según
san Victorino y San Ambrosio, simbolizan cuatro aspectos de Jesús: León, venció
el León de la Tribu de David; Novillo –fue ofrecido en sacrificio; Hombre -Hijo
del Hombre; Aguila –subió al Cielo.
Posteriormente la Iglesia, atribuye las cualidades de cada uno de los
vivientes, a los cuatro evangelistas, así tenemos a Mateo con el hombre, a
Marcos con el león, Lucas con el toro y Juan con el águila, este último animal
atribuido a San Juan, quedará en la Heráldica española, conociéndosele como
águila española, utilizándola los Reyes Católicos como soporte de su escudo, y
Venecia toma como su enseña el león de San Marcos.
Tenemos que darnos cuenta de que el hombre medieval recibía las enseñanzas
mediante imágenes (una imagen vale mas que mil palabras) y estaba habituado a
los símbolos que para ellos eran tan reales como cualquier elemento de la vida
diaria. En el año 1025, el sínodo de Arras establece:
"Lo que los simples no pueden captar a través de la escritura debe serles
enseñado a través de las figuras(pictura est laicorum litteratura)".
BEATO
DE SAN MILLAN
En la escriptoría de San Millan, se realizaron trabajos
de gran belleza, como lo es su Beato, o comentarios al Apocalípsis de San Juan, que data
del siglo XI
En la imagen superior, podemos ver que la forma del escudo ha cambiado, la
simbología también ha cambiado, su autor había visto otras armas y otros
escudos. En cuanto a la simbología, nos deja entrever una heráldica incipiente,
pudiendo describirlo perfectamente en la misma forma que hoy se describe un
escudo de armas. Escudo partido, de oro y gules (rojo). Podemos apreciar que
está cargado de unos puntos, del uno en el otro. es decir, el oro, son de gules
(rojo) y en el gules (rojo) son de oro
Nos encontramos ante un escudo más personal, tal vez sea debido a lo que la
imagen representa. "El hijo de la mujer, lucha con la serpiente".
ALTA
EDAD MEDIA
Se trata de la época
inmediatamente anterior al nacimiento de la Heráldica propiamente dicha.
Roma en decadencia, da
paso a que otros pueblos se integren en sus ejércitos, haciendo que se vayan
introduciendo otros símbolos, otras mentalidades.
Por otro lado el
cristianismo se ha ido abriendo paso entre los patricios, aportando también
nuevos símbolos, y Constantino los convierte en símbolos de estado.
De esta forma aparece el
Lábaro (< latín. labărum-i < griego λάβαρον / lábaron) era un estandarte que
usaban los emperadores romanos.
Al convertirse
Constantino al cristianismo, decidió usar como enseña la cruz y el monograma de
Cristo, compuesto de las dos primeras letras (Chi y Rho) de este nombre en
griego (χριστος). Aunque la etimología
del término es discutida, se suele aceptar que proviene de laureum (laurel), tambien hay otros lo asocian al
término céltico llafar (hablar).
ÉPOCA CLÁSICA . ROMA
ROMA
Tanto por los restos
arqueológicos que han llegado hasta nosotros, así como por los documentos,
podemos deducir que la estrategia de los ejércitos romanos se basa sobre todo
en la fuerza que ofrecen las legiones, por tanto los símbolos son los
distintivos de cada una de estas unidades de ejército.
El motivo de adoptar
unas figuras u otras se debía a la fecha de creación de cada una de las
legiones, tomando como su figura representativa, el signo del zodiaco
correspondiente.
Así tenemos que la XIII Gemina Pía Fidelis usaba como emblema un león, y la Guardia Pretoriana, el
escorpión. La III Gemina utilizo el toro, o la II Augusta, el capricornio.
DISTINTIVOS DE ALGUNAS LEGIONES
Estandartes
La historia del
estandarte se encuentra vinculada a la historia de la Heráldica, pasa de ser
una mera señal visual a ser considerado como un símbolo. En Roma, la perdida de
un estandarte se consideraba deshonroso no solo para quien perdía la enseña,
sino para el legado y para Roma. Se dio el caso que para evitar esa perdida
hubo generales que pusieron en peligro su vida.
Antes de que Mario
hiciera del águila el estandarte universal para todas las legiones, estas
tenían estandartes con jabalís, lobos, minotauros, toros y águilas. Parece ser que los cuatro primeros eran
los estandartes para hastati, príncipes, triarii y velites, y que el águila,
siempre el más importante, era para la legión. Las legiones imperiales tomaban
el signo del zodiaco del mes en el que la legión era formada. Algunas legiones
también tenían otros símbolos asociados como el elefante o el delfín.
Aquila: instituido por Mario el
último año del siglo II a.C., fue el símbolo de la legión y era el estandarte
más apreciado. Estaba al cuidado de la primera centuria de la primera cohorte
de la legión. Portado por el aquilífero era el soldado más valiente de toda la
legión. En tiempos de Mario y César, los estandartes eran de plata.
Vexillum: era un pequeño
estandarte con el nombre de la legión o de una unidad, y era utilizado por
unidades que prestaban servicio lejos de su legión. Las unidades de caballería
llevaban un vexillum. Los soldados eran
nombrados Vexillarius.
Signum: cada centuria tenía su
propio estandarte llamado signum. Había dos variaciones, uno con una punta de lanza en lo
alto del estandarte y otro con una mano abierta. Y en su parte inferior unos
discos circulares que probablemente identificaran la centuria y la cohorte a la
cual pertenecían. Los soldados eran los signifer.
Draco: bien avanzado el
imperio un nuevo estandarte llamado draco (de
origen Dacio) fue adoptado por el ejército. El estandarte consistía en una
cabeza de dragón con un cuerpo de tela que se ondeaba con el viento. Algunos
estudios indican que el draco haría un inquietante
sonido cuando el viento pasase a través de el. El soldado que lo portaba era
llamado un draconarius. Tanto la infantería
como la caballería tenían un draco
como uno de sus estandartes.
Soldados en batalla
LOS
GODOS
Con la caída del Imperio Romano, comienza para la Heráldica un periodo oscuro.
Grecia dejó infinidad de imágenes de escudos decorados, Roma también dejó
suficientes obras de arte, mosaicos, estatuas etc.
Los Godos aunque es
cierto que se encontraban muy romanizados, y habían servido en las legiones
romanas, al desligarse de Roma, tienen sus propia iconografía, como podemos ver
en broches, fíbulas, hebillas de cinturón, etc.
La palabra godo se
refiere originalmente a un individuo perteneciente al pueblo godo, uno de los
pueblos llamados bárbaros que tuvo un papel destacado en las invasiones que
acabaron con el Imperio Romano de Occidente. También se aplica a todo lo
relacionado o perteneciente a dicho pueblo, aunque para esto es más usual y
preferible usar el adjetivo gótico.
En este broche que
representa un águila, en el centro hay un circulo en el que tengo la duda si el
orfebre no quiso representar un escudo.
El carácter belicoso de estos pueblos lo manifiestan en la
elección de sus nombres y que modificados, en primer lugar latinizados, han
llegado hasta nosotros como por ejemplo:
Gar-win = García (Lanza atrevida)
Rod-ric = Rodrigo
(Glorioso)
Gund-all-vus= Gonzalo (Guerrero
preparado totalmente para la lucha)
Es raro que con tales nombres no tuviesen sus figuras totémicas en los momentos
de lucha, al contrario que los romanos y los griegos, las tribus del norte
utilizaban un armamento menos pesado, los escudos los hacían de madera y los
recubrían de pieles, por tanto tendremos que figurarnos que las figuras
predominarían las geométricas, con un umbo central y una bloca metálica,
abullonada con clavos para darle mayor resistencia.
Tendrá que avanzar la
Edad Media y una vez asentados, cuando nos vayan dejando vestigios de como eran
en realidad sus preferencias iconográficas, aunque también es cierto que en el
caso de la Península Ibérica, se habían mezclado en gran medida con los hispano-romanos,
y estos también aportaron su parte celtibérica.
Estos capiteles
pertenecen al Monasterior de Suso de San Millán de la
Cogolla, fue edificado en el mismo lugar donde vivió San Millán, y vuelto a
reedificar en el siglo XI, después de haberlo destruído los moros, aunque esta vez lo reconstruyeron los mozárabes
de la zona. Aunque lo que realmente nos interesa son la especie de escudetes
invertidos con símbolos visigóticos. ¿Utilizáron también estos símbolos en sus escudos?
Génesis del Arte del blasón
En este segundo
contexto, pasaremos a hablar de lo que históricamente se denomina el Arte del Blasón. Claro ésta que no pretendo hacer un Tratado de Heráldica,
donde se recojan todos los conocimientos sobre esta ciencia, sino, sobre todo,
un instrumento útil para que aquellos que no saben nada de este antiguo arte,
puedan empezar a entender e interpretar un escudo de armas (como
el Escudo de armas de Colombia) o un emblema heráldico con un mínimo de conocimiento.
