Antes de hablar de la
iniciación de Nuestro Museo de la Policía Nacional, nos remontaremos al origen
histórico de los museos, la idea de crear museos como espacios abiertos al
público general se remonta a la época clásica, pero las fundaciones e instituciones
financiadas con fondos públicos sólo se remontan a unos cuantos cientos de
años.
Los gabinetes de
curiosidades de los siglos XVI y XVII, serían los percusores de los museos,
basados en colecciones privadas que en su mayoría eran dispersas, arbitrarias y
sin clasificar. Tras el movimiento ilustrado del s. XVIII se retomara la idea
clásica de acercar al público en general, no sólo a las élites o privilegiados,
los trabajos de recopilación y estudio de las colecciones para que se pudiera
contemplar en su conjunto y de manera ordenada. Esta nueva concepción abriría
el estudio del Arte, los inventos, la Historia, los objetos, usos y tradiciones
que están reflejados en la cultura material de las colecciones y centraría a la
colección como principal elemento del museo para que el visitante tenga una
experiencia del aprendizaje y la comprensión por medio de la contemplación y el
descubrimiento. Abriendo definitivamente el conocimiento hacia la sociedad.
Museología
La museología (del griego μουσειόν = museión 'museo', lugar de las
musas y λόγος = logos, razonamiento,
argumentación, habla) es la ciencia que trata de los museos, su historia, su
influencia en la sociedad, las técnicas de conservación y catalogación.
Los primeros museos,
llamados "Gabinetes de Curiosidades o cuartos de maravillas", surgidos a fines
del siglo XV o durante el XVI en la Edad Media, eran amontonamientos de objetos
desconectados entre sí, sin clasificar o indicar, que llenaban todo el espacio,
provocando un exceso visual que, prácticamente, no traía aparejada información.
El concepto de museo,
definido por Guillermo Budé en su Lexicon-Graeco-Latinum de 1554, como "un
lugar dedicado a las musas y al estudio, donde se ocupa de cada uno de las
nobles disciplinas".
Los
Cuartos de Maravillas o Gabinetes
de Curiosidades
Eran los lugares en los
que durante la época de las grandes exploraciones y descubrimientos (siglo XVI
y siglo XVII), se coleccionaban y se presentaban una multitud de objetos raros
o extraños que representaban todos o alguno de los tres reinos de la naturaleza
como se entendían en la época, animalia, vegetalia y mineralia, además de
realizaciones humanas. Los cuartos de maravillas son los antecesores directos
de los museos de la actualidad.
En general en los
cuartos de maravillas se exponían las curiosidades y hallazgos procedentes de
nuevas exploraciones o instrumentos técnicamente avanzados, como por ejemplo en
el caso de la colección de objetos del Zar Pedro el Grande. Debido a ello, tuvieron
un papel fundamental en el despegue de la ciencia moderna aunque reflejaban las
creencias populares de la época (no era raro encontrar sangre de dragón o
esqueletos de seres míticos). La edición de catálogos, generalmente ilustrados,
permitían un acceso al contenido para los científicos de la época. Tuvieron
gran importancia en el estudio temprano de ciertas disciplinas de biología al
crear colecciones de fácil acceso de fósiles, conchas e insectos.
En otros casos se
atesoraban cuadros y pinturas, como en el caso del archiduque Leopoldo
Guillermo pudiendo ser considerados los precursores de los actuales museos de
arte.
Los Cuartos de
Maravillas desaparecieron durante los siglos XVIII y XIX. Los objetos
considerados más interesantes fueron reubicados en los museos de arte y de
historia natural que se comenzaban a crear.
Organización
de las colecciones
En los Cuartos de
Maravillas, las colecciones podían organizarse en cuatro categorías,
denominadas por sus nombres en latín:
Artificialia, en la que se agrupaban
los objetos creados o modificados por la mano humana (antigüedades, obras de
arte);
Naturalia, en la que se agrupaban
las criaturas y objetos naturales;
Exotica, en la que se agrupaban
plantas y animales exóticos;
Scientifica, en la que se agrupaban
los instrumentos científicos.
Nombres
Los Cuartos de
Maravillas fueron conocidos como Cabinets de Curiosités en Francia, Wunderkammern en Alemania o Austria, Wonder Chambers en Inglaterra o Kunstkammer en Dinamarca.
Será a fines del siglo
XIX cuando el Museo de Historia Natural de Londres exhiba sus objetos ordenados
científicamente, gracias a las clasificaciones de Carlos Linneo.
Breve
biografía de Carlos Linneo.
Linneo, nacido en la provincia
sueca de Rashult en el año 1707, está
considerado como el creador de la clasificación de los seres vivos,
popularmente llamada hoy taxonomía. Mientras corría el año 1731, Linneo, desarrolló el sistema
de nomenclatura binomial que llegaba para
aclarar una larguísima situación de confusión generada por la incesante
proliferación de seres vivos. El sistema pergeñado por Linneo proponía la utilización
de un primer término, escrito en letras mayúsculas, con el cual se indicaría el
género del ser en cuestión y la segunda parte, escrita en letras minúsculas,
correspondería al nombre específico de la especie descripta.
