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lunes, 22 de enero de 2018

Policía Nacional, garante de la seguridad en las visitas papales a Colombia



La visita del Papa Francisco, se convirtió en la tercera que haría un máximo jerarca de la Iglesia Católica a Colombia, por ello, que oportuno compartir en el blog una compilación histórica de estos tres grandes eventos, donde gracias a las acciones estratégicas y operativas de seguridad desarrolladas por la Policía Nacional y las Fuerzas Militares de Colombia, conllevó a que dichos eventos se realizaran con éxito. 

Visita del Papa Pablo VI a Colombia: agosto 22 a 24 de 1968.

Para dar conocer los eventos acaecidos durante la primera visita que un Pontífice hace a nuestro país se tuvo en cuenta el documento denominado "La visita del Papa Pablo VI a Bogotá", escrito por Monseñor Cipriano Calderón, entonces Vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina (22 agosto de 1998).


Pablo VI, con su escudo papal
"...El jueves 22 de agosto de 1968, a las 10:20 de la mañana, hora local, Pablo VI besaba el suelo de América Latina en el aeropuerto El Dorado de la ciudad de Bogotá. Histórico acontecimiento que de alguna manera podría compararse -y lo comparó el mismo Papa al que ocurrió, hace poco más de cinco siglos, cuando el Almirante del mar Cristóbal Colón, enarboló la cruz de Cristo en el nuevo mundo y la plantó en la isla de Guanahaní, el 12 de octubre de 1492.

El Papa Peregrino

La mañana del jueves 22 de agosto el Papa salió de Castelgandolfo a las 4:15 y a las 4:50 llegó al aeropuerto de Fiumicino. Allí se encontraban, para la despedida, el secretario de Estado, cardenal Amleto Cicognani, quien por su avanzada edad no podía acompañar al Santo Padre; el vicario para la diócesis de Roma, cardenalAngelo dell'Acqua, con otros prelados del Vaticano, así como algunas autoridades civiles y militares. 

Estaban presentes, entre otros, el embajador de Colombia ante el Gobierno Italiano, Dr. Juan Lozano y Lozano, y el Dr. Alberto Navas de Brigard, encargado de negocios de Colombia ante la Santa Sede. El embajador, excelentísimo Señor don José Antonio Montalvo -padre del entonces nuncio apostólico presidente de la Pontificia Academia eclesiástica, Mons. Gabriel Montalvo- iba en el avión papal.

Pablo VI llegaba bien de mañana al aeropuerto, abrumado por las noticias que acababa de recibir sobre lo acaecido en Checoslovaquia: la invasión del país por parte de las tropas soviéticas que sofocaron la "Primavera de Praga". Era algo que le producía "acerba amargura y gran inquietud". Así se expresó en el mismo aeropuerto, pronunciando un breve pero muy expresivo y valiente discurso, en el que comentó los tristes acontecimientos que luego pesaron no poco sobre su espíritu durante todos los días de la estancia en Bogotá (ver Catequesis en laaudiencia General del 28 de agosto de 1968), en los cuales continuamente pidió al ""Señor de la Paz", por cuya gloria emprendía el viaje, que usase de su misericordia para devolver a todos la tranquilidad y el orden".

La compañía aérea colombiana Avianca realizó el recorrido de ida y vuelta Roma-Bogotá, con una selecta tripulación, que en todo momento derrochó especiales atenciones y exquisitos cuidados para con los ilustres viajeros. Iban a bordo los dirigentes de la Compañía, el presidente Dr. Juan Pablo Ortega y el vicepresidente técnico, capitán Rafael Barro.



El Papa Pablo VI, saluda a Enrique Fajardo  Piloto del avión de Avianca que lo traería  a Colombia
fotografías tomadas de Archivo de la Wradio.com


Del séquito del Papa formaban parte, -con su secretario particular, Mons. Pasquale Macchi y el organizador del viaje, Mons. Marcinkus- el decano del sacro Colegio, cardenal EugenioTisserant; el cardenal Antonio Samoré, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina; el sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. GiovanniBattista Benelli; Mons. Agostino Casaroli, y el entonces encargado de la sección española de la Secretaría de Estado, más tarde nuncio en Bogotá y cardenal camarlengo de la Santa Iglesia Romana, Eduardo Martínez Somalo. En el avión iba también un numeroso grupo de periodistas.

A las 5:35 el aparato despegó de la pista del aeropuerto romano Leonardo da Vinci. Doce horas de vuelo non stop y, hacia las 10, hora local, el avión entró en los cielos colombianos y prosiguió hacia El Dorado, llevando como escolta una escuadrilla de reactores de la Fuerza Aérea Colombiana. Los pilotos se habían puesto en comunicación vía radio con la multitud arracimada en el aeropuerto y comenzaron a narrar punto por punto toda la fases del vuelo, enfervorizando a la gente y preparándola para el recibimiento. 

Al aparecer en el cielo de la capital se desataron las campanas de las iglesias y las sirenas de las fábricas, poniendo una nota de júbilo en el ambiente. El avión dio una vuelta sobre el aeropuerto para hacerse ver por la gente y a las 10:17 aterrizó dulcemente, patinó sobre la pista y fue a detenerse junto a la tribuna de honor mientras se oían las salvas de los cañones y explotaba, por decirlo así, la alegría de los presentes ante la blanca figura del Peregrino de Roma.

Yo también me encontraba en el aeropuerto, acompañando al cardenal Jean Villot (futuro secretario de Estado y entonces prefecto de la Congregación para el clero). Habíamos llegado unos días antes desde Roma. Estábamos con los obispos colombianos y las supremas autoridades del Estado.

Desde aquel momento seguí de cerca todas las fases de la estancia del Papa en Bogotá. No voy a contarlas ahora detalladamente redactando una crónica de los acontecimientos que ya hice y publiqué entonces.

Quiero sólo evocar rápidamente algunos momentos más sobresalientes o emocionantes de aquellas "tres jornadas blancas" que el Papa vivió en Bogotá, prescindiendo del contenido de los discursos que pronunció, los cuales constituyen una auténtica y hasta podríamos decir, sublime antología pastoral.

Tierra de Evangelización

Conmovedor fue el beso del Papa a la tierra bendita de Colombia, o mejor diríamos, de América Latina, en el asfalto del aeropuerto.

He comenzado mi escrito refiriéndome a este episodio emblemático. Recuerdo la silueta del Papa que sorprende a la multitud con su expresivo gesto. Se arrodilla y pone sus labios en la tierra. Lo había hecho así en anteriores viajes apostólicos. Lo hizo por primera vez cuando Pío XII le mandó como arzobispo a Milán: al llegar al confín de la arquidiócesis, el 4 de enero de 1955, se bajó del coche y se arrodilló sobre el suelo mojado y lleno de nieve, para besar el territorio que iba a ser escenario de sus afanes de Pastor.

El gesto de besar la tierra, característico de Pablo VI, lo ha repetido siempre Juan Pablo II en sus viajes al llegar por primera vez a una nación.

Presidente Carlos Lleras Restrepo año 1968
No sé si todavía se conserva en el aeropuerto El Dorado la placa que fue colocada, como recuerdo, en el lugar preciso del episodio. Dice Mons. Macchi en sus apuntes que "el gesto del Papa gustó tanto, que durante el recorrido hacia la Catedral, nos informaron que la gente había invadido la pista del aeropuerto para tomar un poco de la tierra besada por el Papa, cavando así un agujero".

A su llegada a Colombia lo esperaba una comitiva encabezada por el presidente de la República Carlos Lleras Restrepo, el cardenal arzobispo de Bogotá Luis Concha Córdoba, el administrador apostólico de la arquidiócesis de Bogotá Aníbal Muñoz Duque, el alcalde de la ciudad Virgilio Barco Vargas, numerosos personajes del gobierno, de la sociedad y de la Iglesia, pero sobre todo una multitud nunca antes vista que colmaba el camino que había de seguir, desde el aeropuerto hasta la catedral.

El presidente de la República, Dr. Carlos Lleras Restrepo, había dirigido al Romano Pontífice un expresivo discurso de bienvenida, poniendo de relieve el "honor altísimo" que el Papa hacía a toda América Latina: a "estas tierras, crisol de razas" que "se incorporaron a la civilización moderna bajo el signo de la cruz".

"Creo -dijo el Jefe de Estado al insigne huésped- que al presentaros mi filial homenaje en los momentos en que pisáis el suelo de Colombia, distinguida con este singular privilegio, puedo hablar no sólo como colombiano, y para deciros que el continente todo, desde Río Grande hasta los extremos límites australes, comulga hoy en la misma emoción y que un sentimiento de veneración y gratitud llega hasta Vuestra Santidad desde todas las ciudades, valles, montañas, selvas y llanuras de América".

Como se ve, el mismo presidente de Colombia puso de relieve el carácter latinoamericano de la visita papal. Sus palabras, que interpretaban el sentir de todo el pueblo, fueron muy expresivas hablando de la Iglesia, de Colombia y de la paz.


Fotografias del evento papal.

Llegada del Papa Pablo VI a Colombia
fotografía tomada de Archivo de la Wradio.com
http://www.wradio.com.co/multimedia/fotogalerias/fotos-16-imagenes-que-cuentan-
como-fue-la-vista-de-pablo-vi-el-primer-papa-que-estuvo-en-colombia



Llegada del Papa Pablo VI a Colombia
fotografía tomada de Archivo EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/15506500



Pablo VI después de bajar del avión besa suelo colombiano
Fotografía tomada de http://bogotailustrada.com/?p=1560

Recibimiento de santo papa por parte del presidente Carlos Lleras Restrepo

Fotografía en la cual aparecen de izquierda a derecha en primer plano el prelado colombiano Anibal Muñoz Duque, en la parte posterior el cardenal Luis Concha Córdoba, en el centro Su santidad Pablo VI y el presidente Carlos Lleras Restrepo.
fotografía tomada de Archivo EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/15506500





fotografía tomada de Archivo EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/15506500



El prelado colombiano Anibal Muñoz Duque dialoga con su santidad Pablo VI y los acompaña el presidente
 Carlos Lleras Restrepo.

fotografía tomada de Archivo EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/15506500



Saludo del Papa Pablo VI a la multitud que asistió al aeropuerto El Dorado. 
Fotografía tomada de http://bogotailustrada.com/?p=1560


Ceremonia protocolaria en honor al  Papa Pablo VI  
Fotografía tomada de http://bogotailustrada.com/?p=1560

Escuela de Policía "General Santader"durante el evento de
bienvenida del Papa Pablo VI




Titulares del periódico que cita la llegada del Papa al Aeropuerto.




Con su respuesta, el Santo Padre comenzó la secuencia de discursos que iban a inundar de luz y de esperanza el horizonte, con certeras orientaciones para la tarea pastoral de la Iglesia, así como para la vida cristiana del pueblo de Colombia y de todos los países iberoamericanos. Son textos que todavía hoy conservan una sorprendente actualidad. "Si hubiéramos escuchado sus palabras", diría luego el entonces arzobispo de Bogotá, Mons. Pedro Rubiano.

"¡Pueblos de América Latina! -exclamó el Romano Pontífice- pueblos mecidos en idénticos mares, cuyos ríos y cordilleras entrelazan comunidades de gentes honradas, pacientes, trabajadoras e hidalgas; cuyas fisonomías peculiares tienen el rasgo común de la fe en Cristo que ha vivificado siglos de historia y suscitado innumerables iniciativas promotoras de vuestra cultura y de vuestro bienestar. ¡Pueblos de América! A todos y cada uno va, desde el suelo de la hospitalaria Colombia, nuestro saludo, nuestro afecto, nuestra plegaria".

El Papa hizo notar que "un gozo íntimo y una trepidante conmoción" invadían su ánimo, como "primer Papa" que llegaba a esta nobilísima tierra, iniciando "una peregrinación religiosa" que consideraba parte de su "ministerio universal" y con la cual deseaba reiterar, de forma inequívoca, "la fe de toda la catolicidad en la eucaristía, sacrificio y sacramento".

Toda la visita pastoral de Pablo VI se desarrolló al ritmo del Congreso Eucarístico Internacional que, bajo la presidencia del legado pontificio, cardenal Giacomo Lercaro, había comenzado el domingo anterior y que tenía a los sacerdotes y a los fieles en tensión eclesial, vivida generosamente en torno a Jesús sacramentado, mediante celebraciones litúrgicas, conferencias y actos programados para preparar la llegada del Vicario de Cristo, que venía como un peregrino de excepción a postrarse, con todo el pueblo de Dios, ante el "altar del Congreso".

Habían pasado ya las once de la mañana cuando el cortejo papal, cruzando entre hileras de colombianos amasados en todas las calles, llegó a la plaza de Bolívar.