Es
sustancial, que antes de ahondar sobre el tema Heráldico y el Blasón,
conozcamos el significado que la Real Academia de Lengua determino para estas
dos palabras, Así:
Heráldico, ca. (De heraldo). 1. adj. Perteneciente o relativo a los blasones o a la heráldica. 2. f. Arte del blasón.
blasón. (Del fr. blason). 1. m. Arte de explicar y describir los escudos de armas de
cada linaje, ciudad o persona. 2. m. Cada figura, señal o pieza de las que se ponen en un
escudo.
Origen de la Heráldica
Esto de la Heráldica, a casi todo el
mundo le suena a cosa medieval, relacionada con los torneos, las justas, la
nobleza, los caballeros de la Mesa Redonda, etc. Y la verdad es que los que así
piensan no andan muy descaminados.
Es difícil determinar con exactitud
cuándo nace la Heráldica en el sentido en que la definía el Marqués de Avilés,
en su “Ciencia Heroyca”, publicada allá por 1725: “el Blasón es el Arte, que con
términos, y voces propias de él enseña en la inteligencia del Escudo de Armas,
la de los esmaltes, figuras, y ornamentos, el orden de componerles con reglas,
y preceptos ciertos, a el modo que le tienen todas las demás Facultades, y
Ciencias”.
Es decir: la ciencia que nos ayuda a
entender y a componer adecuadamente los escudos de armas; o el código de reglas
que permite representar y o describir correctamente los escudos de armas.
Lo que es indudable es que,
desde la más remota antigüedad, las personas y toda clase de colectividades
humanas han usado signos que los identificaran y los distinguieran de los
demás, especialmente en aquellas circunstancias en las que esa diferenciación
se hacía más necesaria, como en el campo de batalla.
Si bien puede considerarse que
existen elementos heráldicos o proto-heráldicos desde hace miles
de años, la heráldica como hoy la entendemos tiene origen medieval y aparece en
Europa occidental alrededor del siglo XII. Los “escudos de armas” se originaron
en esta época por la necesidad de distinguirse los caballeros en el campo de
batalla.
Los emblemas utilizados, que
en principio respondían a la voluntad individual y a la imaginación de su
portador, pronto se hicieron hereditarios y se organizaron en un sistema de
normas y convenciones, con un lenguaje y una terminología propios; especialmente
al quedar su concesión restringida a una prerrogativa real que se ejercía a
través de los llamados “Heraldos”, cuya cabeza visible era el “Rey de Armas”.
Heraldos Griegos |
Nota: “La etimología del
nombre heraldo es bastante controvertida.
Unos
dicen que viene del alemán herald que equivale a soldado
veterano pues antiguamente este destino se daba o era una especie de
recompensa o ascenso para los soldados o militares de muchos años de servicio,
pues que el uso y la experiencia de los hechos de armas los hacia más a
propósito para el estudio de esta ciencia, que de ellos se
llamó heráldica.
Otros
quieren que se derive del latín heros, de donde suponen que el arte de los
heraldos es la ciencia heroica.
Hay
también algunos que opinan que el nombre heraldo equivale
a señor, caballero armado, etc.”
De este origen medieval y militar es buena prueba la denominación del elemento esencial de la heráldica: el “escudo”, ya que era sobre este elemento defensivo sobre el que se pintaban los emblemas elegidos por los caballeros u otorgados a éstos por los soberanos. Más tarde su uso se extendió a toda clase de soportes: telas, joyas, fachadas de las viviendas, cuadros, monumentos funerarios, etc.
Precisamente una de las utilidades
que hoy en día tiene la heráldica, aparte de la de facilitar unas normas
básicas y racionales para la composición de los escudos, es la de ayudar a la
identificación de las personas o las pertenencias de éstas identificadas con
signos heráldicos. Por esa razón, la Heráldica es también, y sobre todo, una de
las llamadas ciencias auxiliares de la Historia, como lo son la Paleografía,
que descifra las escrituras antiguas; la Diplomática, que estudia las cartas,
diplomas, títulos y otros escritos jurídicos; la Epigrafía, que estudia las
inscripciones sobre piedra, metal o madera; la Sigilografía, que trata lo
relativo a los sellos con que se firmaban los documentos; la Vexilología, que
analiza las banderas y estandartes; la Genealogía, que investiga el origen y
filiación de las familias; y el derecho Nobiliario, que regula el ejercicio de
la Nobleza o la sucesión en la posesión de títulos.
Clasificación de la Heráldica
En función de su ámbito de aplicación concreta, la
heráldica puede clasificarse en:
1.Heráldica gentilicia: de los individuos,
familias o linajes.
2.Heráldica cívica o civil: de las
entidades territoriales. Ésta se subdivide a su vez en nacional, provincial y
local (y en el caso de España, de
las Comunidades Autónomas).
3.Heráldica corporativa: de las entidades,
públicas o privadas, de carácter civil: Universidades, Colegios y Asociaciones
profesionales; clubes deportivos, sindicatos, etc.
4.Heráldica eclesiástica: de las personas,
instituciones o entidades de la Iglesia.
5.Heráldica militar: de las personas,
instituciones y cuerpos o entidades militares.
6.Heráldica industrial: de marcas o
productos elaborados por las empresas.
Dicho todo esto, pasamos a los conceptos elementales de la
Heráldica, que son aplicables a cualquiera de las ramas en las que se la
clasifica.
I. Forma del Escudo
El primer elemento en el que debemos
fijarnos al observar un escudo heráldico es su forma exterior. Con esto nos
referimos exclusivamente a la forma geométrica del escudo propiamente dicho,
excluyendo todos los adornos exteriores. Ésta superficie se correspondería con
la del escudo que usaban los caballeros medievales, que era donde
primitivamente se dibujaban las armas concedidas por los monarcas, o elegidas
libremente por el caballero, según las épocas, y por eso adoptaba una forma muy
similar a estos elementos defensivos.
Los primitivos escudos tenían una
forma casi triangular, pero después fueron cambiando para adaptarse a la
necesidad de incorporar nuevos elementos o simplemente en razón de modas, que
también las ha habido en esto.
De la observación de las
representaciones heráldicas que nos ha legado la Historia, puede deducirse que
no ha existido en ninguna época o país un modelo uniforme de escudo, sino que,
por el contrario, en cada país y en cada época han coexistido diversas formas,
que en muchas ocasiones no han respondido a otro criterio que la moda imperante
o el capricho del artista. No obstante, pueden establecerse una serie de tipos
comunes que se han ido manteniendo a lo largo de la historia en cada uno de los
países europeos. En todo caso, lo más común es que el escudo adopte una forma
más o menos rectangular, con la parte inferior más o menos redondeada o
puntiaguda, pero caben infinitas posibilidades.
Al entronizarse en España la
dinastía de los Habsburgo, y al igual que en el resto de los territorios
europeos del Imperio, se extiende en este país el uso del escudo redondeado en
la base, como un arco de medio punto invertido (1). Esta forma de escudo se
mantiene hasta comienzos del Siglo XVIII, en el que con la dinastía borbónica,
se introduce en España el escudo de tipo francés: rectangular, con los vértices
inferiores redondeados y terminado en punta (2). Este modelo ha perdurado hasta
muy recientemente, alternado en el caso de las Armas Reales con otro de forma
ovalada.
La forma de escudo que se considera
generalmente como escudo español, es la primera que hemos descrito, con la base
redondeada; y a este diseño responde el actual modelo oficial del Escudo de
España, aprobado por Real Decreto de 18 de diciembre de 1981.
II. Campo y Particiones
Se
denomina campo del escudo al espacio comprendido dentro de las líneas que
limitan el mismo, es decir, a lo que hemos definido antes como escudo,
propiamente dicho; y también se denomina campo al fondo de cada una de las
particiones en que se divida el escudo. Éste, en función del número de
divisiones o particiones que contenga, puede ser Simple o Compuesto. Es simple
cuando en todo el campo aparece un único esmalte, y es compuesto cuando está
dividido en dos o más cuarteles, que es como se denominan las divisiones del
escudo. Las más comunes son: partido (dividido verticalmente), cortado
(dividido horizontalmente), tronchado, tajado, terciado, cuartelado, jironado,
etc. Otras son: cortinado, mantelado, calzado, embrazado, contraembrazado,
encajado, enclavado, adiestrado, siniestrado, flechado... y sus diversas
combinaciones.
En 1861 el general Tomás
Cipriano de Mosquera se hizo presidente del país, y una de sus primeras
acciones fue cambiar el nombre del país al de Estados Unidos de Colombia. Al
declararse la federación, se acarreó un cambio en los símbolos patrios, entre
ellos la disposición de las franjas de la bandera, lo que afectó el diseño las
banderas laterales del escudo. Mosquera decretó que las armas del país serían
las mismas de la Confederación Granadina, con el aditamento que sobre éste
habría un arco compuesto por 9 estrellas de ocho puntas, que representaban a
cada uno de los Estados Soberanos en que se dividía el país. El escudo estaba
enmarcado por un óvalo rojo, en el cual se grababa el texto “Estados
Unidos de Colombia”
junto con las nueve estrellas de ocho puntas que se reiteraban en la zona
inferior del óvalo.