Además, a la mencionada
propuesta, Linneo, le sumó la agrupación
de los géneros en familias, éstas en clases, las clases en tipos o filas y
finalmente los tipos en reinos. El sistema desarrollado por Linneo sin dudas traía
organización a un estado de cosas que había intentado ser resuelto con
anterioridad por otros colegas como ser J.-P. de Tournefort y John Ray,
aunque sin un resultado ampliamente satisfactorio como el obtenido por Linneo. La flamante
clasificación binaria le permitió clasificar ocho mil especies animales y seis
mil vegetales.
Otro aporte fundamental
que se le destaca, también dentro de la biología, es el de haber sido el primer
científico en emplear los ahora famosos símbolos del escudo y la lanza de Marte
y el espejo de Venus para referir al macho y a la hembra, respectivamente.
A lo largo del siglo XX,
las técnicas de exposición fueron incorporando los avances de la comunicación,
hasta hoy, en que los museos pueden considerarse multimediáticos.
En la actualidad el
museólogo trabaja junto a las ciencias de la comunicación y la informática.
Estas informaciones escritas deben ser cortas, al estilo periodístico, pero con
contenido científico. La televisión y la informática han sido incorporadas para
transmitir los contenidos de forma lúdica y efectiva. La manipulación de
objetos pasó a ser prácticamente una condición esencial de muchos museos, así
como la inclusión de tecnología que fue durante un tiempo exclusiva de parques
de diversión (dinosaurios para cabalgar, trenes para recorrer réplicas de
minas, etc.).
Esto, sin duda, genera
polémica, pues no son todos los museólogos que aceptan la inclusión de
elementos considerados "de cultura de masa" para llevar al público el
resultado de investigaciones científicas, pero la cantidad de visitas a los
museos que han aceptado la incorporación de las nuevas tecnologías demuestra
que este es el camino para conciliar el saber (antes considerado)
"erudito" con las nuevas formas de comprender.
Origen del Museo Nacional de Colombia
Breve historia del Museo Nacional de Colombia
Ya
conocido el origen de los museos en el mundo, pasaremos ahora a hacer una breve
historia de Museo Nacional de Colombia, el cual fue fundado por Ley del primer
Congreso de la República el 28 de julio de 1823, el Museo Nacional de Colombia
es el más antiguo de los museos del país y uno de los más antiguos de América.
Durante casi dos siglos se ha consagrado a la conservación y divulgación de
testimonios representativos de los valores culturales de la Nación.
Abrió sus puertas al público el 4 de julio de 1824, fecha en que el
vicepresidente, general Francisco de Paula Santander lo declaró oficialmente
creado. El Museo Nacional se instaló inicialmente en la Casa Botánica, la cual
albergaba la colección de historia natural reunida por José Celestino Mutis y
cuidaban sus discípulos; con el transcurso del tiempo a estas piezas se sumaron
otras de carácter arqueológico, histórico y artístico. lo largo de su historia,
el Museo Nacional de Colombia ha ocupado diversas sedes. Desde su fundación y
hasta 1842 ocupó la antigua Casa Botánica -hoy desaparecida-; de 1845 a 1913,
el edificio de la Aulas -actual Museo de Arte Colonial-; de 1913 a 1922, el
Pasaje Rufino Cuervo -hoy desaparecido-; de 1922 a 1944, el edificio Banco
Pedro A. López -hoy Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural-; y de 1948
hasta la fecha, las instalaciones de la antigua Penitenciaría Central de
Cundinamarca, conocida como “Panóptico”.
La Penitenciaría, diseñada por el arquitecto constructor Thomas Reed en la
década de 1850 y construida a partir del 1 de octubre de 1874, fue la prisión
más importante del país durante casi 72 años. Sin embargo, en 1946 los presos
fueron trasladados a la nueva Cárcel de la Picota y el gobierno destinó el
edificio para albergar el Museo Nacional
Restaurado y adecuado bajo la dirección de los arquitectos
Manuel de Vengoechea y Hernando Varga
Rubiano, fue inaugurado como sede del Museo Nacional el 2 de mayo de 1948.
Penitenciaría Central de Cundinamarca,
conocida como “Panóptico”, antes del ser museo
.
La Penitenciaría, fue
diseñada por el arquitecto constructor Thomas Reed en la década de 1850 y
construida a partir del 1 de octubre de 1874, fue la prisión más importante del
país durante casi 72 años. Sin embargo, en 1946 los presos fueron trasladados a
la nueva Cárcel de la Picota y el gobierno destinó el edificio para albergar el
Museo Nacional
.
El panóptico fue
restaurado y adecuado bajo la dirección de los arquitectos Manuel de Vengoechea y Hernando Varga
Rubiano, fue inaugurado como sede del Museo Nacional el 2 de mayo de 1948.