El pontífice en su papamovil con destino a la Plaza de Bolívar
Fotografía tomada de http://bogotailustrada.com/?p=1560

La primera visita fue para la catedral primada, centro y símbolo de la Iglesia local. Allí, con cardenales, obispos de toda América Latina y de otras partes del mundo y miles de sacerdotes y religiosos, el Peregrino apostólico oró, saludó a la Iglesia viva y pronunció un discurso que fue al mismo tiempo expresión de gratitud, catequesis y plegaria. En esa catedral primada habrá en adelante una estatua de bronce del Pontífice para recordar este histórico evento.

El Papa entró en el palacio arzobispal y desde el balcón saludó y bendijo a la multitud entusiasta que llenaba la plaza. Luego, se dirigió a la Sede de la nunciatura apostólica, Carrera 15, donde residió los días de su estancia en Bogotá.

Entrada de su santidad al palacio arzobispal
fotografía tomada de Archivo de la Wradio.com
http://www.wradio.com.co/multimedia/fotogalerias/fotos-16-imagenes-que-cuentan
-como-fue-la-vista-de-pablo-vi-el-primer-papa-que-estuvo-en-colombia


Saludo papal dese el balcón del palacio arzobispal
Fotografia tomada de
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/15506500



En la tarde de ese mismo día 22, el Papa fue al Campo eucarístico y allí, en el "templete", que hoy es templo, celebró su primera eucaristía en América y ordenó a 41 diáconos y a 161 presbíteros procedentes de todo el continente.


 Templete Eucarístico, hoy Parque Simón Bolívar.
Fotografia de Rodríguez, Manuel 

El Papa Pablo VI llega en papamovil al templete eucarístico
Fotografía tomada de http://bogotailustrada.com/?p=1560


Pablo VI llegó a presidir la eucaristía para la gran concentración de trabajadores, 
empresarios y universitarios en el Campo Eucarístico
fotografía tomada de Archivo EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/

Fotografía tomada de http://www.ghnino.com/2014/09/el-album-papal.html


No sé si estará aquí presente alguno de los sacerdotes ordenados por Pablo VI. Recordará que la alocución-plegaria pronunciada allá por el Papa tiene acentos sublimes, que dibujan perfectamente, con el característico estilo montiniano, la sublime fisonomía del sacerdocio ministerial.

El día 23 de agosto la jornada del Santo Padre comenzó con la visita oficial al Presidente de la República de Colombia, Dr. Carlos Lleras Restrepo, en el palacio de San Carlos.



Visita de su santidad al presidente de la República
fotografía tomada de Archivo de la Wradio.com
http://www.wradio.com.co/multimedia/fotogalerias/fotos-16-imagenes-que-cuentan
-como-fue-la-vista-de-pablo-vi-el-primer-papa-que-estuvo-en-colombia

El acto fue solemne. El Papa tuvo un coloquio privado con el estadista, saludó a su familia y luego el presidente presentó a Pablo VI los más altos cargos del Estado.

A la selecta asamblea el Pontífice dirigió un discurso sobre la presencia de la Iglesia en la espléndida trayectoria de la nación colombiana.

Desde el palacio presidencial, el Papa fue en el helicóptero UH-1BFAC-279 comandado por el capitán de la Fuerza Aérea Colombiana Belarmino Pinilla y el Teniente Luis Bedoya Alzate a la población de Mosquera (Cundinamarca) para un encuentro con los campesinos. Eran unos trescientos mil, que habían llegado de todas las montañas, valles y veredas de Colombia y de algunas naciones vecinas. El Santo Padre pasó entre ellos en un jeep haciendo un giro que duró una hora y que suscitó el entusiasmo de la gente, la cual aplaudía, agitaba pañuelos o pancartas y echaba orquídeas al Papa.



El Papa Pablo VI se encuentra con Campesinos en Mosquera
fotografía tomada de Archivo EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/religion/asi-fue-la-visita-de-pablo-vi-a-colombia/


Su Santidad bendijo las nuevas instalaciones de Radio Sutatenza y después, desde la tribuna, se dirigió a los campesinos, hablando sobre la doctrina social cristiana y poniendo de relieve la opción preferencial evangélica de la Iglesia por los pobres. En este discurso resonó por primera vez en América Latina el grito del Vicario de Cristo contra la "violencia" y la "revolución".



Pablo VI en las instalaciones de radio Sutatenza
Fotografía tomada de http://bogotailustrada.com/?p=1560
Monseñor Macchi ha escrito que el encuentro con los campesinos constituyó "uno de los momentos más conmovedores de todo el viaje y que quedó profundamente grabado en la memoria de Pablo VI".

En la misma sede de Radio Sutatenza el Santo Padre tuvo un encuentro con los representantes de la prensa, la radio y la televisión, que habían llegado de diversas partes del mundo, y les confió un noble mensaje para la paz entre las naciones.

Vuelve Pablo VI a saludar a los campesinos y parte luego en helicóptero hasta el helipuerto del hospital militar desde donde, después de saludar a los enfermos, regresa a la nunciatura.

Ese mismo día 23 de agosto, el Papa pronunció otro discurso de carácter social, en la línea de su famosa encíclica Populorum progressio, para la construcción de la "civilización del amor", según la expresión que el mismo Pablo VI acuñaría después, en la clausura del Año santo de 1975.

Fue en el Campo eucarístico donde, con motivo de la "Jornada del desarrollo" -así se titulaba ese día en el calendario del Congreso-, se encontraban allí reunidos representantes calificados de todas las categorías sociales de América Latina: estudiantes, hombres de la cultura, trabajadores, exponentes de las clases dirigentes, familias cristianas.

El Romano Pontífice celebró la Misa ante una inmensa multitud. Novecientos sacerdotes distribuyeron la comunión a miles de fieles que siguieron la celebración ordenadamente.

Tras regresar a la sede de la representación pontificia, a las 19:30, en la sala de honor de la nunciatura, el Papa recibió a los miembros del cuerpo diplomático acreditados ante el Gobierno de Colombia. Saludó uno por uno a todos y pronunció en francés un elevado discurso sobre el tema de la paz y el desarrollo de los pueblos.


El papa Pablo VI con el entonces exministro y diplomático Belisario Betancur Cuartas
Fotografia tomada de: http://www.semana.com/nacion/articulo/papa-francisco-en-colombia-asi-fueron-las-visitas-de-paulo-vi-y-juan-pablo-ii/518082

A las 20:10, en otra sala de la nunciatura, Pablo VI concedió una audiencia al cuerpo consular de Bogotá con breves palabras, también en francés.

Seguidamente es el turno de los representantes de las diversas comunidades cristianas presentes como observadores en el Congreso Eucarístico Internacional. Breves palabras en español sobre la unidad en Cristo.

En castellano habló también, a las 20:50, a los representantes de la comunidad judía de Bogotá, presidida por el rabino.

Así concluyó esta intensa jornada del Papa.

El día 24 de agosto, la visita pastoral del Vicario de Cristo a Bogotá llega a su culmen. A primeras horas de la mañana el Papa va a una parroquia de la periferia, Santa Cecilia, en el barrio Venecia.



Eucaristía celebrada  por el Papa Pablo VI en la parroquia del barrio Venecia.
Fotogarfia tomada de la pagina http://barriovenecia.blogspot.com.co/2010/04/visita-del-papa-pablo-vi.html
Pablo VI atraviesa la ciudad en coche cerrado con techo transparente. Tiempo nebuloso, aire frío. Pero por todas partes fiesta, banderas, aclamaciones.

A las 8 llega al templo. Campanas al vuelo. Le recibe el párroco, don Jaime Sánchez. La iglesia y los alrededores llenos de fieles gozosos hasta el extremo.

En el presbiterio se han colocado los enfermos. A ellos las primeras cordiales palabras y los primeros saludos personales de afecto y consuelo.

La Misa es fuera, al aire libre, ante una multitud atenta y devota. Un grupo de 18 niños recibe de manos del Vicario de Cristo la primera comunión. El Papa les ofrece también el pan de la palabra en una preciosa homilía dirigida al párroco, a los sacerdotes y a todos los presentes. "Palabras muy afectuosas" para los niños y niñas, dice Mons. Macchi en sus apuntes. 

Después de la Celebración eucarística, todos los niños y niñas de primera comunión desayunaron deliciosamente con Pablo VI en la casa parroquial. La despedida resultó verdaderamente conmovedora. El Papa se entretuvo con los padres y madres de los niños, entró de nuevo en la pequeña iglesia y, al despedirse, dejó una suma de dinero al párroco para las obras de caridad y apostolado.

Pablo VI toma un jeep para regresar al centro de la ciudad; pero en el camino se para y entra en una casita pobre: un patio y tres habitaciones; se entretiene con las familias de Miguel y Gloria Pinzón y de Benjamín y Teresa Romero; habla con ellos, acaricia a los niños y les deja un regalo.


El Papa Pablo VI durante su visita a familias pobres
fotografía tomada de Archivo de la Wradio.com

Sube de nuevo al jeep pero vuelve a detenerse en la casa de otra familia, esta vez, la de Jaime y Rafael Liévano: saluda a todos los componentes y desde la ventana del primer piso bendice a la gente que se ha reunido en torno a la casa.

A las 10:30 el Santo Padre llega a la plaza de Bolívar. Entra en el palacio arzobispal y desde el balcón central saluda a la multitud.

Luego, pasa a la catedral. Allí tiene lugar uno de los actos más importantes del viaje apostólico, un acontecimiento que en parte lo ha motivado: la inauguración de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se celebrará luego en Medellín del 26 de agosto al 6 de septiembre y que marcó profundamente la trayectoria eclesial del continente, con notables repercusiones en la Iglesia universal.

En la nave central del templo catedralicio se han colocado los participantes: unos 250 obispos con los peritos y los demás componentes de la Conferencia. Están los tres presidentes nombrados por el Sumo Pontífice: el cardenal Juan Landázuri Ricketts, arzobispo primado de Lima; el cardenal Antonio Samoré, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, y Mons. Avelar Brandão Vilela, arzobispo de Teresina y presidente del CELAM. El secretario general era el futuro cardenalEduardo Pironio.

Saludo del cardenal Landázuri y largo discurso del Papa, el decimocuarto, el más largo y tal vez el más importante en la serie de Bogotá. Se trata de una alocución que refleja de forma evidente la mentalidad eclesial del Papa Montini, un texto para la historia, que iluminó la asamblea de Medellín y dio a sus documentos el contorno justo y su auténtica proyección pastoral.

Desde la catedral, Pablo VI retorna al palacio arzobispal y en la sala de honor recibe al alcalde, ing. VirgilioBarco, y a los miembros del Consejo Cívico de la Ciudad. Le entregaron las llaves de la misma y pronunció un breve discurso, lleno de afecto a Bogotá.

Luego, el Santo Padre va a la nueva (hoy antigua) sede del CELAM, para bendecir el edificio. Están presentes todos los miembros del Consejo episcopal latinoamericano con los secretarios ejecutivos y algunos invitados especiales. Palabras de Mons. Brandão Vilela y discurso del Papa, sobre la importancia y la labor del Consejo Episcopal Latinoamericano.

A las 15:30 en la nunciatura apostólica, el Santo Padre recibe y habla, lleno de gratitud y complacencias, a los organizadores del XXXIX Congreso eucarístico internacional.

A las 16:40 llega por última vez al campo eucarístico. Mons. Lucas Moreira Neves, o.p., -entonces obispo auxiliar de San Pablo, está celebrando la misa para veinticuatro parejas de esposos que acaban de recibir el sacramento del Matrimonio.


El Papa les saluda y felicita. Después desde el templete, recordando a la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, María santísima, habla a toda la multitud que llena el campo.

Es la despedida de aquel pueblo entusiasta que le ha acompañado durante las tres inolvidables jornadas. El discurso del Papa refleja los sentimientos que se han ido acumulando en su corazón desde que llegó a Bogotá.

Del Campo Eucarístico el Papa va directamente al aeropuerto.

Allí están para decirle "adiós" el presidente de la República, todos los miembros del Gobierno y del Cuerpo diplomático, otras autoridades civiles, los cardenales y obispos, numerosos representantes de la ciudad, de la nación y del continente.

El Papa pronunció su discurso de despedida, que hacía el número 19 de la formidable antología pontificia de Bogotá.

Despedida de Pablo VI

El Papa Pablo VI, saluda nuevamente  Enrique Fajardo  Piloto del avión de Avianca que lo llevaría a Roma
fotografías tomadas de Archivo de la Wradio.com





El Papa Pablo VI, se dispone a su partida para Roma
fotografías tomadas de Archivo de la Wradio.com


A las 18:17 el avión comienza a moverse y a las 18:56 parte hacia Roma con escala técnica en las islas Bermudas. Es un Boeing 707 de la compañía aérea colombiana...".