III. Esmaltes
En Heráldica se denomina esmaltes a
los colores con que se pinta tanto el campo como las figuras del escudo. Los
esmaltes se dividen en metales y colores. Son metales el oro y la plata, que en la práctica pueden ser sustituidos por amarillo y por blanco,
aunque no deben usarse éstos y aquéllos (oro y amarillo, o plata y blanco)
simultáneamente. Son colores, el Gules o rojo, Azur o azul, Sinople o verde, Púrpura o morado, y Sable o negro. Además de éstos, que son los básicos, pueden usarse, además,
todos los colores naturales de animales, plantas y construcciones, y el color
de la piel humana (denominado carnación), para las personas. En todo caso,
el campo deberá ser siempre de uno de los siete esmaltes citados, sea éste
metal o color, y hay que tener en cuenta que no son admisibles diferentes
tonalidades en los colores. No existe, por tanto, el rojo “carmesí”, ni el azul
“celeste”, ni nada que se le parezca.
Cuando el
escudo se representa en blanco y negro, se emplea una determinada posición a
las líneas que representan los colores; el azur con trama de líneas
horizontales; el sinople con trama de líneas inclinadas desde arriba a la
izquierda, hacia abajo a la derecha del lector; el rojo con trama de líneas
verticales; el purpura con líneas oblicuas de arriba a la derecha hacia abajo a
la izquierda del lector; y el negro con trama de líneas horizontales y
verticales formando cuadra. Para los metales, el oro se representa con puntos y
el correspondiente a la plata se deja en blanco.
Se considera regla fundamental de la
Heráldica el “no ponerse nunca
en los escudos metal sobre metal ni color sobre color”. De esta regla dice el Marqués de
Avilés: “Aunque son reglas, y preceptos del
Blasón todos los que se han dado, y se darán por observación, la principal, y
más célebre regla, y ley inviolable de él es que no se ponga metal sobre metal,
ni color sobre color, porque de lo contrario las Armas serán falsas”. Sin embargo, como reconoce el
propio Marqués de Avilés, no hay regla sin excepción, y ésta tiene nada menos
que seis. No se aplicará, pues, esta regla a los pequeños detalles de las
figuras, como ojos, garras, picos, frutos, coronas, etc., ni a las figuras
humanas y sus partes o a las restantes figuras que se representes en su color
natural, los cuales podrán ponerse indistintamente sobre metal o sobre color.
Se pueden representar los esmaltes,
sin necesidad de utilizar los correspondientes pigmentos, mediante un sistema
ideado por el jesuita italiano Silvestre Pietrasanta en 1638, conocido como rayado
heráldico, que consiste en simbolizar cada uno de los colores o metales por
medio de señales gráficas. Así, se representa el oro por medio de puntos; la
plata, dejando el campo en blanco; el gules, con rayas verticales; el azur, con
rayas horizontales; el sinople, con líneas diagonales de derecha a izquierda;
el púrpura, con líneas diagonales de izquierda a derecha; y el sable, con
líneas verticales y horizontales cruzadas, o con el mismo negro. Estos símbolos
pueden usarse tanto en el campo como en las figuras. El color natural en las
figuras se representa, igual que la plata en el campo, dejando la superficie en
blanco. A continuación se incluye un cuadro con los diferentes esmaltes y su
representación gráfica.
Menos frecuentes son los llamados forros. Éstos son combinaciones de dos esmaltes en forma de dibujos
convencionales: veros y armiños.
IV. Figuras
Se denominan figuras o piezas a
todos los objetos que se colocan en el campo del Escudo. Los heraldistas
distinguen cuatro clases de figuras: Heráldicas, o piezas propiamente dichas,
como el jefe, el palo, la banda, la faja, la cruz, el aspa o sotuer, la bordura, etc.; Naturales, como los
animales, las plantas, los astros y meteoros, las figuras humanas;
Artificiales, como las coronas, castillos, torres, cadenas, herramientas, etc.;
y Quiméricas, como dragones, grifos, sirenas, etc; aunque la distinción más común es
entre las que representan animales, plantas u objetos y que se denominan
propiamente figuras, y las puramente geométricas, llamadas piezas.
Aunque las excepciones en Heráldica,
y sobre todo en la Heráldica Municipal española, están cerca de convertirse en
norma, existen unas reglas fundamentales que deben tenerse muy en cuenta a la
hora de disponer los elementos de un escudo. Además de la ya citada, relativa a
los esmaltes, las restantes reglas se refieren a la colocación de las figuras
en el campo del escudo, y son las siguientes:
1.Cuando no hay más que una sola
figura en el escudo, se coloca en el centro del mismo, llenando todo su campo,
sea cual fuere su tamaño natural, pero sin tocar los extremos del escudo.
2.Cuando las figuras que no son piezas
honorables están en el escudo en número de tres, se ponen dos en jefe (en la
parte superior) y una en punta (en la parte inferior). Si van colocadas una en
jefe y dos en punta, se dice que están mal ordenadas.
3.Toda figura animada que no esté de
frente, ha de ponerse forzosamente mirando hacia la derecha del escudo. Si
mirase hacia la izquierda, ha de consignarse.
Estas reglas de la Heráldica deben
tenerse siempre presentes al dar forma a un escudo. Para comprenderlas, nada
mejor que la contemplación de las representaciones heráldicas, realizadas por
artistas de la talla de Durero, en los siglos XVI y XVII
reproducidas en “The Art of Heraldry”.
V. Ornamentos exteriores del escudo
Los ornamentos o adornos exteriores
del escudo reciben el nombre general de timbres. Los timbres no
formaban originariamente parte del blasón y podían variar a voluntad del
titular. Entre los más comunes se pueden
citar: coronas,
yelmos, bureletes, cimeras, lambrequines, tenantes y soportes; mantos, banderas, cordones y palmas, encomiendas y collares de las Ordenes Militares, pabellones, divisas, y la voz de guerra.
El timbre más comúnmente usado en la
heráldica familiar o gentilicia es el yelmo, derivado del
casco de los caballeros. Los yelmos se adornan además con cimeras y
lambrequines, frecuentemente del esmalte del escudo. Las coronas se
representaron posteriormente, a partir del s. XVII. La posición y la decoración
de coronas y yelmos fueron usadas para indicar los grados en la jerarquía de los títulos.
Los timbres eclesiásticos son la tiara pontificia, capelos,
mitras, báculos, cruces, sombreros, rosarios y borlas.
Los soportes pueden ser tenantes (figuras humanas o semihumanas) y soportes propiamente dichos (animales u objetos inanimados), son
las figuras que sostienen el escudo y que derivan de los ornamentos que en los
sellos rodeaban el escudo. Parecidos a éstos son los emblemas de oficios (llaves
pontificias, cruz episcopal o abacial, bastones, de mariscales, áncoras de almirantes,
etc.) y los signos de dignidad, como los collares de órdenes y las
condecoraciones, que siempre deben situarse fuera del escudo. Este último puede
estar rodeado de un manto (reyes, príncipes, duques) y superado o sostenido por una divisa o voz de guerra, situada generalmente en un listel.
VI. Forma de blasonar
Para
interpretar adecuadamente un escudo hay que tener en cuenta que éste se
personifica, es decir, que la derecha del escudo se corresponde con la
izquierda del observador y viceversa, y que, longitudinalmente, el escudo se
divide en jefe, centro y punta.
La posición de las figuras en el escudo, también llamadas
muebles, toma como referencia al escudo mismo, colocándose pues en el lado
contrario al del lector. Así si se menciona que tal figura esta en el lado o
flanco diestro del escudo (o del jefe, tercio superior del escudo y pieza de
honor), es en realidad el lado izquierdo o siniestro para el lector. El no
respeto de esta regla causa errores muy comunes en la confección de los
escudos.
Estas son las distintas partes de que se compone un escudo,
y son de suma utilidad a la hora de colocar las figuras en este y realizar sus
particiones.
La Heráldica cívica
Como hemos dicho, una de las ramas en las que se clasifica
la heráldica es la heráldica cívica o heráldica civil. De ésta formarían parte
la heráldica nacional, la provincial, la municipal y la de otras entidades de
carácter territorial, como las Comunidades Autónomas en España, los Länder en Alemania, o los Cantones suizos.
Igualmente formarían parte de esta rama de la heráldica la correspondiente a
los entes e instituciones públicas dependientes de los anteriores.
La heráldica cívica tiene características singulares que la
diferencian de otras ramas de la heráldica y que tienen su origen en el
diferente uso de los emblemas y también en las circunstancias históricas y
políticas del país de que se trate. Esta singularidad se manifiesta, tanto en
la forma del escudo, como en los adornos que lo rodean, muy diferentes según se
trate de monarquías, repúblicas u otros regímenes políticos, y muy influenciado
por la herencia cultural, como puede verse en los siguientes ejemplos:
En la categoría de
Heráldica Cívica se enmarcan todos los escudos de armas de los diferentes
países del mundo dentro de los cuales esta Colombia.; también contempla la
Heráldica Municipal con los escudos emblemático de cada Departamento y
Alcaldía.