En marzo de 1946, el
Ministerio de Educación Nacional y la Comisión Organizadora de la IX
Conferencia Panamericana decidieron destinar como sede definitiva del Museo
Histórico-así conocido por entonces- al edificio de la antigua Penitenciaría
Central de Cundinamarca, popularmente denominada "el Panóptico”. El
proyecto inicial de reorganización del Museo tuvo la intención de recuperar el
carácter original de la entidad, al proponer que se incorporaran a las
colecciones históricas "los Museos de Arqueología, de Ciencias Naturales y
de Bellas Artes" que funcionaban entonces separadamente.
El edificio fue
restaurado y adecuado para funciones museológicas y la inauguración, programada
para el 9 de abril de 1948, debió postergarse debido a los motines ocurridos en
la ciudad por el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán. El 2 de mayo
se abrió al público el edificio con "tres museos nacionales": en el
primer piso el "Museo Arqueológico y Etnográfico"; en el segundo el
"Museo Histórico" y en el tercero el "Museo de Bellas
Artes". Las colecciones arqueológicas y etnográficas estaban a cargo del
Instituto Colombiano de Antropología y las colecciones históricas y de arte de
la Dirección del Museo Nacional, por entonces dependiente de la Universidad
Nacional de Colombia. A partir de este año el Museo inició el programa continuo
de exposiciones temporales al tiempo que renovó el sentido original de su
carácter. La instalación en esta sede definitiva permitió al Museo desarrollar
tal número y diversidad de actividades que pronto se le reconoció como el
centro cultural más activo de la capital.
En diciembre de 1968 se
creó el Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura), adscrito al Ministerio de
Educación Nacional. Al cumplir 146 años de fundado, el Museo Nacional de
Colombia pasó a depender de esta naciente entidad, junto con el Instituto Colombiano
de Antropología.
Entre 1976 y 1977, el
edificio fue parcialmente restaurado y se llevó a cabo una reestructuración de
las salas permanentes con criterios pedagógicos y un diseño museográfico
contemporáneo. El mismo proceso se siguió en 1980 con las colecciones de
arqueología y etnografía.
En 1989 y 1990, con
motivo de la iniciación de la restauración del edificio (programada hasta el
2000) se formuló para las salas permanentes una programación museográfica
unificada en torno a un gran recorrido: la historia de la cultura nacional. Las
colecciones de arqueología se incorporaron como inicio de la historia de la
nación y existe el proyecto de ubicar las de etnografía indígena y
afrocolombiana del siglo XX en el final del recorrido.
En 1994, el gobierno
aprobó el proyecto de ampliación del Museo Nacional de Colombia, ratificado en
1995 por Ley del Congreso de la República, y en agosto del mismo año se
inauguró la restauración del primer piso del edificio en el cual fueron
reinstaladas las colecciones de arqueología y etnografía con un montaje
museográfico contemporáneo.
En la actualidad, las
colecciones del Museo ascienden a más de 20.000 piezas, símbolos de la historia
y el patrimonio cultural nacionales.
Hoy, la Unidad
Administrativa Especial Museo Nacional de Colombia y el Establecimiento Público
Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh),
dependientes ambos del Ministerio de Cultura, son los encargados de la
investigación, conservación y difusión de las colecciones que integran el
Museo.
Origen del Museo de la Policía Nacional
Museo Histórico de la
Policía Nacional
Las instituciones que
perduran van sedimentando una huella de su trayectoria y quedan testimonios de
ese proceso evolutivo. Los museos son hoy en día en el mundo centros de una
memoria institucional. La Policía tuvo también varios intentos por institucionalizar
un centro museográfico de su evolución y su articulación con la vida del País.
Por Decreto No. 227 de
noviembre de 1913, el Director de la Policía Nacional, doctor Gabriel González
López, creó el “Museo de Criminalística de la Policía Nacional”. Con una vida muy
efímera.
Para el lector que no
esta familiarizado con museografía militar, le recordamos que en pocos países
la institución policial tiene su museo. El Museo de la Policía Nacional de
Colombia tiene un largo y tormentoso recorrido en el tiempo y en los espacios museográficos.
Es hasta el año de 1959 cuando el entonces
señor Capitán Gilberto Fernández Castro se desempeñaba como oficial de
administración de las Escuela de Cadetes General Santander, con su pasión de
coleccionista y vocación museológica que tuvo la brillante idea de solicitar a
las principales policías del mundo prendas, uniformes y emblemas
característicos de ellas.
Solicitudes que fueron atendidas por la
Real Policía Montada de Canadá, Inglaterra, la Gendarmería de Francia, los
Carabineros de Italia, la Policía Federal Argentina, las Fuerzas de Policía de
Alemania, Bélgica, Bruselas, Dinamarca, la Guardia Civil de España, Costa Rica,
Líbano, Mónaco, Angola y los Carabineros de Chile y de los estados federales
estadounidenses también varias piezas.
A medida que el tiempo paso siguieron
llegando distintas colaboraciones, hasta llenarse una habitación completa en la
residencia del citado oficial, por lo tanto, obligó a buscar un nuevo lugar
para su depósito y lograr su exhibición y que mejor que en la Policía.