(De esta manera culmina la narracion sobre la primera visita de un papa a Colombia que fue documentada en el libro "La visita del Papa Pablo VI a Bogotá", escrito por Monseñor Cipriano Calderón.)


Colombia y el Congreso Eucarístico Internacional


La magna festividad eucarística realizada en el mes de agosto de 1968, sirvió en gran parte para volver los ojos del mundo y de los mortales a Dios, tan duramente atacado, a quien se quiere descartar, de quien se quiere prescindir moderadamente. Fue pues, una renovación, un momento de reintegro a Dios a través de la fe, de la eucaristía, el ministerio del amor de Dios a los mortales.

Por ello, para Colombia esta reunión internacional representó los más esplendidos frutos espirituales.

La venida del Papa - anunciada desde el 7 de mayo del citado año- de Cardenales y Obispos y de centenares  de miles de peregrinos, se convirtió en una maravillosa oportunidad   deparada por Dios para nuestro pueblo colombiano, al constituir a su capital en sede del Congreso Eucarístico Internacional de 1968, el IV celebrado en América del Sur y el primero después del Concilio.


Pendón recordatorio de la visita del
Papa Pablo VI a Colombia




Estampillas recordatorias de la visita papal 1968
Imagen tomada de http://www.afitecol.com/?p=11275

















La Policía y el Congreso Eucarístico Internacional

(Texto tomado de la Revista de la Policia Nacional - edicion 130 julio-agosto de 1968.)

...La Policía Nacional se alistó y preparo a actuar lucidamente en  este magno certamen eucarístico.

Como ciudadanos, como agentes del orden, como colombianos y católicos, ocuparon un sitio, un lugar prominente,  desempeñando funciones  de trascendental importancia.

Toda la Institución, como un solo hombre y con la inmensa responsabilidad ante propios y extraños, ante el mundo todo, respondió magníficamente a las esperanzas de las jerarquías todas de la nación y todo el pueblo colombiano que depositaron en ella.

En primer plano un Oficial de la Policía de Control y al fondo
la Catedral Primada de Bogotá, dos símbolos del ambiente que
respiraba la capital en los días de la la visita del Papa Pablo VI en 1968.

Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional  
(edicion 130 julio-agosto 1968)
La Policía Nacional, por primera vez en su corta pero gloriosa historia de servicio al país y a la comunidad, se dio a conocer al mundo, actuó delante de peregrinos de todo el universo; ante ciudadanos de naciones civilizadas donde las Fuerzas de Policía son verdadero orgullo de la sociedad a la que presta su servicio.

Muchos milenios de ventaja nos llevan algunas de esas naciones y y no podríamos compararnos en es memento con ellas.

Pero aunque esto sea cierto, lo es ciertamente que según nuestra propia capacidad y adelantos, también Colombia pudo presentar ante el mundo un Policía Nacional ejemplar y eficiente en su poderoso cometido de haber brindado una excelente seguridad a todos los eventos relacionados con el Congreso Eucarístico Internacional.

De ahí que, con la mirada fija en cumplimiento del deber, en su honor de ciudadanos colombianos y de católicos, todos y cada uno de los miembros de la Institución supieron responder noble y gallardamente a esta gran responsabilidad que recayó sobre ellos.

Porque el honor y el buen nombre de Colombia y de su cuerpo policial estuvo  en las manos, o mejor, de la actuación de cada uno de sus componentes durante la realización del Congreso Eucarístico Internacional.

Precauciones tenidas en cuenta por la Policía Nacional. 

Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 
Con motivo de la visita del Papa Pablo VI y la realización del  Congreso Eucarístico Internacional, la Policía Nacional direccionada que en ese momento por el Brigadier General Bernardo Camacho Leyva (qepd), decidió previamente a la realización de este evento, conformar grupos técnicos especialmente seleccionados de policiales, con el fin de estudiar experiencias similares de grandes concentraciones humanas en Barcelona, Río de Janeiro, Tokio, Fátima, Guatemala, Montreal y New York, referenciación que les permitió establecer líneas claras de acción a seguir por parte de los miembros de la Institución con respecto al control de las diversas agrupaciones de multitudes que se generarían con la visita del santo Papa.

Los estrategas de la Policía, fueron conscientes de la responsabilidad  que les conlleva el manejar una multitud. Su cálculo de las posibilidades prescribe un "guía de masa" (líder Primario) por cada 10.000 concurrentes, a quienes puede observar y a la vez ser observado por ellos. Por cada siete (7) "guías de masa" se requiere un "gran líder" que ha de controlarlos mediante un campo de vista o subdivisión directa. Y en un máximo de siete (7) grandes líderes, exige un líder máximo que permanentemente les transmita inducción o simplemente ejerza dominio sobre ellos y sus agrupaciones.

Para los estrategas de la Policía, el impresionismo era el factor que dominaba la situación frente a una concentración. Y el dueño del lugar es el líder que presenta más impresionantes líneas de acción.

Agentes de la Policía controlando la multitud
Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 
Por lo tanto la Policía tenía la obligación de proteger a las multitudes. Debía estar atenta y vigilar a fin de evitar que las concentraciones masivas degeneren en turbas con la consiguiente posibilidad de que se registren actos de violencia.

Por lo tanto, al preparar los planes operativos, los agentes del orden debían tener presente la permanente posibilidad de que puedan surgir algunas circunstancias que pongan en peligro a la multitud misma o individualmente a los participantes, para ello, algunas medidas preventivas a tener en cuenta en caso de pánico podrían ser: dividir la multitud en grupos pequeños, mediante barreras o cordones; estar enterado acerca de la ubicación de las salidas y otros detalles relacionados con la evacuación en casos de emergencia; revisar el lugar del evento previamente, en busca de posibles condiciones o elementos peligrosos.

El peligro con los delincuentes

En esta clase de eventos, donde la multitud de personas es el común denominador, siempre atrae a delincuentes, especialmente carteristas: El personal policial debe estar alerta para detectarlos oportunamente, arrestarlos y alejarlos del lugar inmediatamente. Si las emociones están exacerbadas, existe la posibilidad de cometerse actos de violencia, por ello la Policía debe permanecer alerta para evitar las riñas y otros incidentes.

Primeros auxilios

Cuando se reúne un gran número de personas siempre hay posibilidad de que algunas se enfermen o resulten lesionadas, La Policía estuvo siempre atenta y preparada para atender estas contingencias, con ambulancias u otros vehículos apropiados, previamente estacionados cerca del lugar donde se realizó cada evento y que pudiese ser el recurso esencial para atender estas emergencias.

Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 


Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 
Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 
Agentes de la Policía prestando ayuda a las personas desmayadas
Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional  







Atención especial a los niños.

En las concentraciones masivas los menores son los más  expuestos a peligros. Además, siempre hay niños perdidos. Los agentes del orden deben mostrar un especial cuidado y preocupación en la protección de los niños para evitarles accidentes y extravíos.


Acción policial durante la visita del Papa Pablo VI.

Definitivamente el Congreso Eucarístico Internacional realizado en 1968, fue un acontecimiento en el que estuvieron comprometidos todos los colombianos, especialmente los que vivían en la capital de la República,  por ello el entonces Alcalde de  la ciudad Virgilio Barco Vargas decía con insistencia "Ahora nos toca a los Bogotanos".

Industriales, banqueros funcionarios oficiales, comerciantes, empleados, estudiantes, obreros. En fin, todos los sectores representativos de lo que es Bogotá se unieron en esfuerzo común para presentar a la ciudad durante esos días, ante propios y extraños, quizás no excelentemente engalanada ni totalmente próspera, pero si como una ciudad limpia, amable y en pujante desarrollo.

La Policía Nacional, igualmente tuvo aquí su parte, a ella también "Le tocó". Los oficiales, suboficiales y agentes de la Institución que fueron destacados para el servicio urbano de la ciudad durante los días del evento religioso internacional, cumplieron cabalmente con su misionalidad y funciones especiales. La seguridad de los asistentes al Congreso Eucarístico Internacional dependió en gran parte de la efectividad en la labor preventiva que desarrolló la Policía Nacional.

El orden que mostraron los ciudadanos en el curso de los diferentes actos donde asistió el Papa Pablo VI, se debió a la excelente función de control que le correspondió al personal policial.

La Policía Nacional supo implementar el orden y la disciplina en toda la ciudad de Bogotá, con el convencimiento de que podía hacerlo dentro de las elementales normas de caballerosidad y cortesía. Sonreír, atender amablemente y tratar bien a los demás, fue su estrategia para lograr una buena imagen  de Colombia en el exterior.


Fue así como la Policía Nacional, colaboró para el éxito del Congreso Eucarístico Internacional y la visita del Papa Pablo VI a Colombia.

El Alcalde de Bogotá Virgilio Barco Vargas, felicita al señor Brigadier General
Bernardo Camacho Leyva Director de la Policía Nacional por la excelente labor
desempeñada por los miembros de la Institución durante la
visita del Papa Pablo VI

Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 


El señor Brigadier General Bernardo Camacho Leyva, Director de la Policía Nacional
recibió de Monseñor Paupini, Nuncio Apostólico de su Santidad  la
"Gran Cruz Sal Silvestre Papa" clase militar, en reconocimiento a los excelentes servicios
cumplidos por la Institución durante la visita del Papa Pablo VI a Colombia.

Fotografía tomada de la Revista de la Policía Nacional 



Visita del Papa Juan Pablo II a Colombia: 1 y el 7 de julio de 1986.

Para conocer la historia de los hechos acaecidos durante la visita de Juan Pablo II a Colombia, se se tomaron apartes textuales del articulo escrito por Juan David Velandia, el cual fue publicado en http://www.urosario.edu.co/Plaza-Capital/CULTURA/La-ultima-vez-que-un-Papa-visito-Colombia/


"...Fue en julio de 1986: el país aún no se reponía de la tragedia de Armero y tampoco del ‘Holocausto’ de la toma del Palacio de Justicia por parte de guerrilleros del M-19, eventos que habían tenido lugar en noviembre de 1985.

Papa Juan Pablo II
Además, la guerra contra el narcotráfico, que sería uno de los episodios más lamentables de la historia reciente de Colombia, empezaba a tomar forma: en diciembre de ese año el asesinato del director de El Espectador, Guillermo Cano Izasa, por orden de Pablo Escobar, sería el comienzo de un baño de sangre y miedo que se prolongaría por al menos ocho años. 

Fue en ese escenario que Karol Wojtyla, el papa proveniente de la ‘Cortina de Hierro’ y quien en 1978 había elegido el nombre Juan Pablo II para su pontificado, llegaba a Colombia. 

Fue el único viaje que el Santo Padre realizó a nuestro país siendo el segundo pontífice en hacerlo después de Pablo VI. Estuvo en varias ciudades y pueblos durante siete días y aunque uno de los motivos principales de su viaje era la renovación de los 400 años de la Virgen de Chiquinquirá, su agenda tuvo algunos cambios debido a las circunstancias dolorosas por las que atravesaba Colombia en esos momentos.

 
Cuadro de la Virgen de Chiquinquirá


Durante su visita a Colombia el santo padre, estuvo con sacerdotes, empresarios y políticos pero también con las víctimas de Armero, los presos y con la juventud a la que exhortó a trabajar por el bien común teniendo como meta a “Cristo y su enseñanza”. 

Gente de todas partes se volcó en torno al Papa que por entonces llegó a nuestra patria, tal como lo afirmó a su llegada “En pos de Cristo por los caminos de Colombia”. Fue, sobre todo, un encuentro con el hermano que sufre, con aquellos que en medio del inmenso dolor y la indiferencia pueden sucumbir fácilmente y rendir las herramientas de la esperanza ante lo desolador del camino. 

Monseñor Fabián Marulanda
Así pues, durante su encuentro con los reclusos en Bogotá les hizo saber que tienen un lugar especial en el corazón del Señor, por cuanto van compartiendo su cruz de manera especial en medio de las horas de cada día.

Según recuerda monseñor Fabián Marulanda, quien fue el encargado de llevar la maleta en que el Papa guardaba sus medallas, los siete días que duró la visita de Juan Pablo II, denominados los ‘días blancos’, fueron una verdadera maratón del Pontífice en la que visitó once poblaciones a lo largo de todo el territorio, incluidas las ruinas de Armero.

Esta visita, justamente, se dio gracias a la participación del entonces obispo Marulanda, luego de que la propia Presidencia de la República descartara un viaje a Armero por temor a una erupción del Nevado del Ruiz. Marulanda, quien representaba al Obispo de Ibagué en una reunión con el presidente Belisario Betancur, hizo ver la oportunidad de que el Papa orara por los muertos en el escenario mismo de la tragedia.