Los símbolos patrios.
se
constituyen en un sistema de identidad, reconocimiento, propiedad y de
pertenencia; que representan a una nación, a sus gentes, su cultura y sus
posesiones y expresan lo que es un pueblo desde sus raíces hasta su proyección
futura como sociedad.
Ellos tienen la
capacidad de cohesionar a todo un pueblo en torno a los objetivos de progreso y
desarrollo del País.
El respeto y el amor por
la bandera; el himno y el escudo de un País, son un instrumento de
identificación de los ciudadanos con su patria y sus conciudadanos.
Debido a que son las
Instituciones Gubernamentales las llamadas a reforzar ese sentimiento patrio y
de unidad que necesita el país para asegurar el progreso como nación, la
Policía Nacional de Colombia debe asegurarse de apoyar la identificación
ciudadana con la patria iniciando por el respetuoso, correcto y uniforme uso de
los Símbolos Patrios.
Origen del Escudo de Armas de la República
de Colombia.
Importancia
del Escudo de la República
El Escudo Nacional, como
el símbolo de símbolos, define las posesiones y representa la autoridad de
Colombia sobre las mismas. En él se concentran los más preciados principios y
pertenencias de la Nación como Estado y como pueblo. Dado que cada uno de sus
elementos evoca lo que es, tiene y quiere ser el pueblo colombiano, es
fundamental comprender su historia, evolución, significado y características,
con el fin de asegurar su adecuado uso.
Por lo anterior y debido
a que el Escudo Nacional de Colombia es parte fundamental de la identidad de la
Policía Nacional tanto en su Escudo como en el espíritu mismo del cumplimiento
de su labor, en el presente documento se destacan tanto sus características
físicas como simbólicas para asegurar la comprensión de la importancia de
mantener la unidad en su implementación y uso.
Origen
Primeros
escudos
Durante la dominación
española, el escudo del monarca reinante era el utilizado como símbolo de sus
diversos reinos y señoríos. Dicho blasón (conocido habitualmente como las Armas
del Rey), cambiaba cuando un
nuevo monarca ascendía al trono, de conformidad con las reglas de la heráldica.
Los monarcas españoles que reinaron sobre Colombia (Isabel la
Católica, Fernando el
Católico, Juana la
Loca, Carlos I, Felipe II,
Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III,
Carlos IV y Fernando VII), tuvieron cada uno su propio emblema, distinto del de
los demás. Por otra parte, algunas ciudades o villas sí contaban con escudo
propio, que era otorgado por medio de Reales Cédulas.
El primer escudo de
Colombia, como una entidad conjunta, fue aquel conferido en un principio a la
ciudad de Santa Fe de Bogotá y a su provincia por Carlos V, en la Real Cédula
emitida en Valladolid el 3 de diciembre de 1548, y que se convirtió en 1717 en
el escudo del Virreinato de la Nueva Granada. Dicho escudo estaba conformado
por un águila coronada de oro en campo de lo mismo, cuyas patas sostenían dos
granadas de gules, con bordura de azur que llevaba como orla nueve granadas de
oro, que, según algunas fuentes, representaban las nueve provincias que en ese
tiempo conformaban el virreinato. Desde 1932 dicho emblema es el escudo de
Bogotá.
El escudo del virreinato fue
abandonado durante la época del grito de
independencia dado que se buscaba establecer a la Nueva Granada como un estado
independiente, y sus símbolos debían alejarse lo más posible de los adoptados
durante la colonia, que representaban las ataduras a la realeza española.
Entre 1810 y 1812, aquellas provincias que no querían
permanecer bajo el amparo colonial español se unieron para formar la primera
república en la historia nacional de Colombia, la cual se denominó oficialmente
Provincias Unidas de la Nueva Granada y cuya capital fue Tunja. Luego de
acordar la forma de gobernar el país, los representantes de cada una de las
regiones que conformaban la federación se reunieron durante el año de 1814 en
Congreso, para llegar a algunos convenios sobre diversos asuntos de interés
nacional, entre ellos para fijar los emblemas que debían usarse para
identificar a la joven república frente a las demás. En tal Congreso los
delegados de las Provincias Unidas dieron origen al primer escudo nacional de
Colombia. Este contenía numerosos elementos propios de la naciente república:
el volcán Chimborazo, el cóndor andino, el salto del Tequendama, el istmo de
Panamá, varias granadas abiertas, un arco, un carcaj y una flecha vertical;
todo ello rodeado por un círculo con la leyenda “Provincias
Unidas de la Nueva Granada”. La ley que lo reglamentó fue dada el 14 de julio de 1815
y sancionada el 14 de noviembre del mismo año, la cual además proporcionaba una
detallada descripción de los colores que debía llevar el blasón:
A la par de las
Provincias Unidas se estableció entre 1812 y 1815 un gobierno autónomo en
Cundinamarca, liderado por Antonio Nariño. Este creó un escudo conformado por
un águila de sable con las alas abiertas, en cuya garra derecha empuñaba una
espada vuelta hacia arriba y en la garra izquierda una granada, sobre cuya
cabeza se alzaba un gorro frigio. Además varios fragmentos de cadena rota
estaban en torno del águila. En la parte superior llevaba el lema “Morir
o Vencer”, y envolviendo todo el
escudo iba el letrero “Gobierno Libre e Independiente de Cundinamarca”. Este blasón fue
abandonado cuando el término del conflicto entre federalistas y centralistas
llevó a la anexión de Cundinamarca por parte de las Provincias Unidas de la
Nueva Granada, para luego ser retomado en 1886 como el emblema del departamento
de Cundinamarca.
Escudos
de la Gran Colombia
Ante la inminente
independencia definitiva del país, los próceres de las campañas libertadores
decretaron la unión territorial y política de Venezuela, la Nueva Granada y
Ecuador durante el congreso de Angostura, quedando así creada la Gran Colombia
el 15 de febrero de 1819. En dicha convención se estableció que
provisionalmente el escudo y la bandera de la nación serían los hasta entonces
usados por Venezuela, "por ser más conocidos".
Francisco de Paula Santander, que
por entonces era vicepresidente del departamento de Cundinamarca (nombre que se
le dio a toda la Nueva Granada mientras fue parte de la Gran Colombia), decretó
el 10 de enero de 1820 el diseño de un nuevo escudo nacional, debido a la falta
de conocimiento sobre las características de las armas de Venezuela. Este
constaba de un blasón de forma suiza, que en campo de azur exhibía un cóndor,
el cual llevaba en sus patas una espada y una granada (como en el escudo de
Cundinamarca decretado por Nariño). En la zona inferior se encontraba una
esfera de hierro, del cual partía una cadena de 10 estrellas (por las diez
provincias de la nación) y sobre esta había un llama de fuego. En la zona
superior del escudo se encontraba una guirnalda de laurel, y todo estaba
rodeado por la Orden de los Libertadores y una cinta con el lema “Vixit et Vincit et Amore Patriae”, que en latín
significa "Vivió y murió, y ello, por amor a la Patria". El 12 de
julio de 1821 el Congreso Nacional decretó que este escudo y la bandera
venezolana serían los nuevos símbolos provisionales de la República.
Ley del 6 de octubre de 1821- establece un nuevo Escudo
Considerando: que por el Artículo 11 de la Ley Fundamental
de la República le corresponde designar las armas que deben distinguirla en lo
venidero entre las naciones independientes de la tierra, ha venido en decretar
y decreta lo siguiente:
Artículo 1: Se usará en
adelante, en lugar de armas, de dos cornucopias llenas de frutos y flores de
los países fríos, templados y cálidos, y de las fases colombianas que se
compondrán de un hacecillo de las lanzas con la segur atravesada, arcos y
flechas cruzados, atados con cinta tricolor por la parte inferior.
Artículo 2: El gran sello de
la República y sellos del despacho tendrán grabado este símbolo de la
abundancia, fuerza y unión con que los ciudadanos de Colombia están resueltos a
sostener su independencia, con la siguiente inscripción en la circunferencia: “República de Colombia”.
Luego de la
incorporación de la Provincia Libre de Guayaquil en 1822, se planteó modificar
el escudo gran colombiano por última vez; algunos documentos oficiales de la
época muestra la impresión de distintos modelos, sin embargo no existe una
documentación como una ley o decreto que demuestre que efectivamente se
reglamentó un nuevo emblema.
El diseño propuesto
constaba de un escudo de forma inglesa dividido en tres campos, cada uno de un
color de la bandera. De estos cuarteles el superior, de azur, tenía tantas
estrellas como departamentos tuviese la República; por ello tuvo tres en un
comienzo, luego seis, posteriormente nueve y finalmente doce. En el campo
inferior izquierdo, de gules, se hallaba un caballo indómito, símbolo de
libertad y en el cuartel restante, de oro, se veía un cetro roto, representando
a la monarquía destruida. En la zona superior del escudo llevaba un cóndor con
las alas extendidas y en la zona inferior una cinta con la leyenda “Ser
Libre o Morir”.