Es así, que esta nutrida colección de
uniformes y emblemas fueron puestas a disposición del señor Coronel Saulo Gil
Ramírez Sendoya, entonces Director de la Policía Nacional, quien de inmediato
encargó al señor Capitán Fernández Castro de la organización de un centro
museográfico para la Institución.
El señor Coronel Saulo Gil Ramírez
Sendoya, en calidad de Director de la Policía Nacional determinó la creación
del Centro Museográfico de la Institución mediante la Resolución No 02806 del
23 de junio de 1959, y responsabilizó al Casino General de Oficiales de su
organización y el Capitán Fabio Londoño Cárdenas, como presidente, acogió
vivamente esta iniciativa y con su apoyo tanto administrativo como espiritual,
felizmente se obtuvieron los medios
definitivos para su materialización.
Entonces la Junta del casino, por medio de
la Resolución No. 001 de junio de 23 y No. 002 de junio 26 del año de 1958,
creó la entidad y designó al Capitán Gilberto Fernández Castro, Director de
Museo de la Policía.
El director del Museo, se encargó de
solicitar la colaboración de los distintos comandos de departamentos de
Policía, los cuales, en su mayoría, respondieron con el envío de los más
variados elementos, desde el primitivo bastón de mando de alguna lejana población
indígena, hasta el sombrero de “tormento” en épocas de la conquista, o el cepo
español.
Con la cooperación estrecha y efectiva
del teniente Lino Arturo Girón Trujillo se obtuvo los uniformes y
condecoraciones del Comisario Juan María Marcelino Gilibert, elementos que el
mencionado oficial, cuidadoso investigador de la historia policial y conocedor
estrecho de la familia Gilibert Vargas, guardaba celosamente.
El archivo de la Institución proveyó
valiosos documentos originales de los primeros pasos de la vida y desarrollo de
la misma, seleccionados por el Capitán Fabio Londoño Cárdenas, los que fueron
colocados en las vitrinas especiales para su admiración y lectura.
Se destaca también la ayuda desinteresada
y abierta del Mayor Emiliano Camargo, reconocido esgrimista de escala
internacional . De los primeros instructores y comandantes del primer curso de
oficiales en la Escuela General Santander en el año de 1940. hizo entrega con
rasgo generoso de su uniforme de gala y otros documentos, altamente
apreciables, de su época
Posteriormente en una visita realizada por
el Capitán Fernández Castro al Depósito de Armas de la Policía Nacional,
localizó una valiosa y representativa dotación de diversas épocas. Armas usadas
por la Policía desde sus primeros vigilantes hasta nuestros días, a la vez que
se enriqueció con aquellas que hicieron parte del arsenal de algunos tristes
celebres delincuentes del país y de uno u otro decomiso curioso.
Benefactores del Museo
Así
se congregaron alrededor del Museo, los primeros mecenas, porque ellos
se desprendieron de valiosos objetos, prendas y uniformes, y con afecto
contribuyeron a la esplendidez de la entidad cultural. Fueron ellos,
principalmente, los primeros:
Señora Rosa Vda. de Gilibert y familia;
Mayor Emiliano Camargo R.; Mayor Roberto Mejía Soto; Capitán Fabio Londoño
Cárdenas; Capitán Antonio A. Arana Sánchez; Capitán Álvaro Gómez Mejía;
Teniente Luis A. Girón Trujillo; Don
Hernán Escobar, Sargento Viceprimero Bernardo Tabares G.; Sargento Segundo
Carlos E. Rico Restrepo, y Sargento Primero Guillermo Jordán R.
La historia continua
Paulatinamente se fue acopiando material
documental y objetos museográficos. Todo ellos hizo venerable el carácter de la
Institución, y se fue cargando de recuerdos, vestigios y testimonios materiales
de un pasado glorioso y nostálgico y también de las fuerzas del crimen que
doblegó la acción policial.
Es importante resaltar los recursos
económicos obtenidos por parte de la Junta que presidia el Casino General, lo
cual permitió mandar a construir vitrinas, estantes, bases y otros elementos
necesarios para la exhibición de colecciones. También se contrataron unos óleos
alusivos a los primeros vigilantes y a los hechos trascendentales en la vida
institucional, con el maestro Ferreira, hoy colocados en diferentes lugares del
edificio del Museo de la Policía Nacional.
Sede del Museo
Con una buena colección, ahora faltaba un
lugar apropiado para colocar a la altura de lo que se aspiraba a presentar y
tener. No resulto fácil conseguirlo porque en las distintas dependencias
policiales no existía sitio y la petición por la vieja casa de la hacienda Muzu
(Localizada en la Escuela General Santander), su director la negó se procedió
luego, a solicitar en otros edificios públicos y, finalmente fue acogido por
Doña Teresa Cuervo Borda, Directora del Museo Nacional para esas fechas,
persona culta y cívica que reconocía y valoraba la relevancia del material
presentado; por lo cual cedió uno de los salones más grandes ubicado en el
tercer piso del Edificio.