Además de Armero, Juan Pablo II estuvo en Bogotá, Chiquinquirá, Popayán, Tumaco, Bucaramanga, Cartagena y Barranquilla en un recorrido en el que ofició un total de 27 misas y realizó algunos de los encuentros más recordados por los colombianos y los caleños, como el que tuvo con 20 niños misioneros en el Seminario Mayor de Cali.

Aquello ocurrió el 3 de julio de 1986, el mismo día arribó a la base aérea Marco Fidel Suárez, desde donde realizó un recorrido en su ‘papamóvil’ por la Carrera 8 y la Calle 44, para luego tomar la Autopista Sur y la Calle 5 hasta llegar al Seminario Apostólico en La Umbría, en Pance, donde pernoctó. 

El trayecto de 18,8 kilómetros desde la Base Aérea, tupido de banderas e imágenes del Papa en postes, balcones y ventanas, terminó a las 8:50 p.m., cuando entró al Seminario Mayor.

Allí, antes de su reunión con los niños, tuvo lugar otra de las escenas más recordadas de su visita a Colombia, luego de que el Papa entrara a la cocina del Seminario para lavarse las manos. Juan Pablo II sorprendió a las mujeres que le preparaban su cena al entrar como si se tratara de un empleado más, enjuagarse su cara en el lavaplatos y luego secarse con uno de los trapos de la cocina, para después cenar con los 20 niños misioneros, de los cuales dos eran menores que habían vivido en la calle y se encontraban en un proceso de resocialización.

Sin embargo, más allá de las anécdotas, lo que recuerda monseñor Fabián Marulanda de aquella visita fue el mensaje por la paz y los vehementes discursos que pronunció el Papa contra la clase dirigente del país. “Juan Pablo II recordó las palabras de Pablo VI cuando vino a Colombia, en agosto de 1968: ‘todos los problemas que estaba viviendo Colombia en ese momento de violencia, hubieran podido ser prevenidos con reformas oportunas y audaces’”.

  Miércoles de Alabos

Una cruz roja sobre una bandera azul cubría una columna del aeropuerto El Dorado el 1 de Julio de 1986. Cientos de personas se agolpaban tras la barrera de la policía esperando la llegada del boeing 747 de Alitalia que, como el burro en Jerusalén, traía al país del sagrado corazón al representante de Dios en la tierra: para esta década el Papa Juan Pablo II. 


Aeropuerto el Dorado durante la visita de Juan Pablo II


El avión aterrizó y la gente empezó a corear "Juan Pablo, Segundo, Te quiere todo el mundo". Monseñor MarioRevollo y Monseñor Fabio Suescún ingresaron a la aeronave para saludar al Santo Padre y darle la bienvenida oficial. Paralelamente, paralizado, el país observaba por televisión la llegada de la aeronave. 

En Bogotá, los ciudadanos se apostaban sobre la calle 26 a la espera del carruaje que transportaría al Sumo Pontífice del aeropuerto al Palacio Arzobispal en la Plaza de Bolívar.

Fotografías de la llegada de Juan Pablo II a Colombia.






Titulares de los diferentes periódicos de Colombia relacionadas con la visita de
Juan pablo II a nuestro país. 


En Bogotá, los ciudadanos se apostaban sobre la calle 26 a la espera del carruaje que transportaría al Sumo Pontífice del aeropuerto al Palacio Arzobispal en la Plaza de Bolívar.

"Era un ambiente indescriptible, honestamente sentí cosas ese día que nunca en mi vida he vuelto a sentir", comenta Yolanda Tovar, experta en textos bíblicos, que tenía 22 años en ese momento y vio por televisión el arribo de Karol Wojtyla.

El líder de la iglesia bajó de la aeronave, pronunció un emotivo discurso y saludó uno a uno a funcionarios del gobierno que como lagartos disfrazados de palomas estrechaban la mano del Sumo Pontífice. Karol Wojtyla realizó el papeleo de aduana dentro de la aeronave y se dirigió al Papa móvil, el primero de tres camperos Land Rover Santana modificados por el Ejército Nacional.

El separador y el andén de la Avenida El Dorado estaban llenos de gente. Teresa Rueda, una monja de la arquidiócesis de Zipaquirá, recuerda haber visto hombres, mujeres, niños, ancianos, comerciantes, indigentes, sacerdotes, monjas, prostitutas, enfermos y muchas personas más en la bienvenida al santo padre. Todos querían ver al Papa. 


Mapas con el recorrido del Papa Juan Pablo II del aeropuerto a la Plaza de Bolívar
El Papa móvil, blindado y escoltado, avanzaba a cerca de 25 kilómetros por hora hacia el oriente para tomar la Carrera Séptima. Una estampida de personas acompañaba el trayecto de la caravana por el amplio separador de pasto que dividía la Calle 26. Corrían en desorden mirando hacia el centro de la vía sin caer. Desde arriba, la caravana y la maratón se veían inmóviles, como enclavados en  la tierra que, junto a los fieles apostados en quietud, parece ser quien se desliza hacia el occidente de la ciudad.

La flota de vehículos que acompañaba el carruaje papal se componía de 8 vehículos: tres careando y cinco en la retaguardia, y de dos buses escoltados por cinco carros más. La flota era predominantemente blanca, 5 automóviles blancos, incluyendo el papa móvil, acompañados de dos carros azules, uno amarillo y otro rojo. Se ignora la identidad de los ocupantes del carro rojo que, según la monja, desentonaba completamente con el código cromático de la ocasión.

Fotografías del recorrido de Juan Pablo II del aeropuerto a la catedral primada de Bogotá.










La llegada de la caravana a la Plaza de Bolívar ocurrió por la Carrera Séptima. El Sumo Pontífice pasó por el frente del Palacio de Justicia que 237 días antes era el escenario de una lucha sin tregua entre el terror del M-19 y la imprudencia del Ejército Nacional. En la plaza, miles de personas agitaban pañuelos blancos decorando la llegada del vehículo papal dentro del cual Juan Pablo II “se veía contento mientras saludaba”, afirma la experta en textos bíblicos.

Fotografías de Juan Pablo II en la Plaza de Bolívar de Bogotá.













Tan cerca y tan lejos

El Parque El Tunal era un potrero seco y polvoriento para los días en los que el Papa visitó la capital de la república. Para 1986 lo único presentable del lugar era la tarima de colores y escalinatas blancas desde la cual Karol Wojtyla impartió la misa ante cerca de un millón de personas. En la tierra, miles de hombres y mujeres contemplaban desde grandes distancias la silueta del pontífice, luchando contra el soplido del viento que se llevaba por el aire las palabras y elevaba del suelo un polvo inmisericorde.

Fotografías de la Visita de Juan Pablo II al Parque El Tunal de la ciudad de Bogotá.






Fotografías de la Visita de Juan Pablo II al Parque Simón Bolívar de la ciudad de Bogotá.



Presencia militar y policial en el parque Simón Bolívar


Al hacer el balance de los siete días y las once poblaciones visitadas por el papa Juan Pablo II, se los menciona como siete días blancos, porque todo fue transparente y luminoso a su paso. 

La visita papal a las ruinas de Armero fue un bálsamo para las miles de víctimas y para el país. Cuando en el palacio presidencial se programaba la gira papal, se había descartado esa visita por el temor de que la actividad del Volcán Nevado del Ruiz pudiera provocar una nueva avalancha. Fue la intervención del obispo Fabián Marulanda, quien representaba al obispo de Ibagué en esa reunión, la que hizo ver la oportunidad de que el Papa orara por los muertos en el escenario mismo de la tragedia. 

La propuesta fue acogida de inmediato por el presidente Belisario Betancur.


Fotografías de la Visita de Juan Pablo II a Armero.









En esa visita a Armero, Juan Pablo II desafió el miedo y el dolor de las víctimas para hablar de resurrección y esperanza. Los que relataron en los medios de comunicación esa singular visita destacaron el escenario: detrás de la gran cruz, una extensa llanura desértica era lo que había dejado la avalancha de la próspera y dinámica capital del algodón; el pontífice de pie, con su sotana y sus cabellos agitados por el viento tibio que venía de la cordillera, estaba rodeado de una muchedumbre que recibía, ávida, su invitación a la esperanza. “Así como se están echando las bases para una nueva estructura urbanística, social, laboral etc., de la misma manera deberá cuidarse todo lo que mira al desarrollo integral de las personas y, particularmente, a la necesidad de una proyección cristiana que anime todas las actividades que se emprenden. Participad activamente en esta empresa de tanta importancia con gran confianza en la Providencia divina, en vosotros mismos y en la sociedad”, dijo el Papa.

Casi ignorado, entre las numerosas noticias sobre esta visita, fue el episodio ocurrido en Popayán, en donde un meticuloso eclesiástico quiso silenciar la voz de un indígena que trató de hacer llegar su voz de protesta al oído de Juan Pablo II. 

Pero fue el Papa mismo quien asumió la defensa del derecho del indio a expresarse, y el discurso fuera de libreto fue escuchado atentamente por el augusto visitante, que dos años antes, en un encuentro con indios y esquimales de Yellowknife (Canadá), había pedido perdón a los indígenas “por los recién llegados que, en su ceguera, a menudo consideran inferior la cultura india”. En esa ocasión proclamó todos sus derechos y deberes y condenó la “opresión física, cultural y religiosa y todo lo que de alguna forma pudiera privaros de lo que os pertenece por justo derecho”.

El incidente con el indio caucano fue la oportunidad para exaltar esos derechos y hacer ver el camino correcto de las relaciones con los indígenas.

Aura Ligia, la cocinera del seminario de Cali, nunca olvidará el momento en que el Papa abrió la puerta de la cocina y se dirigió al lavaplatos, abrió la llave y se lavó cuidadosamente las manos. Paralizada por el asombro y la emoción, Aura Ligia solo atinó a ofrecerle una toalla limpia cuando él, sonriente, ya se secaba las manos con el trapo limpión de la cocina.

Por todos los lugares que recorrió, su paso despertó oleadas de afecto y devoción. Gabriel Cardona, un trabajador del seminario que perdió un dedo en un accidente cuando preparaba el hospedaje del Papa, acababa de salir de la sala de cirugía y ya lo estaban buscando porque al enterarse del accidente, el Papa había pedido ver al trabajador. Con la mano vendada y su hijo de un año cargado en el otro brazo, Gabriel fue recibido en una inesperada audiencia: “Cargó a mi hijo y me pidió que le mostrara la mano que tenía recientes los puntos de la operación. La tomó entre sus manos y me dijo que me tranquilizara, que no me iba a pasar nada”, dijo.

Gabriel ha repetido este relato infinidad de veces, pero siempre le tiembla la voz por la emoción. Otro Gabriel, el premio Nobel de literatura Gabriel GarcíaMárquez, también recordó durante su vida el episodio extraño en que, inesperadamente, se encontró encerrado en una habitación con el papa Juan Pablo II.

“Entonces tomé conciencia plena de dónde estaba y de aquel hombre solitario que hacía girar la llave al derecho y al revés sin conseguir abrirla.

Qué tal que mi mamá supiera, pensé, que estoy encerrado con el Papa en su oficina.

Me pareció tan irreal que aquella tarde me hice el propósito firme de no escribirlo nunca, por temor de que nadie me lo creyera”.

Los de aquella visita eran tiempos difíciles en que el proyecto de paz del presidente Betancur parecía una misión imposible y, recordaba el nuncio apostólico, monseñor Ettore Balestrero, que fue un verdadero aporte al proceso de paz el que prestó el Papa. 


Fotografías de Juan Pablo II y el presidente Belisario Betancur.




Para el presidente Betancur y para el país, que reclamaba la paz, había sido un duro revés el sangriento episodio de la toma del Palacio de Justicia. Juan Pablo II hizo una referencia a una paz que debería tener como centro al hombre y su dignidad, encarnada en la misericordia, soportada en las víctimas, respetadas y valoradas.

En efecto, en su discurso en el Palacio de Nariño ante empresarios y políticos vestidos de gala, y recordando el documento de Puebla de los obispos latinoamericanos, mencionó el Papa la “civilización del amor” como un objetivo que tropieza con obstáculos como la crisis económica que afecta a los países más débiles, a pesar de lo cual urge un desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres.

Algunos de los empresarios que lo escuchaban habían asistido a una reunión parecida, 18 años antes, con el papa Pablo VI, de quien habían oído palabras semejantes: “Es urgente reconstruir y hacer más próspera y más justa vuestra nación”; tal fue la consigna central de las intervenciones de Juan Pablo II en esos días blancos.


Fotografías de la partida de Juan Pablo II de Colombia.







El quinto santo

JuanPablo fue el cuarto entre los santos canonizados que han pisado suelo colombiano.