Como tenantes el escudo llevaba a un anciano con una maza en su izquierda y a
sus pies un ánfora derramando agua con la leyenda “Orinoco”; y a su derecha una
ninfa con una rama de olivo en su mano y a sus pies otra ánfora semejante con
la leyenda “Magdalena”.
Escudos de la Nueva Granada
Luego de la desaparición
de la Gran Colombia en 1830, los tres países que la conformaron (Venezuela,
Ecuador y la Nueva Granada) siguieron usando los mismos emblemas (bandera y
escudo) de forma provisional, hasta decretar insignias propias. De este modo sucede
que desde 1830 hasta 1834 la Nueva Granada, convertida en república, usó el
mismo escudo gran colombiano, tan solo añadiendo el lema “Estado de Nueva
Granada” en su bordura para diferenciarlo del empleado por sus vecinos.
En 1833 el doctor
Alejandro Vélez presentó al congreso un proyecto de bandera y de escudo para el
país, siendo la primera aquella misma que fue usada por las Provincias Unidas
de la Nueva Granada en 1815 pero con sus franjas en forma vertical. El escudo en
tanto era de forma suiza y estaba dividido en tres cuarteles, el superior en
azur llevaba un par de cornucopias y una granada, todas doradas, en símbolo de
la riqueza del país. En el campo central, de gules, un caballo indómito de
plata en signo de la independencia de la república. En la punta, en campo de
plata, el istmo de Panamá en azur, rodeado de dos barcos en sable, uno en cada
océano. Por timbre llevaba una corona de laurel en sinople sostenida por un
cóndor de sable. Como tenantes del escudo estaban las efigies de la Justicia y
la Libertad en una túnica de plata. Aunque el proyecto pasó gran parte de los
debates en el congreso, no fue redactada ninguna ley que lo ratificara como el
blasón nacional.
Al año siguiente el
general Francisco de Paula Santander, presidente de la República de la Nueva
Granada, definió la forma y elementos básicos del actual escudo de Colombia por
medio de la ley 3 del 9 de mayo de 1834, los cuales en su mayoría han permanecido
intactos:
Las banderas laterales que
acompañaban el escudo no fueron legisladas en dicha norma. Éstas vinieron a
incorporarse por un error de interpretación, ya que el 27 de mayo de 1834 el
Secretario del Interior y Relaciones Exteriores de aquella época, doctor Lino
de Pombo, envió a su homólogo de la Secretaría del Despacho de Guerra y Marina
una copia del decreto que dictaminó el escudo y bandera nacional junto con los
modelos de éstos. Lino de Pombo colocó los pabellones de la marina mercante (la
cual contenía una estrella de plata de ocho puntas en el centro) y de la armada
(con el blasón nacional en la franja azul) a los costados del escudo como
muestra, si bien aclaró en dicho documento que no formaban parte íntegra del
mismo. Al parecer el modelo provisto de banderas laterales se tomó como un todo
y a partir de allí fue el que se usó en todos los actos oficiales.
En 1854, luego del golpe de estado
encabezado por José María Melo, el escudo fue cambiado durante unos pocos meses
(del 17 de abril al 4 de diciembre). Este escudo estaba conformado por un
fasces horizontal sobre el cual se cernía un cóndor con una rama de laurel en
su pata visible, a la izquierda de este se hallaba un blasón cortado (dividido
en dos cuarteles), en cuyo campo superior había una granada y en el inferior el
istmo de Panamá en sinople. Tras el blasón se encontraban tres banderas
nacionales, y en la zona superior del escudo estaba una estrella de cinco
puntas. Sobre el fasces se cernía una cinta de plata con el lema “Ab Ordine Libertas” (Al servicio de la Libertad), el
cual estaba en concordancia con el lema "Libertad y Orden" usado por
la República Neogranadina.
Se
sabe igualmente que una vez que fue depuesto Melo a finales de dicho año, la
República de la Nueva Granada usaba otro modelo de escudo. Dicho blasón
consistía en el mismo que fue reglamentado por Santander pero con notables
diferencias en sus adornos externos. Por ejemplo las banderas laterales no eran
dos sino seis, tres a cada lado; el cóndor en lugar de hallarse en vuelo, se
posaba sobre el blasón; y todo el escudo se emplazaba sobre dos cañones
cruzados, seis balas puestas en pirámide y un terrazado
de sinople. Sin embargo en dicha versión la faja central del gorro frigio era
muy angosta, tratándose de formar la figura heráldica llamada ceñidor o divisa,
la cual es una pieza honorable disminuida.
Posteriormente
el gobierno de la Confederación Granadina siguió usando los mismos emblemas de
la República Neogranadina sin mayores cambios, tan solo añadiendo un aro
ovalado de gules que envolvía todo el escudo a modo de marco. En dicho óvalo se
imprimía el nombre del país, generalmente en letras doradas, y 8 estrellas de
ocho puntas como símbolo de cada uno de los estados de la confederación. Su uso
más profuso se encontró en los emblemas estatales, ya que en estos además del
nombre del país también se registraba el nombre del estado al cual representaba.
Escudo usado por la
República de la Nueva Granada durante diciembre de 1854. Dicho emblema al
parecer fue tomado de una interpretación hecha en Francia del escudo decretado
en 1834, la cual apareció en varios documentos de ese país y estaba más
conforme con los cánones de la heráldica.
Escudos
luego del cambio definitivo de nombre a Colombia.
Luego del desenlace de
la guerra civil de 1885, el nombre del país fue finalmente cambiado en 1886 por
el que actualmente ostenta: República de Colombia. Esto implicó nuevas
modificaciones en el escudo nacional. En el Decreto 838 del 5 de
noviembre de 1889, se
ordena la supresión de las nueve estrellas federales (dado que el país había
adoptado el sistema unitario) y el cambio de la leyenda por la de “República
de Colombia”.
Además, el empleo posterior transformó el óvalo rojo en un círculo, el cual
actualmente solo se utiliza para enmarcar el escudo en insignias oficiales del
Estado, como el usado en el estandarte presidencial.
Las últimas
modificaciones significativas fueron establecidas por el Decreto 861 del 17 de mayo de 1924, que estableció que la
colocación de las banderas sería la siguiente: las dos inferiores formando un
ángulo de noventa grados (90º) entre sí y las dos superiores separadas de las
primeras en ángulos de quince grados (15º), siendo estas recogidas en el vértice
del blasón, lo cual eliminó definitivamente el suelo verde que poseían las
versiones anteriores del escudo; dicho cambio repercutió en el color del istmo
de Panamá; este ahora vendría a ser pintado en verde (muchas versiones
posteriores hacen parecer que a partir de este mismo momento los mares, antes
de plata, ahora serían coloreados en azul). Además, por medio del Decreto 3558 emitido el 9 de noviembre de 1949, se establece que el
cóndor mira a la diestra del escudo en señal de legitimidad de la nación
colombiana.
Parámetros gráficos del Escudo de la
República de Colombia
El escudo de Colombia,
como se observa tiene su historia y significado; en ellos está representado lo
mejor de los colombianos, de lo que hemos sido, somos y queremos ser; a través
de el se reconocen a los ciudadanos tanto dentro como fuera del país.
Por ello, la
modificación o alteración de algún elemento del escudo compromete la identidad de todo un pueblo; se
altera la capacidad de identificación y de pertenencia a una sociedad que
trabaja en torno a unos principios y objetivos que mueven a toda una nación
para alcanzar la convivencia armónica y el progreso conjunto.
Modificaciones propuestas al
Escudo de la República de Colombia
Desde hace
aproximadamente un lustro se viene planteando, de parte de algunas ramas
políticas, la necesidad de un cambio en el escudo de armas nacional. Las
principales propuestas manifiestan el afán de modificar, en varios casos sin
considerar las normas de la heráldica o la tradición histórica, los elementos
fundamentales del emblema.
Algunos de estos
críticos han argumentado que el escudo de armas es obsoleto y anacrónico. Por
ejemplo, se ha dicho que el cóndor andino es una especie muy amenazada en el
país, con apenas 100 ejemplares cruzando el paisaje, y dada su naturaleza de
alimentarse de carroña, es un animal con un perfil muy bajo para representar
una nación. La granada, al ser un fruto del Mediterráneo, no es actualmente
cultivada en Colombia y el gorro frigio es de origen griego. Por último se ha
sugerido cambiar también el istmo de Panamá, puesto que este ya no pertenece a
Colombia.
Istmo
de Panamá.
Durante 2007 y 2008
cursó en el Congreso de la República un proyecto de ley el cual contemplaba
sustituir el istmo de Panamá por las islas del Archipiélago de San Andrés y
Providencia, y a su vez también proponía la unificación de los elementos de la
primera franja en frutas exóticas; dicha iniciativa se dio porque algunos
congresistas, primordialmente por el representante Dayro Bustillo del
departamento de Bolívar, consideraron que Panamá, al dejar ser parte del
territorio colombiano desde 1903, no debería tener representación en el emblema
nacional. Dicha resolución generó un amplio debate sobre si era posible
modificar tan profundamente el escudo nacional, cuyos componentes han sido
históricamente constantes desde la creación del mismo en 1834.