Para facilitar la información al público visitante
que mostraba interés por las colecciones y la imposibilidad de atención
personal, se elaboraron folletos de información sobre le Museo, una descripción
de la Institución y la distribución de las colecciones en las salas del Museo.
Constaba de los siguientes espacios: La primera de Uniformes y documentos
históricos de nuestra Institución, la segunda de uniformes y distintivos de
policías extranjeras y la tercera de armas.
Lo textos impresos se redactaron en
español e inglés, con la colaboración en su traducción de los compañeros Mario Castillo Ruiz y Rafael Gélvez Esteban.
Todo se encontraba listo, solo faltaba su
inauguración, la que se proyectó acorde con la relevancia. Se invitaron a las
personalidades del cuerpo diplomático y a las altas autoridades del país, y el
día 7 de mayo de 1960 tras breves palabras del señor Capitán Gilberto Fernández
Castro como Director del Museo el señor Presidente de la República, Doctor
Alberto Lleras Camargo, cortó la cinta y lo dio al servicio de visitantes y
extranjeros. En aquel momento histórico, el cuarto museo del mundo en su especialidad.
El Museo cambia su sede a
la Escuela General Santander
Después de trece (13) años de
funcionamiento en el Museo Nacional, sus directivas el 26 de enero de 1973 le
solicitaron a la Policía Nacional la devolución del salón ocupado.
Irresponsablemente ante la historia y ante la misma Institución, en bolsas de basura
y cajas de cartón fueron llevados todos los elementos a un rincón de los
depósitos del almacén de la Escuela de Cadetes General Santander, de donde
fueron recatados más tarde por el señor Coronel Fabio Londoño Cárdenas, quien
en su carácter de Director del Instituto Docente, reorganiza el museo en sus
instalaciones.
A los pocos años, para construir la
biblioteca del Instituto, se vuelve a recoger sus elementos los cuales fueron
llevados al Almacén del Alma Mater. Quedando así cerrado un segundo ciclo del
Museo y nuevamente se archivan sus invaluables objetos, lo que dio lugar a la
desaparición de algunos, hoy irremplazables.
El Museo finalmente llega
al “Palacio de la Policía”
El pasado muestra, de pronto, misteriosa
resurrecciones que conmocionan nuestro presente y lo influencian
definitivamente y felizmente, para alcanzar una grandeza real. Se volvió, pues,
a establecer la entidad en el lugar en donde ahora se tiene, el antiguo
edificio- llamado “Palacio de la Policía Nacional”- en la Calle 9 con carrera
9, en Bogotá, con un área total de 4.780 mts2, distribuidos en cuatro pisos y
varios salones. Enclavado en el corazón de Bogotá, el edificio conservó los
elementos de una arquitectura de la época, con símbolo emblemáticos del poderío
y de autoridad que allí se alojaban.
El General Víctor Alberto Delgado
Mallarino, le devolvió la vida al Museo, dispuso su ubicación y nueva
organización en su condición de Director General. Mediante Decreto No. 2390 del 26 de
septiembre de 1984 el Ministerio de Cultura declaró este edificio “Monumento
Nacional” y se le restauró, devolviéndole su originalidad y estilo sobrio.
Tercera etapa.
Se inicio así la tercera etapa, en los
anales históricos del Museo, con el nombramiento como Director del Teniente
Coronel Hernando Medina Aldana, con quien realmente y, no solo por posesión del histórico edificio, esta
casa de cultura pasaba por su segunda principal época. El nuevo director logró
magnificar y mejor aún, él mismo aportó muebles y enseres, e inició la
biblioteca de Criminalística, una de las más completas, por cierto.
Nuevas armas enriquecieron el pabellón
respectivo, así mismo se obtuvo una completa colección de placas y distintivos
de policías extranjeros, adquiridos al señor Alberto Quintero de Barranquilla y
otros valiosos elementos entraron a enriquecer las colecciones.
Durante su evolución, se promulgaron
nuevas resoluciones de la Dirección General, como la No. 0093 del 16 de 1987,
en que la que la estableció como dependencia de la Dirección Docente. Además,
se le dio organización y funciones y el artículo 5 entre otros, las señala
también, para la Academia de Historia, al decir:
“La Academia de Historia de la Policía, determinara las
investigaciones relacionadas con la ubicación de la Institución dentro del
contexto histórico del país y asistirá a la dirección del museo en el estudio,
recolección y evaluación de lo documentos y elementos”
Determinó también su estructura,
administración y las salas de exhibición así:
vCrímenes y castigos
universales a través de los siglos
vLa Policía de Colombia
vArmas y equipos
vLucha contra el delito
y el vicio
vDe la pena
vDel crimen
vDocumental y
vDel mundo.
El 5 de noviembre de 1993 hizo entrega de
su dirección al señor Brigadier General José Domingo Murcia Florián quien, en
su corto ejercicio, continuó la labor de enriquecer sus pabellones, para hacer
entrega del mismo el 24 de septiembre de 1994 al señor Coronel Manuel Vivanco
Vega (q.e.p.d)
quien ejerció sus funciones hasta el día de su fallecimiento. Entonces asumió
la dirección el señor Mayor Humberto Aparicio Navia a finales de mayo de 2000.