Los primeros fueron san Luis Beltrán, misionero, y san PedroClaver, apóstol de los negros esclavos que llegaban de África a Cartagena. Otro canonizado, con ejercicio pastoral y antiliberal como obispo de Pasto, fue sanEzequiel Moreno Díaz; el cuarto santo fue el papa Juan Pablo y, más cercana que todos ellos, santa Laura de Jericó. Los cinco revelan, cada uno a su manera, el dinamismo de la fe que estimulan los papas viajeros.


A Juan Pablo II, lo mismo que a los primeros santos de la Iglesia, lo comenzó a canonizar el pueblo el día mismo de sus funerales. De hecho, el papa Francisco hizo caso omiso de algunas de las condiciones tradicionales y lo proclamó santo. El propio Juan Pablo II había roto la tradición al hacer 1338 beatificaciones y 482 canonizaciones, más del doble de lo que habían hecho los papas en los últimos cuatro siglos. El suyo fue un proceso rápido para alegría de los millones de feligreses que deseaban verlo en los altares, incluidos los colombianos a quienes deslumbró en su recorrido por 10 ciudades colombianas.

Juan Pablo II hizo un aporte invaluable al camino de la paz en Colombia, por cuanto hizo referencia siempre a una paz que tenga como centro el hombre y su dignidad, una paz que sea enmarcada en la misericordia. Una paz soportada en las víctimas, respetadas, valoradas. Según él, tanto la justicia como la sociedad deben ser garantistas ante el hermano herido y que dicha justicia se da en su opinión si nos hacemos consientes de ser acogidos y perdonados por Dios.

Un tapiz gigante del difunto papa Juan Pablo II decoró la fachada de la Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano, durante la solemne ceremonia de beatificación presidida por el papa Benedicto XVI.

Sin lugar a dudas la figura de San Juan Pablo II seguirá irrumpiendo en la historia como un apóstol de luz capaz de conciliar pensamientos diversos sin alterar el ejercicio de conservar el magisterio y avocar a la iglesia en torno al conocimiento y contemplación del Dios misericordioso, de Jesucristo su hijo y de la Virgen María su madre que es modelo de obediencia y abandono.

La Administración Postal Nacional lanzó la emisión de la estampilla  en homenaje al Papa Juan Pablo II, con motivo de su visita a Colombia. (1986)



En lo social su prioridad siempre fueron los más necesitados, los sufrientes y marginados grandes conquistadores del corazón de Cristo. Se pudieran mencionar muchas cosas sobre su figura eximia. Para destacar el hecho de haber pedido perdón por los errores y abusos cometidos por parte de la iglesia durante la inquisición, siguiendo los pasos de aquel con su misericordia restableció la relación entre Dios y los hombres y del cual el Papa afirmaba “Mirad al Señor y descubriréis en Él el rostro amoroso de Dios, Jesús es la palabra que el Señor tenía que decir a la humanidad”, misma palabra que hizo andar por nuestro país cuando en 1986 caminó en pos de Cristo por los caminos de Colombia.


(Texto tomado del diario el Tiempo, articulo escrito por  Javier Dario Restrepo  http://www.eltiempo.com/vida/religion/recuerdos-de-la-visita-de-juan-pablo-ii-a-colombia-117412)

Actuación Policial durante la visita de Juan Pablo II.


La Policía Nacional se preparó y actuó lucidamente en todos los actos programados durante la visita Papal.

La institución ocupó un lugar prominente porque cada uno de sus miembros como ciudadanos y agentes del orden desempeñó  funciones de trascendental importancia. No sólo determinadas especialidades de la Policía sino toda la Institución, como un solo hombre y con inmensa responsabilidad ante el mundo.

Ya en 1968, con ocasión del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional, la Policía Nacional se dio a conocer a todo el mundo demostrando ser una Institución policial ejemplar y eficiente en el poderoso cometido de sus funciones. 

Con la visita de su santidad Juan Pablo II, por segunda vez los ojos de propios y extraños tuvieron la mirada fija en el cumplimiento de  su deber, en su honor de ciudadanos colombianos y de católicos convencidos, todos y cada uno de los policías colombianos respondieron en forma amable y gallarda a esta magna responsabilidad.

Porque el honor y buen nombre de Colombia y de sus Fuerzas Armadas estuvo en manos, o mejor, en la actuación de cada uno de sus componentes durante esta Visita Papal.

Fotografías del accionar de la Policía Nacional.
Templete donde el Papa Juan Pablo II  oficiara una misa en el Parque El Tunal
( Bogotá D.C.)-1986

Últimos detalles al dispositivo de seguridad policial que se establecerá en el Parque El Tunal ( Bogotá D.C.), 
donde el Papa Juan Pablo II presidiría una concentración con obreros. (1986)


Dispositivo de Seguridad desplegado por la Policía Nacional en el Parque El Tunal( Bogotá D.C.), 
con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II . (1986)

El señor Presidente de la República Belisario Betancur, acompañado del Gerente de la Visita Episcopal,
 Luis Carlos Sarmiento Angulo y altos mandos policiales, inspeccionan el campo eucarístico del Parque Simón Bolívar.

Aeropuerto “El Dorado” momentos antes de la llegada al país de su Santidad el Papa Juan Pablo I
Presencia de la Escuela de Policía "General Santander" quienes le rendirán honores . 



Motociclistas policiales acompañando el papamovil

Control policial en los diferentes eventos del papa



Presencia policial en todos los actos de su santidad Juan Pablo II

Presencia policial en todos los actos de su santidad Juan Pablo II

La presencia y el patrullaje constante, fue el común denominador de la
Policía Nacional durante la estadía del Papa Juan Pablo II en Colombia 

Cabe resaltar, que el piloto del helicóptero que transportó al Papa Juan Pablo II, por los diferentes lugares de nuestro país fue el señor mayor de la Policía Nacional José Luis Ramírez Ceballos, oficial que fue asesinado por grupos insurgentes el 18 de abril de 1995







Revista de la Policía Nacional conmemorativa de la visita del papa
Juan Pablo II a Colombnia



Visita del Papa Francisco a Colombia: 1 y el 7 de julio de 1986.



Preparativos previos a la llegada del Papa Francisco.


En el momento en que el papa Francisco decidió venir a Colombia, en su despacho reposaban unas 115 solicitudes, radicadas por gobernantes y sacerdotes, para que visitara otros lugares del mundo. Incluso en la larga lista de las naciones que pedían la presencia del jerarca católico estaba Argentina, su tierra natal. “Pero prefirió hacer un viaje exclusivo a nuestro país, es decir que no irá a otro lado de América sino hasta el año 2018. 

No lo programó antes porque no quería involucrarse en las polémicas del acuerdo de paz. No deseaba tomar partido”, explicó el cardenal Rubén Salazar Gómez, encargado de los asuntos pastorales de Jorge Mario Bergoglio durante su estadía en Bogotá. Las otras actividades de Francisco, quien también estará en Medellin. Cartagena y Villavicencio, han sido coordinadas por los arzobispos locales.

Cardenal Rubén Salazar en audiencia con el Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio)
Fotografía tomada de http://elcatolicismo.com.co/


En la definición de la agenda papal jugaron toda suerte de factores incluyendo el climático, las infraestructuras aeroportuarias de las regiones y la importancia de estos centros urbanos en la historia del catolicismo. Por ejemplo, el sentido de la visita a la capital antioqueña será una especie de espaldarazo al gran número de personas que año tras año buscan las vocaciones sacerdotales en un departamento que congrega a la mayor parte de feligreses del país.

María Bernarda Bütler
Por su parte, la capital de Meta fue incluida en este periplo después de descartar a Florencia, Caquetá; y Puerto Leguízamo, Putumayo, donde los aeropuertos casi siempre viven cerrados debido a los fuertes inviernos. 

En Cartagena, la llegada del Papa permitirá una revisión al santoral criollo con ofrendas y homilías en honor a San Pedro Claver, el misionero español que alivió el sufrimiento de los esclavos en el puerto costero. Allí, Francisco también resaltará la vida de María Bernarda Bütler, de origen suizo, protectora de los enfermos y cuya muerte en estas tierras del Caribe le permitió un sitial en los altares nacionales.

Benedicto XVI la sacó del olvido mundial cuando la canonizó en 2008, cinco años antes de la hermana Laura Montoya. Bernarda es una de las santas menos conocidas en nuestro país y esta sepultada en LaHeroica (denominación que también se le da a la ciudad de Cartagena). 

Presidente de Colombia
 Juan Manuel Santos
En Bogotá, el Papa Francisco enaltecerá la imagen de la Virgen de Chiquinquirá, que llegará en romería hasta la Catedral Primada en el sector de La Candelaria. Ese día, Bergoglio saldrá al balcón de la edificación colonial después de recorrer la Plaza de Bolívar en el papamóvil que partirá desde La Casa de Nariño. Como jefe de Estado del Vaticano recibirá los honores de la guardia presidencial y un saludo del mandatario Juan Manuel Santos Calderón. “Solo en ese momento será tratado como gobernante. Después su labor será netamente pastoral. Por eso sus homilías y discursos tendrán un carácter religioso”.

El jerarca de la Iglesia católica, quien siempre parte desde Roma en un avión de Alitalia, deberá devolverse por exigencias del Vaticano en un vuelo comercial de la aerolínea Avianca. 

En Colombia siempre estará rodeado por las 30 personas más cercanas a su despacho apostólico y a la Casa Santa Marta, donde decidió vivir pese a que iba en contravía a las tradiciones papales. “Prefiero estar entre mis compañeros de trabajo. No me gusta vivir solo”, señaló hace algunos años.

Así mismo unos 80 periodistas del mundo, que cubren la fuente del Vaticano, también llegarán en el vuelo de Alitalia. A ellos les dará un par de declaraciones con la advertencia de que no responderá preguntas de tinte político o del conflicto armado colombiano.

Mientras la Santa Sede define el itinerario de la comitiva de Francisco, la Conferencia Episcopal de Colombia estudia las hojas de vida de las 4.800 personas, entre reporteros, fotógrafos y camarógrafos del mundo, que cubrirán la visita papal desde el 6 al 10 de septiembre. 

El equipo interdisciplinario es asistido por varios investigadores de la Interpol como parte del esquema de vigilancia que permitirá que los comunicadores cubran los eventos a 70 metros del jerarca religioso.

La seguridad es uno de los temas que más preocupa a los organizadores, tras la confirmación de que Francisco ha decidido cumplir sus itinerarios en un papamóvil ‘descapotado’, es decir, sin el habitáculo de vidrios blindados que ha usado en otros países.


Papamóvil descapotado en el que viajará el papa Francisco



















Hace unos días, periódicos como El Tiempo señalaron que este carro será ensamblado en Colombia. 

Durante su estadía, el papa Francisco dormirá en una habitación de la Nunciatura Apostólica de la capital colombiana, donde se asume que tratará de cumplir con las actividades propias de su rutina en el Vaticano. 

De otra parte, se conoció que la arquidiócesis escogió a la caleña Fanny Lu, Andrés Cepeda y Jorge Celedón, Maia y a Manuel Medrano para que participen durante la celebración eucarística de Bogotá. “No queremos espectáculos llamativos ni conciertos que distraigan su mensaje. Nuestro gran pastor no es una estrella, solo viene a dejarnos una semilla de paz”, enfatizó el cardenal Rubén Salazar.


Nota: El texto anterior que refiere los preparativos previos de la llegada de su santidad a Colombia fue tomado de la pagina http://www.jetset.com.co/edicion-impresa/temas-revista-jetset/articulo/visita-del-papa-francisco-a-colombia-2017/158900.



Así fue la llegada del Papa Francisco a Bogotá

Por tercera vez en la historia, un jerarca de la Iglesia Católica toca tierras colombianas.
El pasado 6 de septiembre a las 4:30 pm, el Papa Francisco llegó a Colombia, para iniciar una agenda de 4 días, que incluyó la visita a las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.

Todo el evento estuvo programado y liderado por la Santa Sede y el Comité Ejecutivo para la visita del Santo Padre cuyo director fue Monseñor Fabio Suescún Mutis.



Vídeo en el cual Mons. Fabio Suescún Mutis, Obispo encargado de preparar la visita del Papa Francisco a Colombia, señaló que cada una de las cuatro ciudades a las que irá el Pontífice tendrá un tema específico, como son la paz, la reconciliación y las vocaciones.


Cada recorrido estuvo orientado a la unidad del país, a través de la misericordia y el perdón, dado que se trató de un viaje pastoral. El prelado enfatizó que la prioridad del Papa Francisco fue la de visitar las comunidades pobres, eje de su evangelización, vino al encuentro de los colombianos.


Reviva los primeros momentos de la llegada del Papa Francisco a Bogotá.