La propuesta generó
reacciones encontradas tanto a favor como en contra. Por ejemplo la senadora
Luz Elena Restrepo, comentó lo siguiente: "Para mí es valioso sacar a
Panamá del escudo. La pérdida de Panamá fue un proceso que es símbolo de
corrupción. Si en un emblema patrio se tiene una energía tan negativa, hay que
sacarla".
En cambio, el
historiador Jorge Orlando Melo comentó que es "innecesario" cambiar
el escudo. "Las banderas y los escudos tienen una razón histórica. No creo
que sea necesario quitarle al escudo el cóndor, porque se está acabando en los
Andes. O que vayamos a quitar el cuerno de la abundancia del escudo porque la
riqueza no se ve. O que quitemos a Panamá, porque la perdimos". Melo
también resalta que muchos países cuentan con emblemas con referencias
"que ya no tienen vigencia". Además, afirma que el istmo de Panamá en
el escudo colombiano hace mención a algo que todavía tiene Colombia, como es la
zona del Darién y las costas sobre el Atlántico y el Pacífico, pues es el único
país de Suramérica que tiene costas sobre ambos océanos.
Esta polémica no solo
afectó al pueblo y gobierno colombianos, sino que tuvo repercusiones en
Nicaragua, debido a que ambos países sostienen un litigio por la soberanía del
archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y sus aguas
circundantes. El gobierno nicaragüense lo vio como un intento de Colombia de
reafirmar su autoridad sobre las islas, sin que en aquel momento la Corte
Internacional de Justicia hubiera dictado norma alguna que diera por
esclarecida tal cuestión.
Gorro
frigio
A raíz de la ponencia
presentada en 2007 en la cual se contemplaba cambiar el istmo de Panamá por las
islas de San Andrés y Providencia, se presentaron varias discusiones sobre el
contenido de las franjas, en especial para reemplazar el gorro frigio del sector
central, símbolo de la libertad de los esclavos. Al no conocer el verdadero
significado e importancia universal de dicho emblema, los congresistas han
planteando en su reemplazo el sombrero vueltiao, que fue declarado Símbolo
Cultural de la Nación por
el Congreso de Colombia mediante la Ley 908 del 8 de septiembre de 2004.
Finalmente, el 10 de
octubre de 2009 el gobernador del departamento de Sucre, Jorge Barraza Farak, hizo oficial la
propuesta de agregar este sombrero al escudo nacional. En dicha propuesta el
mandatario expresó que se debería reemplazar el gorro frigio por el sombrero
vueltiao, prenda característica del colombiano y obra artesanal del Caribe, e
igualmente que se cambie la imagen del istmo de Panamá por la del archipiélago
de San Andrés y Providencia.
Forma
del escudo y cóndor de los Andes
A principios de 2008
varios miembros de la comisión Segunda de la Cámara de Representantes buscaban
reemplazar el cóndor por otra ave que representase mejor la identidad de la
nación, según sus opiniones, por ser una especie muy amenazada y además ser carroñera.
Durante dicha sesión y
con base en lo formulado, comenzaron a surgir proposiciones de todo tipo por
parte de los congresistas, lanzadas sin consultar normas de la heráldica ni
mucho menos la historia. Entre ellas la de sustituir el cóndor por cualquier otra
ave colombiana. Ésta se originó de una propuesta que planteaba suprimir la
actual forma del blasón que corresponde al llamado estilo suizo, por un marco
con el croquis del mapa de Colombia (si bien los congresistas se refirieron a
este con el nombre de "mapa físico de Colombia") dividido en tres
franjas, debido
a que el actual se trata de un "escudo de armas español". Pero como
el nuevo "marco" del escudo sería el mapa, totalmente irregular,
sería imposible que allí se posase un cóndor, ave que además está en peligro de
extinción. Entonces propusieron cambiar el animal y pidieron elaborar una lista
de los que podrían ser simbólicos.
Otras
propuestas
En las sesiones de 2007
y 2008 también se sugirieron que en el nuevo escudo deberían aparecer otros
elementos nacionales como las flores, el café, los Llanos Orientales, la Sierra
Nevada e incluso los trajes típicos.
Finalmente otra
proposición recogía la idea de adicionar a la cinta ondeante dorada, que tiene
la inscripción "Libertad y Orden", la palabra "Democracia"
Regulación y uso del
Escudo de la República de Colombia en la
Bandera de Guerra
BANDERA
DE GUERRA
El Decreto 861 de 1924
declara que aquella bandera que lleva en su centro el escudo nacional se
denomina bandera de guerra, la cual señala la existencia de un estado de guerra
o la pertenencia a una institución militar. Dicha norma establece el diseño de
construcción de ésta bandera, la cual debe tener las siguientes
características:
•Los
colores y proporciones de las fajas deben ser las mismas del pabellón nacional.
•La
bandera del Ejército para las tropas de a pie debe tener un metro y treinta y
cinco centímetros (135 cm) de largo, por un metro y diez centímetros de ancho
(110 cm).
•El
estandarte para las armas montadas, debe tener un metro de largo por uno de
ancho (1 m × 1 m).
•La
bandera de la Armada Nacional debe tener las mismas dimensiones del pabellón
nacional.
•Todas
estas banderas deben llevar en el centro el escudo de armas de la República,
enmarcado en una circunferencia de terciopelo rojo de cinco centímetros (5 cm)
de ancho y de cuarenta centímetros (40 cm) de diámetro en su parte exterior,
dentro del cual se inscribe, en letras de oro, el nombre del cuerpo de tropas a
que pertenece.
La bandera de guerra ha
sido regulada de forma constante desde 1834. La primera en ser regulada fue la
de la República de la Nueva Granada, que consistía en un tricolor de tres
franjas verticales (rojo, azul y amarillo) con el escudo nacional en el centro.
Su uso se extendió a los buques de guerra, las fortalezas y edificios públicos,
y fue reglamentada para que se utilizara por los diplomáticos de la República
en países extranjeros. Sirvió de pabellón de guerra hasta finales del año 1861.
Por la ley del 20 de
mayo de 1848 se organizó la Guardia Nacional, por lo cual se crearon banderas
para los distintos batallones y escuadrones del citado cuerpo. A los batallones
se les dio una bandera con los colores nacionales en ambos lados. De un lado
llevaba el nombre del cuerpo y el letrero “Libertad Y Orden”, y del otro lado
el letrero “República de la Nueva Granada”, ambos en letras mayúsculas de
plata.
A principios de 1854 el
país vivió un golpe de estado llevado a cabo por el general José María Melo en
contra del gobierno de José María Obando. Durante ese año se supone el uso
durante unos meses de una bandera de guerra e insignia naval distinta. Sin embargo
no se conoce el texto legal que creo las nuevas armas de la república.
En 1861 se reglamentó
una nueva bandera para la nación, y con ella también la de la marina mercante y
la de guerra, con dos variantes. La bandera naval de guerra debía llevar el
escudo de armas nacional en el centro no excediendo en su mayor diámetro (ya
que tenia forma oval o elíptica) los cuarenta (40) cm. La bandera de guerra de
los cuerpos de infantería y artillería sería igualmente la bandera nacional en
proporción 5:6. Ambas fueron modificadas por decreto ejecutivo 838 del 5 de
noviembre de 1889, el cual retiraba del escudo la frase “Estados Unidos de
Colombia”; y luego por medio del decreto 844 del 14 de julio de 1906, que
implementaba en el círculo rojo un número de estrellas iguales al número de
departamentos del país. La actual bandera de guerra para uso naval y terrestre
se adoptó, finalmente, el 17 de mayo de 1924 y su uso reglamentado el 9 de
noviembre de 1949.
BANDERA
PRESIDENCIAL
Es utilizada por el
Presidente de Colombia, quien, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas
del país, habría de ser el único civil que en tiempos de paz señalase en su
enseña el escudo nacional. Fue adoptada el 9 de noviembre de 1949, por lo cual,
en comparación con las demás banderas, es de legislación reciente.
El pabellón presidencial
consiste en la misma bandera nacional, con sus mismas proporciones y esmaltes,
conteniendo en su centro el escudo de la República bordado sobre un círculo
blanco de treinta (30) cm de radio [sesenta (60) cm de diámetro]. El borde
rojo, si bien no se menciona en ningún decreto, fue usado desde un principio
conteniendo la inscripción “República de Colombia” en la parte superior, y
ocasionalmente “Presidencia”, “Presidente” o “Libertad y Orden” en la inferior,
siempre en letras doradas.