El señor Mayor Aparicio desde el momento
mismo de su posesión como director, ha desarrollado una magnifica gestión en el embellecimiento,
restructuración y mantenimiento de este monumento nacional. creó un selecto grupo
de mecenas; adelanta campañas de información e invitaciones, con lo que alcanza
niveles superiores a los demás museos de Bogotá, en cuanto a la asistencia del
público.
organizó nuevas salas: Bienestar Social, Carabineros,
Antinarcóticos, Carreteras, Telemática, Planeación, Comunicaciones
Estratégicas, la galería de fotografías de la Dirección de Investigación
Criminal e Interpol, y la Dirección de inteligencia Policial, sala de
Directores y en especial la sala donde reposan los uniformes, documentos y
elementos pertenecientes a Juan María Marcelino Gilibert, nuestro meritorio
fundador; también se implemento una hermosa Capilla y un auditorio.
Así mismo ha venido proponiendo el
reconocimiento de personajes de la Policía a través de la Historia. Ha sido un
trabajo meritorio, hoy el Museo de la Policía Nacional tiene muchas cosas que
descubrir a lo largo de sus salas. Nos presenta las diferentes épocas de la
Institución y con ellas las de Colombia, pues el desarrollo institucional está
enlazado con la Historia Nacional. así observamos como uniformes y equipos han
sufrido, rigurosamente, en el curso de los siglos y de los años, los efectos
del flujo y reflujo de los movimientos socio-políticos, tanto internacionales
como patrios sometiendo se a la línea
trazada por los estados escogidos como polo de nuestros gobiernos, con
excepción del colonial que estuvo acorde con la pobreza de la época y el
militarismo reinante.
En el siglo XX, sólo los gobiernos que
quisieron darle más realce a la Policía Nacional o por lo menos equipararla al
Ejército, la vistieron de gala y la equiparon para el cumplimiento de su
misión; mas son épocas no comparables a la más reciente, esplendorosa en
edificios, en equipos, capacitación y no pocos lujos.
Breve reseña histórica de la creación del Palacio de la Policía Nacional
Siendo Director de la
Policía Nacional, el General Celerino Jiménez, en el año 1923 se inician las
obras de construcción del edificio “Palacio de la Policía” hasta su
inauguración oficial en 1926, convirtiéndose en su momento en uno de los
edificios más suntuosos y ricos en aspectos arquitectónicos. No obstante las
características monumentales y lo que socialmente represento no hubiese sido
posible - o serian otras muy distintas si su planeación y proyección no
estuvieses enmarcadas en lo que históricamente conocemos como estructura
temporal de evolución, se caracteriza, por que Colombia y especialmente Bogotá
se inscribe a una serie de factores de modernización industrialización y
primacía urbana.
El arquitecto
constructor fue el señor Alberto Manrique Martin y el maestro
constructor Eugenio Galarza b. y como Habilitador de la Policía estaba el señor Tiberio
Reyes C.
Breve biografía de Alberto Manrique Martin.
Alberto Manrique Martín (1809 - 1968) fue
un arquitecto colombiano de origen español que desarrolló gran parte de su obra
en Bogotá.
Vida y obra
El arquitecto Manrique Martín, nació en Bogotá el 10 de
octubre de 1891, hijo del ingeniero español Alejandro Manrique Canals
(1853-1923) y Trinidad Martín. En 1907 empezó sus estudios en la facultad de
Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional, graduándose en 1912. Ese
mismo año contrajo matrimonio con Inés Convers Sicard, con quien tuvo 11 hijos. Fue Ministro de Trabajo,
Obras Públicas y Defensa, en la administración del general Pedro Nel Ospina. Es el autor de varias
edificaciones representativas de la primera mitad del siglo XX. Algunas de
ellas se encuentran en la avenida Jiménez, como el hotel Granada y el edificio
Cubillos, en el Eje Ambiental, y el teatro San Jorge una cuadra más abajo de la
avenida Caracas. Murió el 29 de febrero de 1968.
Su estilo se
encuentra en el cruce de tendencias art decó y modernas, que plasmó en varios
de sus trabajos.
Su formación académica
se la debe, en buena parte, a una especialización en arquitectura que adelantó
en París (Francia) y en Bruselas (Bélgica).
En asocio con la firma
Echeverry Hermanos y Cia. proyectó el edificio
Cubillos, una imponente obra situada en la esquina de la carrera 8a con avenida
Jiménez, de estilo francés, considerada en 1926 como la torre más alta de
Bogotá.
PALACIO DE LA POLICÍA -COLUMNAS TESTIGAS DE UN GRAN ESFUERZO
En este aparte antes
que un cometario, hare una descripción del estilo arquitectónico imperante en
las instalaciones donde, a lo largo de muchos lustros la Institución policial
presenció y a la vez veló por el normal desarrollo de la nacionalidad colombiana,
fiel a los principios que fueron su génesis: “Proteger la vida, honra y bienes
de los ciudadanos” .