Estas son algunas de las fotografías de la llegada del sumo pontífice a la capital del país:



A las 4:10 p.m. arribó al aeropuerto El Dorado de Bogotá 









La llegada del papa Francisco, después de un vuelo de 12 horas, a Colombia estuvo marcada por los actos de protocolo y el recibimiento por parte del nuncio apostólico en Colombia, Ettore Balestrero, y Juan Manuel Santos junto con María Clemencia Rodríguez, su esposa


Juan Manuel Santos y su esposa en la plataforma militar de CATAM a la llegada del papa Francisco.



El papa Francisco saludando a los niños que lo recibieron en el acto protocolario. 


El hijo de Clara Rojas (secuestrada por la guerrilla de las Farc), Emmanuel,
 le entregó una paloma al sumo pontífice a su llegada.


Posteriormente, se subió al papamóvil, recorriendo parte de la Calle 26 y algunas vías del barrio Teusaquillo, hasta llegar a la Nunciatura Apostólica, lugar que se convirtió en residencia papal durante la visita de Francisco. 













Fotografías tomadas de:
https://www.las2orillas.co/fotos-asi-fue-la-llegada-del-papa-francisco-colombia/
http://www.lapatria.com/galerias/reviva-los-mejores-momentos-de-la-llegada-del-papa-francisco-bogota

(Ver el vídeo de la llegada del papa a la Nunciatura Apostólica en el siguiente link http://edition.cnn.com/videos/spanish/2017/09/06/cnnee-brk-papa-francisco-colombia-llegada-nunciatura-entrada.cnn )


Vídeos de la llegada del papa Francisco:







El primer saludo del Papa Francisco a los colombianos tuvo lugar el jueves 7 de septiembre a las 9 de la mañana en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño. Luego se reunió con el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, a las 9:30 de la mañana. 

Ese mismo día dio su bendición a los fieles desde el Palacio Cardenalicio, donde también se encontró con los Obispos.

El discurso de Francisco en la plaza de Bolívar en Bogotá, no solo es una joya de la oratoria, es un reconocimiento a nuestros símbolos patrios, a la genialidad de García Márquez; es una acérrima defensa de los pobres, es un latigazo directo a las élites nacionales que construyen leyes con intereses mezquinos antes que colectivos; es un contundente espaldarazo al proceso de paz; “No están solos”, este es “un viaje hacia la reconciliación y la paz”, palabras que conjuntamente con los apartes finales de 100 años de Soledad, constituyen el mensaje más claro, contundente y directo que hemos recibido los colombianos referente a la  paz que anhelamos.


Como un verdadero orfebre de la palabra, el papa Francisco fue deshojando un árbol de metáforas, muchas personales, otras bíblicas, otras tomadas de nuestros símbolos patrios, incluso de la obra inmortal de Gabriel García Márquez, para fustigar a los “de sangre pura”, para pedir que escuchemos a los pobres que ellos “que entre cadenas gimen comprenden las palabras del que murió en la cruz”.
(Ver el vídeo del discurso que realizó el papa en la Plaza de Bolívar en el siguiente link:https://www.youtube.com/watch?v=EOixGcUTZjE )

Fotografías de la llegada del papa Francisco a la Plaza de Bolívar de Bogotá.


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El papa el la ventana del palacio cardenalicio
Foto: Twitter @elpapacol












En la tarde se reunió con el Comité Directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano-CELAM y finalizó su primera jornada en territorio nacional con la celebración de una Eucaristía en el Parque Simón Bolívar a las 4:30 de la tarde.


El papa Francisco brindó este jueves su primera misa en el marco de su viaje a Colombia, que se extenderá hasta el domingo. La multitudinaria celebración religiosa se llevó a cabo en el Parque Simón Bolívar de Bogotá.

El Sumo Pontífice llamó a "disipar las tinieblas de la sed de la venganza" en un país que busca dejar atrás más de medio siglo de sangriento enfrentamiento armado.

"También aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida (…): las tinieblas de la sed de venganza y del odio que manchan con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta", señaló el Papa ante cientos de miles de fieles.


Su Santidad llegó al Parque, ubicado al oeste de Bogotá, en el papamóvil ante la algarabía de los feligreses que desde muy temprano se concentraron para escuchar la misa.


Antes de iniciar la ceremonia, Francisco se detuvo a saludar a varios asistentes, entre ellos un grupo de niños discapacitados.

El Sumo Pontífice advirtió también contra "las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social" y de "quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas".


Pulsa el sigueinte link para ver el vídeo de la misa del papa Francisco en el Parque Simón Bolívar. 

Fotografías de la llegada del papa Francisco al parque Simón Bolívar de Bogotá.


















Visita del papa Francisco a Villavicencio (Meta)


El 8 de septiembre, el Santo Padre viajo a Villavicencio y arribó a las 08:30 de la mañana, en la segunda escala nacional de la visita histórica que realiza a Colombia

(Ver itinerario del papa Francisco en Villavicencio http://www.viveelmeta.com/definido-el-recorrido-que-realizara-el-papa-francisco-en-villavicencio-694/ )

Varios niños, vestidos algunos con el traje típico de los Llanos Orientales, saludaron a Francisco y recibieron de él un rosario como presente. Un menor se acercó al santo padre y le regaló un poncho llanero, el cual el Papa no dudó en colocar inmediatamente sobre su hombro derecho. Posteriormente, abordó un vehículo cerrado y comenzó a transitar por las calles de Villavicencio.

A su paso, los pobladores salían por montones a saludarlo, portando banderas de Colombia y el Vaticano. Nuevamente, como ya lo hizo en Bogotá el miércoles y el jueves, estremeció a miles de personas que lo recibieron con alegría y esperanza en su primer recorrido por las calles.

En un momento, una mujer que corría detrás del vehículo logró acercarse a la ventanilla del automóvil y entregarle un papel al Papa.

Al llegar a la entrada de Catama, el pontífice se bajó del carro y abordó el papamóvil para realizar un circuito en un ambiente de fiesta, con música y cánticos del Llano entre los fieles que desde la noche del jueves llegaron para asistir a la segunda misa que dará en Colombia. 

Ya en el recinto de Catama, bendijo a varios niños que le acercaron sus padres y al detenerse el papamóvil, una guardia indígena conformada por miembros de distintas comunidades venidas de diferentes partes de Colombia formaron una calle de honor. 

En uno de los momentos más emocionantes, el Papa abrazó y besó a varios niños de las comunidades ancestrales, recibió un collar con semillas de ellos y un sombrero vueltiao que no dudó en ponerse. Enseguida, caminó abrazado a dos indígenas adultos en dirección a la sacristía. 

"Francisco, amigo, el Llano está contigo", le gritaron las más de 600.000 personas cuando subió al escenario desde el que presidió la multidudinaria misa de campal.

En la misa, en un primer momento, realizó la beatificación del obispo de Arauca, monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, quien fue asesinado por el Eln en 1989, y del sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, conocido como el 'martir de Armero', masacrado en ese municipio tolimense en medio de revueltas tras la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.

En la homilía, el Papa habló sobre la reconciliación.

"La reconciliación no es una palabra abstracta; si eso fuera así, solo traería esterilidad, más distancia. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto", dijo.

"Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se
convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz. Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso en tal dirección, sin esperar que lo hagan los otros", explicó el santo padre. 

Y luego, añadió: "¡Basta una persona buena para que haya esperanza! ¡Y cada uno de nosotros puede ser esa persona!".

Esto, aclaró, no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos. No es legitimar las injusticias personales o estructurales: "El recurso a la reconciliación no puede servir para acomodarse a situaciones de injusticia".

"La reconciliación, por tanto, se concreta y consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer la esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación será un fracaso", concluyó el Papa. Así, Villavicencio abrazó sus palabras, mientras la música llanera retumbaba en Catama, así como la esperanza.


Fotografías del viaje del papa Francisco a Villavicencio.



La agenda del Papa se retrasó por unos minutos debido a las fuertes lluvias que caían sobre Villavicencio.
FOTO AFP





Tras bajarse del Airbus A320 de Avianca, que lo transportó desde Bogotá, el sumo pontífice saludó al alcalde de la ciudad, Wilmar Barbosa, y a los mandos militares. Varios niños, vestidos algunos con el traje típico de los Llanos Orientales colombianos, saludaron a Francisco y recibieron de él un rosario como presente. FOTO REUTERS


Al llegar a la entrada de Catama el papa bajó de un vehículo y abordó el papamóvil para realizar un circuito en un ambiente de fiesta,
con música y cánticos, entre los fieles que llegaron para asistir a la segunda misa en Colombia. FOTO AFP


En Catama el papa bajó de un vehículo y abordó el papamóvil para realizar un circuito en un ambiente de fiesta,
con música y cánticos, entre los fieles. FOTO ESTEBAN VANEGAS



El Papa abrazó y besó a varios niños indígenas, recibió un collar de los nativos y un sombrero vueltiao, que no dudó en ponerse. FOTO EFE


En Villavicencio el Papa Francisco compartió con comunidades indígenas, niños y víctimas del conflicto.
FOTO AFP

En el parque Las Malocas, varias víctimas del conflicto contaron sus testimonios de reconciliación en el Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional. FOTO EFE






El papa Francisco proclamó beatos al obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y al
sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, conocido como el mártir de Armero, durante la misa celebrada Villavicencio. FOTO AFP

https://www.unipymes.com/colombia-tiene-dos-nuevos-beatos-proclamados-por-el-papa-francisco/

El Papa oró ante la imagen mutilada del Cristo de Bojayá. FOTO AFP






Asistentes a la misa del papa Francisco en Catama, Villavicencio. Foto: Luis Acosta / AFP

Ver vídeo de la llegada del papa Francisco a Villavicencio



Luego de la misa y la conmovedora jornada en homenaje a las víctimas del conflicto armado, el Papa Francisco se dirigió al Parque de los Libertadores de Villavicencio, donde saludó a un grupo de 400 niños y niñas y escuchó a líderes indígenas de distintas regiones, mientras un coro de voces blancas entonaba un canto tradicional.

Antes de finalizar la eucaristía, el sumo pontífice envío un mensaje de aliento a las víctimas del terremoto en México, que deja al menos 30 víctimas mortales, y también a las del huracán Irma.

Con siembra del Árbol de la Vida, concluyó visita de Francisco a Villavicencio.

El Santo Padre se detuvo brevemente junto a la Cruz de la Reconciliación, monumento en el que están inscritos los nombres de víctimas de la violencia, donde participó en un minuto de silencio por los colombianos que han sufrido el conflicto armado.




Al final, muy cerca de la Cruz, acompañado por dos niñas y provisto de una pala, el Papa Francisco sembró un árbol como símbolo de la paz y del cuidado que debemos tener por la naturaleza.


Con la ayuda de dos niñas, el Papa Francisco siembra el Árbol de la Vida en Villavicencio,
 como parte de su mensaje de reconciliarse con la naturaleza, no explotarla y protegerla.

Cabe recordar que en su encuentro con los obispos colombianos, el Santo Padre envió un mensaje instando a coadyuvar en la protección de la Amazonia, al tiempo que destacó la sabiduría de los pueblos amazónicos en cuanto al respeto por la vida y el ambiente.

“La Amazonia es para todos nosotros una prueba decisiva para verificar si nuestra sociedad, casi siempre reducida al materialismo y pragmatismo, está en grado de custodiar lo que ha recibido gratuitamente, no para desvalijarlo, sino para hacerlo fecundo”, dijo en esa ocasión.

Y agregó: “Pienso, sobre todo, en la arcana sabiduría de los pueblos indígenas amazónicos y me pregunto si somos aún capaces de aprender de ellos la sacralidad de la vida, el respeto por la naturaleza, la conciencia de que no solamente la razón instrumental es suficiente para colmar la vida del hombre y responder a sus más inquietantes interrogantes”.

En este sentido, el Sumo Pontífice invitó a “no abandonar a sí misma la Iglesia en Amazonia”, porque “la consolidación de un rostro amazónico para la Iglesia que peregrina aquí es un desafío de todos ustedes, que depende del creciente y consciente apoyo misionero de todas las diócesis colombianas y de su entero clero”.

“He escuchado que en algunas lenguas nativas amazónicas para referirse a la palabra «amigo» se usa la expresión «mi otro brazo». Sean por lo tanto el otro brazo de la Amazonia. Colombia no la puede amputar sin ser mutilada en su rostro y en su alma”, puntualizó el Santo Padre.


Viaje del papa Francisco a Medellín.


En la ciudad de Medellín, el 9 de septiembre, el Sumo Pontífice ofició una Eucaristía a las 10 de la mañana en el Aeropuerto Olaya Herrera.





