REGULACIÓN
Y USO
El escudo de Colombia,
junto con la bandera y el himno, están reglamentados por medio del Decreto 1967 del 15 de agosto de 1991. (Para conocer aun más sobre la
normatividad que en cada época rigió para el uso de la Bandera y el escudo
favor consultar la siguiente pagina Web http://es.wikisource.org/wiki/Categor%C3%ADa:Leyes_sobre_la_bandera_y_el_escudo_de_Colombia
En lo referente al
escudo, el decreto dispone lo siguiente:
El escudo de Colombia
solo debe usarse en la Bandera Nacional del Presidente de la República, en las
Banderas de Guerra, en los membretes de papel, sobres, etc., mediante los
cuales se ventilen asuntos estrictamente oficiales. Sin embargo puede esculpirse
en monumentos, iglesias, capillas, panteones o cementerios militares,
cuarteles, buques, centros docentes y otros lugares, siempre que reúnan
condiciones de severidad, seriedad y respeto.
El escudo puede usarse
en medios publicitarios solamente cuando dichos mensajes conlleven a la
formación de un sentido nacionalista o realcen los valores patrios.
Cuando se usen los
Símbolos Patrios en prendas de vestir, objetos y eventos, deben llevarse con el
mayor respeto y decoro.
Es obligación de todos
los establecimientos de educación del país poseer Bandera y Escudo Nacional,
los cuales deben mantenerse con el mayor respeto y dignidad en un aula
principal o salón de actos.
Así mismo es obligación
de los educadores y padres de familia fomentar el culto a los Símbolos Patrios.
Como refuerzo a este culto, mínimo una vez al mes debe efectuarse un acto en el
cual el alumno que más se haya distinguido debe izar la Bandera Nacional,
mientras la comunidad estudiantil entona el Himno Nacional para fomentar el
espíritu patriótico de los ciudadanos.
SANCIONES
El antiguo Código Penal
colombiano (Decreto 100 de 1980) disponía en su capítulo primero (Artículo 117)
que quien ultrajare públicamente los símbolos patrios de Colombia, esto es el
himno, la bandera o el escudo nacional, incurriría en traición a la Patria y
debería cumplir una condena en prisión de seis (6) meses a dos (2) años.
Posteriormente, con la expedición de la Ley 599 de 2000, la
pena de prisión fue eliminada por el art. 461 y reemplazada por multa. Sin
embargo, la norma fue declara inexequible por la Corte Constitucional (fuera
del ordenamiento jurídico y por tanto sin aplicación) mediante sentencia C-575
de 2009.
Nota: Para consultar la referida sentencia consulte la siguiente dirección electrónica http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2009/C-575-09.htm
Uso del Escudo de la República
de Colombia en la banda presidencial
Banda presidencial
.
La banda presidencial es
una cinta de tela llevada por numerosos presidentes del mundo. En general se
utilizan en Latinoamérica, Europa y Canadá
La banda es un símbolo
de la autoridad y continuidad presidencial, y sólo es utilizada por el
presidente en el cargo. Cuando el presidente termina su mandato, le entrega la
banda presidencial a su sucesor como parte de la ceremonia de cambio de mando.
En Latinoamérica, la usan los presidentes de todas las Repúblicas, en especial
en sus retratos oficiales.
Es posible que el origen
de las Bandas sean las que lucían los gobernadores españoles como parte de sus
condecoraciones, que eran de color blanco y azul, como es el caso de la banda
bicolor de la Orden de Carlos III que lucían virreyes y presidentes de las
reales audiencias españolas. Las bandas españolas medían solamente 10
centímetros de ancho.
En Latinoamérica, la
mayoría de presidentes de las nuevas repúblicas adoptaron bandas presidenciales
como símbolo distintivo. Estos símbolos se mantienen hasta hoy. Generalmente
las bandas presidenciales son coloridas, con tonos que asemejen a la bandera
nacional. Suelen apoyarse en el hombro derecho. El escudo nacional también
suele ser incluido en el diseño. Terminan con un lazo o nudo en el extremo
opuesto.
En Colombia, Bolivia,
Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela y Perú, los presidentes usan la
banda, que contiene los colores nacionales de sus respectivos países, en
ceremonias de investidura y desfiles militares.
Como consecuencia de la
promulgación del Decreto 861 de 1924, se puede intuir el inició de una
confusión, respeto al uso del Escudo de la República de Colombia en la banda
presidencial. Unos utilizaron la reglamentaria, que consiste en la banda con el
tricolor nacional y el escudo de Colombia sin ningún reborde en el centro y
otros que usaron la misma banda pero con el escudo definido para la bandera de
guerra (articulo 12 Decreto 861 de 1924) que consta del escudo enmarcado en una
circunferencia de terciopelo rojo.
Error que no se sabe si
fue adoptado por una mala interpretación de la norma o por decisión personal de
cada mandatario.
Lo que si es cierto es
que Colombia es el único país de Suramérica que ha incurrido en dicho yerro,
para constancia de ello, anexo las fotografías de posesión de los presidentes
de Bolivia, Brasil, Argentina, Paraguay, Venezuela y Perú, donde se puede ver
que ninguna banda tiene el escudo usado para la bandera de guerra del respectivo país.
Saquemos nosotros mismos
la conclusión de cuantos mandatarios han incurrido o no en el uso errado del
Escudo de Colombia en la banda
presidencial al momento de su posesión.
Origen y
evolución del Escudo de la Policía Nacional
Los Símbolos de la
Policía Nacional de Colombia son los elementos que representan a la Institución
y forman un factor de cohesión entre todos los funcionarios que la integran.
Debido a que identifican y diferencian a la Institución frente a otros entes del
Estado, debe mantenerse la unidad en su utilización haciéndose necesario evitar
cualquier modificación a los parámetros establecidos por la Institución.
Revisados los anales
fotográficos que reposan en el archivo de la Revista de la Policía Nacional, se
pudo determinar que la Institución desde el momento mismo de su creación no
contaba con un blasón que determinara su identidad corporativa, por ello, inicialmente
utilizó el escudo de la República de Colombia enmarcado en un circulo de
terciopelo rojo, similar al que actualmente se utiliza para la bandera de
guerra; posteriormente, fue modificado por un circulo en cuyo centro gravitaba
una estrella de cinco puntas y que se aplicó hasta la entrada en vigencia el Decreto 0149 del 25 de enero de 1957, suscrito por el entonces Presidente de la
República Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, donde reglamentó la Bandera
de Guerra, la Bandera y el Escudo de las Fuerzas de Policía. (Denominación
se le dio a la Policía Nacional a través del Decreto 1814 de 1953 donde la
Institución paso a conformar una cuarta
fuerza del Ministerio de Guerra)
La Institución en el año de 1945, da inicio al uso como símbolo identificativo
de un Escudo con las siguientes
características: dentro de dos circunferencias concéntricas de 15 y 20
centímetros de radio respectivamente; sobre el campo verde la circunferencia
formada por los círculos, llevará una estrella de cinco puntas en color
plateado con una longitud de 30 centímetros. La corona formada por dos círculos
concéntricos, será de color negro y en ella estará inscrita con letras blancas
en la parte superior: “REPÚBLICA DE COLOMBIA” y en la parte inferior, “POLICÍA
NACIONAL”.
Un mes después de
asumir la Presidencia de la República el Teniente General Rojas Pinilla, se
dictó el Decreto
1814 del 10 de julio de 1953, con el cual se incorporó a las Fuerzas Armadas el
Cuerpo de Policía Nacional, pasando a depender del Ministerio de Gobierno al
Ministerio de Guerra, hoy Ministerio de Defensa, dándole así una estructura de
tipo militar.
Al adscribirse la Policía al Ministerio de
Guerra, casi de inmediato el estado Mayor de la Institución recibió la
organización que tenían las Fuerzas Militares por departamentos:
E-1,E-2,E-3,E-4.
Como el Gobierno la
había integrado como el cuarto componente de las Fuerzas Armadas, se llamo
Fuerza de Policía de donde proviene la denominación F1, F2, F3. siglas que
permitían identificar las dependencias administrativas y operativas de la
Institución para ese momento.
En tal sentido dentro
de la estructura orgánica de las Fuerzas de Policía, comienza a gestarse la
necesidad de crear una dependencia encargada de cumplir las funciones de planeación, propósito
que se logró a través de la expedición del Decreto No. 0550 de 1960, naciendo
entonces la dependencia denominada “Departamento de Planeamiento y Reglamentación”, o más
conocido como el “F3”.
Decreto 0149 del 25 de enero de 1957
Adicional a las normas que definieron
la estructura orgánica del Ministerio de Guerra donde se incluyó las Fuerzas de
Policía como un cuarto componente del Comando General de las Fuerzas Armada,
también es de igual importancia citar el Decreto 0149 del 25 de enero de 1957,
por el cual se da vida jurídica al Escudo
y la Bandera de la Institución.
Cabe resaltar que tanto el blasón como
la bandera fueron ideados por varios
oficiales de la Policía adscritos al componente del F-3 (correspondiente al Departamento de
Planeamiento y Reglamentación) los cuales tuvieron con base a normas internacionales sobre heráldica que
rigen para esta clase de insignias.