El representante
legal de las “Caja de Recompensas” viendo la necesidad de que la Policía
Nacional contara para sus oficinas y dependencias civiles de instalaciones que
reunieran condiciones de comodidad y elegancia dignas para un verdadero
“Palacio de la Policía” pensaron en la construcción de un edificio.
Para llevar a cabo
los planes fijados se realizó la compra de un lote situado en la calle9 No.
9-27, predio adquirido así “El terreno con la casa contigua que en
él existía por remate que hizo el juicio divisorio seguido por Simón Restrepo
H. contra María Josefa Restrepo y otros, ante el Juez Primero Civil del
Circuito de Bogotá, en 21 de marzo de 1923 en la Notaria Quinta de Bogotá y por
adjudicación que le hizo en la sucesión de Luis Alberto Restrepo Vargas”.
El área total de este
lote es de mil quinientos setenta metros cuadrados(1.570 m2), de los cuales
había un área construida de mil ciento dos metros con cuarenta centímetros
cuadrados (1.102,40 m2).
Después de adquirido
el lote, se abrió un concurso entre los ingenieros de la ciudad, optándose por
los planos del Dr. Alberto Manrique Martin, por reunir las condiciones
requeridas para el edificio y los intereses económicos de la Caja de
Recompensas.
El estilo
arquitectónico estaba sujeto hasta el más ínfimo detalle al plano favorecido,
lo mismo que los elementos de ornamentación los cuales colocarían al edificio
en un lugar preferente y entre los más importantes de la República.
Firma del contrato para la construcción
del Palacio de la Policía
El señor Roberto Urdaneta
Arbeláez fungiendo como presidente
encargado de la República, en compañía de la primera dama, del Ministro de
Gobierno y de las autoridades de la Policía Nacional, caminan con destino al
lugar donde se colocara la primera
piedra del Palacio de la Policía Nacional.
Bendición de la primera piedra del
edificio del Palacio de la Policía Nacional
Monseñor Emilio de
Brigard Silva bendice la primera piedra del edificio del Palacio de la Policía
Nacional, lo acompaña el señor Roberto Urdaneta Arbeláez presidente encargado de la República
.
Firma del contrato para la construcción
del Palacio de la Policía
El Excelentísimo
señor Roberto Urdaneta
Arbeláez encargado de la
presidencia, en compañía del señor Ministro de Gobierno firma el acta de
iniciación de las obras del edificio del Palacio de la Policía Nacional .
Inicio de las obras de construcción del
Palacio de la Policía
Infortunadamente los
fondos en efectivo con que contaba la “Caja de Recompensa” y sus entradas
mensuales fueron insuficientes y en varias ocasiones fue preciso disminuir considerablemente el
numero de obreros y suspender gran parte la comprar de materiales de
construcción, inconvenientes estos que obligaron llevar muy lentamente la obra.
Finalización
de la construcción del Palacio de la Policía
Terminada la
construcción del “Palacio de la Policía”, se puede decir que corresponde
estilísticamente a los últimos intentos historicistas que se realizaron en
Bogotá hasta los años 1940, inspirados en las realizaciones eclécticas y del
nuevo arte europeo.
La fachada principal
de tres plantas, se resolvió sobre un basamento o primer cuerpo en el cual se
abrieron dos ventanales simétricos y dos puertas en los extremos.
El segundo cuerpo de
dobles proporciones involucra los pisos segundo y tercero que en su tramo central se subdivide en tres grandes arcos de
medio punto, los cuales descansan sobre columnas cuyos pedestales corresponden
en altura al antepecho de otras tantas ventanas, que a su vez presentan cada
una de ellas tres vanos inscritos en columnillas corintias que soportan
entablamentos rematados en pequeños frontones triangulares. Todo este conjunto
limitado por dos pares de pilates (columnas) laterales cuyo primer tercio del
fuste es estriado, y tiene capiteles compuestos correspondientes al
entablamento final y remates de todas la fachada.
Termina la fachada
con un ático lleno, entre pedestales, que corresponden a los pares de pilastras
ya descritas y como todo adorno, forman una serie de tableros.
En el interior hay
algunos cambios y adiciones pero se ha respetado la ornamentación.
La organización
inicial correspondía las siguientes dependencias: Dirección General,
Subdirección, General, Secretaría de la Dirección, Servicio Médico, Pagaduría,
Cinco Divisiones de Vigilancia (distritos),
División Central y División de Seguridad.
El costo de la
edificación se calculó ascendió a un total de $208.624,15.
La edificación para
los primeros años de funcionamiento fue suficiente pero con el transcurso de
los años el desarrollo económico y social del país, repercutió en la
Institución policial dando paso a un crecimiento acelerado y se vio en la
necesidad de descentralizar alguna oficinas para su adecuado funcionamiento.
Un aspecto importante
que destacar de la fachada del Palacio de la Policía es que sobre el ático de
la puerta principal descansan dos esculturas alegóricas realizadas por el
maestro Félix María Otálora, obra titulada “El Día y La Noche” asegurando desde
este momento la unidad institucional y cultural, exaltando la estética frente a
la que nos vemos sensible y cognoscitivamente confrontados.