A las 3 de la tarde se reunió con la comunidad que reside en el Hogar San José.













En la capital antioqueña sostuvo un encuentro con sacerdotes, religiosas, consagrados, seminaristas y sus familias en el Coliseo La Macarena.








La agenda del Papa Francisco culminó en Cartagena el 10 de septiembre, donde hizo la oración del Ángelus en el Santuario de San Pedro Claver.

Previamente, llevó a cabo la Bendición de la primera piedra de las Casas para las personas sin casas de la obra Talitha Qum en la Plaza San Francisco de Asís y más tarde visitará la casa Santuario de San Pedro Claver.

"Tuvimos una visita del Papa al barrio San Francisco, donde su santidad sufrió un golpe en su recorrido en el papamóvil, a pesar de ello el Papa Francisco continuó sus actividades en Cartagena, donde visitó la casa de una mujer de 77 años que dedica su vida a cocinar y distribuir alimentos a los más necesitados.
Desde hace más de 50 años Lorenza Pérez abre su casa para acoger y cocinar todos los días a niños de 0 a 6 años en situación de pobreza del barrio de San Francisco, uno de los barrios más pobres de Cartagena.


Esta fue la única casa que visitó el Papa en su viaje a Colombia. Según fuentes oficiales del Vaticano, fue doña Lorenza quien le curó las heridas que le provocó el golpe que sufrió en el papamóvil al saludar a un niño.
Todos los domingos donde esté su Santidad hace el Ángelus a las 12 del día. Lo hizo en el atrio de la Iglesia San Pedro Claver y luego entro a orar ante las reliquias del Santo, un día en el que se habló de la dignidad de la persona, la dignidad del trabajo y los derechos humanos", precisó Monseñor Suescún Mutis.

El cierre de la agenda oficial de su santidad Papa Francisco en Cartagena fue a las 4:30 de la tarde en Contecar, donde celebró la Santa Misa.

 Al finalizar la eucaristía, salió en helicóptero para el aeropuerto.


fotografías del papa Francisco durante su visita a cartagena 


El Papa Francisco desciende por las escalerillas del avión de Avianca que lo trasladó de Bogotá a Cartagena.

Francisco recibe una artesanía a su llegada al aeropuerto ‘Rafael Núñez’ de Cartagena.

Emotivo abrazo de una niña al Papa Francisco a su llegada al aeropuerto ‘Rafael Núñez’ de Cartagena.


El Papa Francisco bendijo a niños y niñas con dificultades de salud en Cartagena.

Recorrido del Papa Francisco por las calles cartageneras rumbo a la Iglesia del apóstol San Pedro Claver.

El Papa Francisco ofreció la última eucaristía de su Visita Apostólica a Colombia, en el muelle de Contecar.



Comparsas y bailes típicos de la Costa Caribe acompañaron la despedida del Papa Francisco tras su histórica visita apostólica a Colombia.

Nostalgia y melancolía dejó entre los asistentes al Aeropuerto Rafael Núñez, la despedida del Papa Francisco tras su histórica visita apostólica.








Fotografias tomadas de

Durante cinco días el líder de la Iglesia Católica paralizó el país. Visitó cuatro ciudades y según cifras que entregó la Vicepresidencia más de siete millones de colombianos salieron a recibirlo y escucharon presencialmente las eucaristías.




Catequesis del Papa Francisco donde hace un balance de su viaje apostólico a Colombia.


En su catequesis de la Audiencia General realizada en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco hizo balance de su reciente viaje apostólico a Colombia y se reconoció impresionado por la muestra de alegría y esperanza en un pueblo que ha sufrido mucho.

El Santo Padre recordó que acudió a Colombia a transmitir el mensaje evangélico y señaló que “con mi visita he querido bendecir los esfuerzos de ese pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio que supone una riqueza para mi ministerio y para toda la Iglesia”.

A continuación, el texto completo de la catequesis del Papa:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


Como ustedes saben en los días pasados he realizado el Viaje Apostólico a Colombia. ¡Están aquí algunos colombianos! Con todo el corazón agradezco al Señor por este gran don; y deseo renovar la expresión de mi reconocimiento al Señor Presidente de la República, que me ha acogido con mucha cortesía, a los Obispos colombianos que han trabajado mucho para preparar esta Visita, como también a las Autoridades de este País, y a todos aquellos que han colaborado en la realización de esta Visita.

¡Y un agradecimiento especial al pueblo colombiano que me ha recibido con mucho afecto y tanta alegría! Un pueblo alegre en medio del sufrimiento, pero gozoso; un pueblo con esperanza.

Una de las cosas que más me ha impresionado en todas las ciudades, entre la gente, los papás y las mamás con los niños, que levantaban a los niños para que el Papa los bendijera, pero también con orgullo hacían ver a sus niños como diciendo: “Esto es nuestro orgullo, esta es nuestra esperanza”. Yo he pensado: un pueblo capaz de hacer niños y capaz de hacerlos ver con orgullo, con esperanza: este pueblo tiene futuro. Y me ha gustado mucho.

De modo particular en este Viaje he sentido la continuidad con los dos Papas que antes de mí han visitado Colombia: el Beato Pablo VI, en 1968, y San Pablo II, en 1986. Una continuidad fuertemente animada por el Espíritu, que guía los pasos del pueblo de Dios por los caminos de la historia.

El lema del Viaje era “Demos el primer paso”, es decir, “realicemos el primer paso”, referido al proceso de reconciliación que Colombia está viviendo para salir de medio siglo – de medio siglo – de conflictos internos, que ha sembrado sufrimiento y enemistad, causando tantas heridas, difíciles de cicatrizar. Pero con la ayuda de Dios el camino está ya iniciado.

Con mi visita he querido bendecir el esfuerzo de este pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio, que es una riqueza para mi ministerio y para toda la Iglesia. El testimonio de este pueblo es una riqueza para toda la Iglesia, ¡eh! Colombia – como la mayor parte de los países latinoamericanos – es un país en el cual son fuertes las raíces cristianas. 

Y si este hecho hace todavía más agudo el dolor por la tragedia de la guerra que lo ha desgarrado, al mismo tiempo constituye la garantía de la paz, el sólido fundamento de su reconstrucción, la linfa de su invencible esperanza. Es evidente que el Maligno ha querido dividir al pueblo para destruir la obra de Dios, pero es también evidente que el amor de Cristo, su infinita Misericordia es más fuerte que el pecado y que la muerte.

Este Viaje ha sido para llevar la bendición de Cristo, la bendición de la Iglesia sobre el deseo de vida y de paz que rebosa del corazón de esta Nación: lo he podido ver en los ojos de los miles y miles de niños, jóvenes y muchachos que han llenado la Plaza de Bogotá y que he encontrado por todas partes; esa fuerza de vida que también la naturaleza misma proclama con su exuberancia y su biodiversidad.

Colombia es el segundo país en el mundo por biodiversidad. En Bogotá he podido encontrar a todos los Obispos del país y también al Comité Directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano. Agradezco a Dios por haberlos podido abrazar y por haberles dado mi aliento pastoral, por su misión al servicio de la Iglesia sacramento de Cristo nuestra paz y nuestra esperanza.

La jornada dedicada de modo particular al tema de la reconciliación, momento culminante de todo el Viaje, se ha desarrollado en Villavicencio. En la mañana se realizó la gran celebración eucarística, con la beatificación de los mártires Jesús Jaramillo Monsalve, Obispo, y Pedro María Ramírez Ramos, sacerdote; por la tarde, la especial Liturgia de Reconciliación, simbólicamente orientada hacia el Cristo de Bojayá, sin brazos y sin piernas, mutilado como su pueblo.

La beatificación de los dos Mártires ha recordado plásticamente que la paz se funda también, y sobre todo, en la sangre de tantos testigos del amor, de la verdad, de la justicia, y también de mártires verdaderos, asesinados por la fe, como los dos apenas citados.

Escuchar sus biografías ha sido conmovedor hasta las lágrimas: lágrimas de dolor y de alegría juntas. Ante sus Reliquias y sus rostros, el santo pueblo fiel de Dios ha sentido fuerte su propia identidad, con dolor, pensando a las tantas, muchas víctimas, y con alegría, por la misericordia de Dios que se extiende sobre quienes lo temen (Cfr. Lc 1,50).

«Misericordia y verdad se encontraran, justicia y paz se besaran» (Sal 85,11), que hemos escuchado al inicio. Este versículo del salmo contiene la profecía de lo que ha sucedido el viernes pasado en Colombia; la profecía y la gracia de Dios para este pueblo herido, para que pueda resurgir y caminar en una vida nueva.

Estas palabras proféticas llenas de gracia las hemos visto encarnadas en la historia de los testimonios, que han hablado en nombre de tantos y tantos que, a partir de sus heridas, con la gracia de Cristo han salido de sí mismos y se han abierto al encuentro, al perdón, a la reconciliación.

En Medellín la perspectiva ha sido la de la vida cristiana como discipulado: la vocación y la misión. Cuando los cristianos se comprometen completamente en el camino del seguimiento de Jesucristo, se hacen verdaderamente sal, luz y levadura en el mundo, y los frutos son abundantes.

Uno de estos frutos son los Hogares, es decir, las Casas donde los niños y los jóvenes heridos por la vida pueden encontrar una nueva familia donde son amados, acogidos, protegidos y acompañados. Y otros frutos, abundantes como racimos, son las vocaciones para la vida sacerdotal y consagrada, que he podido bendecir y animar con alegría en un inolvidable encuentro con los consagrados y sus familiares.

Y finalmente, en Cartagena, la ciudad de San Pedro Claver, apóstol de los esclavos, el “focus” ha ido a la promoción de la persona humana y de sus derechos fundamentales. San Pedro Claver, como también recientemente Santa María Bernarda Bütler, han dado la vida por los más pobres y marginados, y así han mostrado la vía de la verdadera revolución, aquella evangélica, no ideológica, que libera verdaderamente a las personas y las sociedades de las esclavitudes de ayer y, lamentablemente, también de hoy.

En este sentido, “dar el primer paso” – el lema del Viaje – significa acercarse, inclinarse, tocar la carne del hermano herido y abandonado. Y hacerlo con Cristo, el Señor hecho esclavo por nosotros. Gracias a Él hay esperanza, porque Él es la misericordia y la paz.
Encomiendo nuevamente a Colombia y a su amado pueblo a la Madre, Nuestra Señora de Chiquinquirá, que he podido venerar en la catedral de Bogotá. Con la ayuda de María, todo colombiano pueda dar cada día el primer paso hacia el hermano y la hermana, y así construir juntos, día a día, la paz en el amor, en la justicia y en la verdad. Gracias.





Los Ángeles protectores del Papa Francisco durante su visita a Colombia



Más de 1.000 policías, vestidos de civil, serian los encragados de vigilar las rutas de Francisco en Colombia. Su gra reto  era que epapa no quiere observar armas de fuego cerca de su recorrido.

Después del primer encuentro entre miembros de seguridad del Vaticano y la Policía de Colombia, las autoridades comprendieron que la seguridad que requerirá el papa Francisco en su paso por cuatro ciudades de este país en septiembre de 2017, seriá estricta. La razón: el pontífice no quiere impedimentos para su movilización y pretende estar lo más cerca posible de sus fieles colombianos.

El encuentro en el Club de Oficiales de la Policía. Lo presidió Domenico Giani, policía italiano, inspector general del Cuerpo de Gendarmería de la Ciudad del Vaticano y escolta personal de Francisco en sus giras por el mundo. 

Por Colombia asistió el General (r) Óscar Naranjo, vicepresidente de la República (vocero de la visita papal en materia de seguridad), además del General Jorge Hernando Nieto, director general de la Policía de Colombia, quien suscribió durante 2016 un convenio de cooperación en seguridad con Giani en Italia.



Francisco no quiere ver armas de fuego durante su paso por Colombia. Al menos, cerca de él. Esa fue la principal sugerencia de Domenico Giani a las autoridades colombianas.

El Papa no gusta de las armas y aunque le cuesta aceptar esquemas de seguridad, los prefiere retirados. El máximo Jerarca de la Iglesia Católica en el mundo pretende romper los protocolos, detenerse y acercarse a la gente.

“No gusta que lo saturen, que le impidan sus movilizaciones”, contó una fuente militar, que pidió omitir su identidad, y quien tiene claro que igual la visita del religioso estará vigilada por más de 1.000 hombres de la Policía, en su mayoría de la Dijín y Sijín vestidos de civil y expertos en inteligencia. Es decir, será una vigilancia estricta en anillos de seguridad distribuidos por Ejército, Policía y guardia presidencial. De cerca, se dispondrían agentes de civil con elementos de última tecnología.