Los colores de la Bandera fueron
escogidos de acuerdo con el significado heráldico en donde el Blanco significa
“Servicio, abnegación, sacrificio y honradez” y el verde “Esperanza, firmeza y
lealtad”.
Por Decreto 0149 del 25 de enero de 1957, el Presidente de la República
Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, reglamento la Bandera de Guerra, la
Bandera y el Escudo de las Fuerzas de Policía. El contexto del referido decreto
fue el siguiente:
Ajustes al Escudo de la Policía Nacional
Resolución No.5916 del 12 de octubre de 1984
La Resolución No.5916 del 12 de octubre de 1984, “Por la cual se aprueba y explica el
escudo de la Policía Nacional”, firmada por el entonces Director General de la
Policía Nacional Mayor General Víctor Alberto Delgado Mallarino, en su contexto
precisa las dimensiones, lemas, características y demás aspectos del escudo y
explica el significado de este emblema, así:
ARTICULO 1o. El Escudo de la Policía, tendrá las
siguientes características: dentro de dos circunferencias concéntricas de 15 y
20 centímetros de radio respectivamente; sobre el campo verde la circunferencia
formada por los círculos, llevará una estrella de cinco puntas en color
plateado con una longitud de 30 centímetros. En el centro y sobre la estrella
irá el Escudo Nacional de 15 centímetros de cuerpo. La corona formada por dos
círculos concéntricos, será de color blanco y en ella estará inscrita con
letras negras en la parte superior: “REPÚBLICA DE COLOMBIA” y en la parte
inferior, “POLICÍA NACIONAL”. Rematando exteriormente, tendrá una corona de
laurel de cinco centímetros de ancho. En la parte inferior, irá una cinta de
treinta centímetros de ancho enrollada en los extremos con la leyenda “DIOS Y
PATRIA”.
ARTICULO 2º. El Escudo de la Policía Nacional
tendrá forma circular, en sinople llevará circunscrita una estrella de cinco
puntas, con dos de éstas mirando hacia abajo. Esta irá surmontada por el Escudo de Colombia a manera de
escusón. Tendrá orla en plata con leyenda en sable. En la parte superior
“República de Colombia” y la parte inferior “Policía Nacional”. Cada una de las
palabras estará separada por sendas estrellas de cinco puntas, en sinople.
Rodeará el escudo una corona de laurel, con hojas nervadas en sable y frutadas
hacia el interior en gules, seis veces a la derecha y cinco a la izquierda, con
los extremos enrollados y la inscripción en sable: “Dios y Patria”.
ARTICULO 3º.
EXPLICACION: El Escudo de la
Policía Nacional tendrá forma circular en sinople. El círculo es la más
perfecta de las figuras y hace alusión al supremo primer guardián de la
humanidad. El sinople (verde) significa esperanza, fe, amistad, servicio,
respeto. Es el esmalte de nuestra institución que al moverse en los campos de
la fe, la esperanza y el servicio, siente el goce de contribución a la
felicidad de la Patria.
Llevará circunscrita una estrella de plata de cinco puntas con
dos de éstas mirando hacia abajo.
La estrella de cinco rayos,
llamada de David y por otros atribuida a Salomón, según como se presente será
una oración o una blasfemia.
Es la Estrella de la Policía Universal
y puesta en sus escudos, es un acto de adoración al supremo Gobernador del
Mundo. Representa los cinco atributos divinos de grandeza, verdad, luz,
majestad y paz.
La estrella irá surmontada por el Escudo de Colombia a manera de
escusón.
El escusón
o escudete, Colombia sostenida, rodeada por la Policía Nacional, tal el fin que
aspira toda sociedad moderna: ver defendidos día y noche, los bienes y libertad
de la persona humana.
Tendrá rillera en plata con
leyendas en sable, en la parte superior “República de Colombia” y en la parte
inferior “Policía Nacional”.
La rillera es en heráldica figura honorable
disminuida. Es la bordura disminuida en su tercera parte. Simboliza esta la
cota de mallas del caballero. Para el moderno caballero, el Policía, la cota de
mallas, la rillera son su valor y su uniforme impólutos, por eso van en plata. En las leyendas
entra un segundo esmalte propio de la antigua caballería: el sable (negro)
significa prudencia, rigor, honestidad y obediencia. Por eso van en tal esmalte
Colombia y la Policía, lo más entrañable para este moderno caballero que
recorre durante veinticuatro horas, los campos de la patria, sembrándolos de
valor y cosechando entre canciones los frutos de paz, progreso, libertad.
Cada una de las palabras estará
separada por sendas estrellas de cinco puntas, en sinople.
Estas cinco estrellas con el esmalte
propio de la Institución indican, el cinco de noviembre, fecha en la que se
conmemora el natalicio de la Policía de Colombia.
Rodeará el escudo una corona de laurel,
con hojas nervadas en sable y frutadas hacia el interior en gules seis veces a
la derecha y cinco a la izquierda.
Entra en nuestro blasones el tercero de
nuestros esmaltes, el gules (rojo) que denota la fortaleza, victoria, osadía,
alteza, ardid.
Se da en este color tributo a los
mártires de la Policía que para hacer patria caen cada día y noche en los
campos y ciudades. Los once frutos rojos señalan así mismo, el mes undécimo,
noviembre, para cimentar más la fecha clásica. Van hacia el interior, como cosa
muy nuestra y muy cordial. El laurel es gloria y buena fama porque la Policía
es como un espejo de la plata bruñida al que empaña cualquier aliento de
maledicencia y la que no solo debe ser sino parecer leal, fuerte y honrada.
De la corona penderá como divisa una
cinta de plata, con los extremos enrollados y la inscripción en sable: “Dios y
Patria”. La divisa el antiguo grito de guerra. La divisa perfecta, como la
nuestra consta de cuerpo y alma o sea de símbolos: metal, esmalte y lema
apropiado en los extremos enrollados para simbolizar el sentido recóndito de
estas dos palabras. Sintetiza además todos nuestros blasones; Dios, nuestra
estrella y Colombia que solo morirá en el día postrero, con el último Policía,
en las playas de la eternidad.
Importancia
del Escudo Institucional
Dado que el Escudo de la
Policía Nacional se constituye en el emblema per se y principal recurso gráfico
de su identidad corporativa, que inspira el amor a la patria,
ensalza su protección y
cuidado como cimiento entrañable emanado de los preceptos constitucionales y
legales, es un identificador claro y preciso del espíritu institucional ante
sus funcionarios y la comunidad.
Ver el Escudo de la
Policía Nacional de Colombia es ver reflejado el compromiso de todo un equipo
humano por el acatamiento de los derechos, las garantías y los deberes en busca
de la convivencia armónica, el bien común y el innegable amor de patria que se
encuentra presente en todas y cada una de las actuaciones de sus
representantes.
Para asegurar la
adecuada identificación ciudadana de los principios y valores reflejados en el
Escudo Institucional, es fundamental que sus representantes conozcan, entiendan
e interioricen sus características simbólicas y gráficas, manteniendo así una identidad
unificada al interior y una imagen sólida hacia la comunidad.
Por lo anterior, a
continuación se detallan las características simbólicas y gráficas del Escudo
Nacional de la Policía de Colombia.
Evolución del Escudo de la Policía
Nacional desde 1957 a la fecha
El escudo y la bandera
son los Símbolos de la Policía Nacional de Colombia, que representan a la
Institución y forman un factor de cohesión entre todos los funcionarios que la
integran. Debido a que identifican y diferencian a la Institución frente a otros
entes del Estado, por lo tanto debe mantenerse la unidad en su utilización
haciéndose necesario evitar cualquier modificación a la ya establecida.
Finalmente, no
olvidemos que nuestro escudo y uniforme son elementos que denotan la identidad
corporativa de una de las mejores instituciones Policiales del mundo; símil
a Juan Valdez, figura representativa del
café colombiano como unos de los más excelsos del planeta.
Por lo tanto, esta
identidad perdurara en el tiempo, tan solo, si tratamos con decoro y pulcritud
nuestro magno uniforme y al portarlo irradiemos hacia el ciudadano humildad, respeto y autoridad; tanto así que
con afición en el alma podamos decir “Que orgulloso me
siento de ser Policía”
Bibliografía:
•Ortega Ricaurte, Enrique
(1954). Heráldica
Nacional. Banco de la República,
Bogotá. OCLC 253691402.
•García, Julio Cesar
(2000). Himnos
y Símbolos de Nuestra Colombia. Camer Editores, Bogotá. ISBN
958-33-1489-7.
•Castrillón M., Aurelio (1961). Historial
de las Banderas y Escudos Nacionales. Revista de las Fuerzas Armadas de Colombia, Bogotá. OCLC
39268995.
•Instituto Geográfico
Agustín Codazzi - Ministerio de
Hacienda y Crédito Público (1989). Atlas Básico de Colombia. División de Difusión
Geográfica, Bogotá. No tiene ISBN.
Una pregunta en la nueva Granada que tanto fue el uso de el aspa de borgoña, no la veo tanto como en la nueva españa,y el peru
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