Construcción de la nueva sede para el edificio de la Dirección
General
Las circunstancias históricas que
convirtieron a Bogotá de una apacible villa a una gran urbe, obviamente se
reflejaron en el pie de fuerza policial, haciéndose imperativo la construcción
de un edificio que llenara requisitos ambientales y administrativos necesarios
para el efectivo cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y legales.
Para esas mismas circunstancias que
antaño hicieron posible y necesario la construcción del edificio de la calle
novena, se repetía nuevamente en el itinerario de la Policía Nacional.
Es por ello que
posteriormente se realizaran nuevos estudios para la estimación de necesidades
de espacio, requeridas por cada una de las dependencias adscritas a la
Dirección General, con base en los planos de desarrollo de la Institución y al
crecimiento futuro que debe tener con los servicios que prestas a la
ciudadanía.
En el año de 1970
después de una serie de estudios realizados se presentaron tres alternativas para la construcción del
edificio de la Dirección General a saber: Zona de San Victorino, Urbanización
“El Salitre” (Avenida 63 con Avenida del Ferrocarril), Centro Administrativo
Nacional (CAN), escogiéndose esta última por las ventajas que la a continuación
se mencionan:
- La Policía Nacional cuenta en este sitio con un lote de su propiedad.
- Cercanía al Ministerio de Defensa Nacional y a otras instituciones del Estado.
- La Policía Nacional constituye una entidad que por sus características especiales debe formar parte del Centro Administrativo Nacional.
- El terreno ofrece proyecciones urbanísticas favorables.
Para tal fin, el
día 4 de febrero de 1980, una vez adjudicada la licitación pública No.004 de
1979 a la empresa constructora ganadora, Pinski & Asociados, el entonces Director de la Policía Nacional
el señor Brigadier General Pablo A.
Rosas Guarín firmó dos contratos principales a saber:
- Contrato No. 090/79 relacionado con la construcción y cimentaciones por un valor de $247.632.697,29.
- Contrato No.014/81 para efectos de acabados y obras exteriores por un valor de $277.100.758,66.
Durante su gestión
del señor Mayor General Francisco José Naranjo Franco, se destaca el particular
empeño puesto en la conclusión de obras fundamentales para la Institución, como
el edificio para la Dirección General y el Hospital Central
.
Informe
sobre el estado actual de la construcción del edificio de la Dirección General
y Hospital Central de la Policía
Nacional
.
En la fotografia
aparece el señor Coronel Domingo Murcia Florián, Gerente del Fondo
Rotatorio cuando exponía sobre el estado
actual de las obras de construcción del edificio de la Dirección General y
Hospital Central, a los señores General Luis Carlos Camacho Leyva Ministro de
Defensa Nacional y Mayor General Francisco José Naranjo Franco, Director de la
Policía Nacional.
Informe
final sobre la construcción del edificio de la Dirección General y el Hospital
Central de la Policía Nacional –agosto 3 de 1982
.
Inauguración
del edificio de la Dirección General y el Hospital Central de la Policía
Nacional –agosto 3 de 1982
.
El señor Presidente
de la República Julio César Turbay Ayala descubre la placa de inauguración del
nuevo edificio de la Policía Nacional, acompañado del señor Mayor General Francisco José Naranjo Franco, Director de la
Policía Nacional y el Ministro de la Defensa .
Palabra del señor
Presidente de la República Julio César Turbay Ayala y del señor Mayor
General Francisco José Naranjo Franco,
Director de la Policía Nacional, con motivo de la inauguración del Edificio de
la Dirección General de la Policía Nacional
.
Vista
aérea del nuevo edificio de la Dirección General y el Hospital Central de la
Policía Nacional –agosto 3 de 1982
.
Tras la inauguración y traslado de la
Dirección General del Palacio de la
Policía a sus nuevas instalaciones ubicada en el Centro Administrativo Nacional
(CAN). El entonces Director General de la Policía Nacional, señor Mayor General
Víctor Alberto Delgado Mallarino, determino que las instalaciones del “Palacio
de la Policía” serian destinadas para el funcionamiento del Museo de la Policía
Nacional lugar donde aún hoy se encuentra funcionado.
Cabe anotar que mediante Decreto No. 2390
del 26 de septiembre de 1984 el Ministerio de Cultura declaró este edificio
“Monumento Nacional” y se le restauró, devolviéndole su originalidad y estilo
sobrio.
Compendio fotográfico del Museo Histórico de la Policía Nacional
Esta parte del
documento, comprende una compilación fotográfica de algunas salas
representativas del Museo, colecciones o elementos de trascendencia
Institucional, así como también, de la majestuosa estructura que lo integra.
Compilación que busca
dar a conocer este “Monumento Nacional” a todos aquellos hombres y mujeres
policía que a lo largo de todo el territorio nacional aún no han tenido la
oportunidad de visitarlo.
Salas del
Museo Histórico de la Policía Nacional