Durante el paso del papa por este país habrá aproximadamente cinco carros papales, todos ensamblados en Colombia. Desde Casa de Nariño se coordinará con el Vaticano el protocolo del Papa.

Domenico Giani – el jefe de seguridad de Francisco- duró una semana en este país. Y revisó una a una las rutas por donde se movilizará Francisco en su paso por Villavicencio, Medellín, Cartagena y Bogotá.


Quien es Domenico Giani, el ‘superescolta’ del Papa Francisco






Se llama Domenico Giani, tiene 46 años y es el jefe de seguridad del Vaticano. Se encarga de seguir y proteger al Papa allá donde va. En la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, este 'superpolicía' ha demostrado cómo trabaja para evitar que a Francisco no le ocurra ningún percance.





Siempre pegado al Pontífice es el encargado de organizar o coordinar toda la seguridad tanto en el Vaticano como en los viajes.


Le apodan 'Shadow' (la sombra) y ha protegido desde 2006 a Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora a Francisco.





Domenico Giani, es el ‘angel de la guarda’ de los pontífices de 2006. Apodado Shadow (la sombra) es el responsable de seguridad del Vaticano, el hombre que sigue y acompaña a Francisco, antes a Juan Pablo II y luego Benedicto XVI, allá donde vaya y por dónde mueva.  

Su cargo concreto es el de responsable de seguridad de la Gendarmería vaticana y escolta personal de Sumo Pontífice. En definitiva, el superpolicía de Francisco. Giani tuvo el “honor” de sustituir en el cargo al histórico Camilo Cibin, un agente que trabajó durante 58 años en la Santa Sede con nada menos que seis papas. Cibin vivió los atentados contra Pablo VI en Manila y los de Juan Pablo II cuando Ali Agca le disparó y otro en Fátima.






Giani formó parte de los servicios secretos de Italia y es un experto en seguridad, aunque Francisco es quizás el Papa que más le complica su labor. Por ejemplo en la JMJ de Río de Janeiro tuvo que emplearse a fondo ante la multitud que cuando llegó Francisco llegó a rodear el coche en el que viajaba. Por más que intente pasar desapercibido en casi todas las imágenes en las que aparece Francisco se puede distinguir su silueta muy cerca, pegado a él. Su sombra. Giani es el hombre calvo que se encarga de acercar a los niños a Francisco para que los bese y los bendiga.

La labor del guardaespaldas del Papa, además de no separarse de él, va más allá. Según los agentes que han trabajado con Giani tanto en el Vaticano como en los viajes de los pontífices a actos tan multitudinarios como la JMJ de Madrid y de Río, apuntan que la coordinación es prácticamente perfecta. A Giani, cuentan, no se le escapa ni un detalle. En Madrid se encargó de organizar todo el dispositivo de seguridad personalmente con la policía española. No delega y quiere saber de antemano lo que se va a encontrar. En Madrid tenía perfectamente analizadas las calles del recorrido y sus alternativas”.  A Brasil, junto a Giani viajaron cinco agentes de la Gendarmería del Vaticano: Mauro De Horatis, Gianluca Gauzzi, Luca Cintia, Davide Giulietti y Luigi Trombetta. A ellos se suman el teniente coronel Christoph Graf y el capitán Lorenzo Merga, ambos de la Guardia Suiza








Los agentes que protegen al Papa tienen formación casi militar. Cuando Giani organiza un dispositivo alrededor del Pontífice organiza a los escoltas en rectángulo, un tipo de formación que según los expertos permite un ángulo de visión más amplio.  El dispositivo que monta cuenta siempre con la posibilidad de un ataque y en ese caso la huida se hace siempre por la parte delantera. Además, un número de agentes, según sea el acto y el lugar, se infiltra siempre entre la gente.  Cuando Francisco, el papa que más difícil se lo pone y más quebraderos de cabeza le da por su cercanía con los fieles, por su costumbre de moverse en un jeep abierto en el Vaticano o por andar junto a la gente, se sube al coche sitúa a los hombres más altos pegados al vehículo.

El Papa sabe del peligro que puede correr y las amenazas que rodean a su persona, pero Giani asegura que lo que más le preocupa son los fieles. "El Vaticano es un lugar por el que cada día, entre las visitas a la Basílica, a los Museos y las audiencias, pasan decenas de miles de personas que deben sentirse seguras. Somos los encargados de su seguridad los que debemos adecuarnos a él, y no al revés. Debemos hacer todo lo necesario para que pueda continuar desarrollando su ministerio como quiere y cree".

Para Giani uno de los momentos más críticos de la seguridad en el Vaticano fue "el sucesivo al discurso que Benedicto XVI dio en Ratisbona, el 12 de septiembre del 2006". Según él guardaespaldas se trata de un discurso "profético" porque "denunciaba la degeneración de un cierto islam extremista, pero que entonces suscitó protestas muy fuertes contra el Papa". Con Benedicto vivió alguna situación de alerta cuando fue atacado dos veces por la misma mujer, Susanna Maiolo.  En 2012 pasó a la fama al detener, personalmente, al mayordomo del papa, Paolo Gabriele, de 42 años, acusado de filtrar documentos secretos del Vaticano.

Glauco Benigni escribió en 2005 el libro ‘Los Ángeles de la guarda del Papa’ en el que explica que “la seguridad personal del pontífice depende de muchos niveles y se organiza según las múltiples áreas de su permanencia y tránsito. Ante todo, hay que aclarar que nos encontramos ante un nivel visible yante otro invisible. Los miembros del primer nivel no son definibles como secretos, aunque sin duda son muy discretos. En cambio, los del nivel invisible están claramente ocultos y, por tanto, hablar de ellos es inapropiado e imposible. El nivel visible consta de tres grandes áreas. Dentro de la Santa Sede están su guardia de cuerpo personal -los guardias suizos-, y la Gendarmería Vaticana. Fuera de los muros vaticanos, en el territorio italiano, actúan los agentes de la inspección de la Policía italiana, un comando dedicado en particular a la defensa de la Santa Sede”.  Destaca también que el gran cambio en la seguridad vaticana llegó “con el Papa Karol Wojtyla, a causa del atentado del 1981 y de sus muchos viajes”

Al frente de la Guardia Suiza

Si Giani  es la sombre del Papa, detrás de él hay un pequeño ejército que forma Cuerpo de la Gendarmería de la Ciudad del Vaticano, formado en la actualidad por 130 hombres y que desde 2008 forma parte de la Interpol. Cuenta con el apoyo de todos los servicios de inteligencia del mundo y en caso de un ataque terrorista o cualquier situación de riesgo cuenta con el apoyo de todos los cuerpos de seguridad de Italia.

Para formar parte de la guardia suiza los requisitos son estrictos. Tienen que ser ciudadanos suizos, católicos, solteros en el momento del reclutamiento, tener entre 19 y 30 años y medir como mínimo 1,74.

Este cuerpo nació el 22 de enero del año 1506 como defensa del Papa Julio II. En la actualidad, aunque su aspecto pueda ser anacrónico, son un Ejército absolutamente profesional que bajo ese uniforme con alabardaocultan desde gases lacrimógenos hasta pistola y dos granadas.

Cada 6 de mayo, los nuevos reclutas juran su cargo; este es el día en que se conmemora aquel 6 de mayo de 1527 en que, en pleno saqueo de Roma, 147 de los miembros de la Guardia Suiza fueron asesinados a manos de mercenarios alemanes.

Aunque sólo pueden acceder varones, desde hace tiempo se viene hablando de la posibilidad de admitir, en este ejército que es el más pequeño y antiguo del mundo, a mujeres en determinados puestos.

"Juro servir con fidelidad, lealtad y honor al Sumo Pontífice [nombre del Papa en curso] y a sus legítimos sucesores, y dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando si fuera necesario incluso mi vida para defenderlos. Asumo este mismo compromiso con el Sagrado Colegio de Cardenales cuando la Sede Apostólica esté vacante [...]. Que Dios y nuestros santos patronos me asistan".


Los santos patronos incluyen el especialmente los Ángeles Custodios, San Martín, y San Sebastián. Cada día, dos tercios de la Guardia Suiza está encargada de montar guardia en la entrada del Palacio Apostólico. Asimismo, los guardias suizos son los que velan por el orden público en los actos con el Papa, así como en las audiencias generales y en los encuentros con autoridades.


Un ‘superagente’ del pontífice fue un general colombiano de la Policia Nacional.

Brigadier General de la Policía Julio César González Bedoya
Durante la visita a Colombia del Papa Francisco, siempre al costado izquierdo del papamóvil  se mantuvo aferrado Doménico Giani –el jefe de seguridad del Vaticano– y a la diestra del papa Francisco estaba el Brigadier General de la Policía Julio César González Bedoya. 

Ellos fueron durante la estadía del sumo pontífice en Colombia los responsables del primer anillo de la seguridad de la Gendarmería vaticana. Los que corren, suben y bajan con destreza singular. Los de gafas oscuras y vestido oscuro, a quienes muchos fieles han llamado ‘los hombres de negro’ y otros denominaron ‘los superagentes’.

Para ser parte de este cuerpo de escoltas no solo hay que ser un experto en seguridad, sino poseer un incontrovertible valor humano y una alta capacidad de concentración. 

El general González Bedoya fue el elegido para esta importante tarea durante los recorridos que hizo el Papa en Colombia. Él viajó a mediados de año al Vaticano para prepararse con los hombres de seguridad de Francisco y memorizar milimétricamente el dispositivo papal, que siempre emplea una ubicación rectangular alrededor del santo padre.

¿Quién es el general González? El oficial es un bogotano de 49 años con 30 de servicio en la Fuerza Pública. Es el jefe de la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía. 

Dentro del esquema que se puso en marcha con Francisco sirvió de enlace entre las autoridades colombianas y los 14 hombres que viajaron de Italia para cuidar al Papa. 

BIOGRAFÍA del BG JULIO GONZÁLEZ

El señor Brigadier General Julio Cesar González Bedoya, nació en Bogotá el 26 de septiembre del año 1968, Hijo del señor Lorenzo González y la Señora Helena Bedoya considerado por quienes lo conocen como un líder innato, propositivo y de gran carisma, con humildad ha servido a la institución policial durante 30 años, tiempo en el que se ha encargado de velar por el bienestar de los colombianos y de sus subalternos. Hace 20 años Contrajo matrimonio con la señora Carmen Lucia López Franco; sus tres hijos Ana maría, Diego Felipe y Laura Daniela son el motor de su vida y a quienes da lo mejor de sí cada día.

Ingresó a la Escuela de Cadetes de Policía “General Francisco de Paula Santander”, el 17 de enero de 1987 y se graduó como subteniente el 01 de noviembre de 1989, dentro del curso 059 de oficiales, Promoción Brigadier General Valdemar Franklin Quintero.

Inició su trayectoria como subteniente en la Policía Metropolitana de Bogotá, y posteriormente, realizo curso en criminalística, En el año 1992 ya como Teniente, comanda un grupo especial de la Seccional de Investigación Criminal,  destacándose como un excelente oficial, luego de ello contribuyó con sus conocimientos en la Dirección de Antinarcóticos dejando huella con su vigor e interés por sacar avante los proyectos institucionales, posteriormente desde la Escuela de Investigación Criminal sus conocimientos permitieron formar en investigación a jóvenes promesas institucionales. En el grado de Mayor, llegó a ser comandante de la Policía de Tolima coadyuvando a mejorar la seguridad ciudadana, motivo por el cual se hace merecedor de una comisión al exterior, en Europa, más exactamente en la ciudad de Alemania. Como Teniente Coronel fue comandante de la Policía de Chocó e hizo parte de la Dirección de Inteligencia Policial y nuevamente regresó a al alinea investigativa con la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, Para el grado de Coronel, la respuesta a su arduo trabajo no se hizo esperar, premio a su trayectoria le permitieron una comisión a Suecia y una agregaduría en el Estado de Chile en donde como siempre dejó con sus excelso servicio el nombre de nuestra Policía Nacional en el más alto nivel y mejor aún el gran honor de ser Jefe del Grupo de Protección del Congreso, que sin duda es uno de los cargos que hacen gala a una hoja de vida intachable. 

Dentro de su formación profesional, cuenta con un pregrado en Administración Policial, curso en el (FBI) de Secondary Identification of Aircra en United States Department of Justice, Curso de crímenes en computadores del Department of Justice Federal Bureau en 2002, Curso de Educación en Justicia Criminal de la University of Virginia en 2009 y curso de Cyber Terrorism Investigation Unit en los Estados Unidos respectivamente, Su excelente desempeño en la Policía Nacional se ha reconocido con 39 condecoraciones, y 163 felicitaciones públicas.

Además del General González y los más de 1000 hombres de la policía, también se escogieron seis de las mejores policías del país para hacer parte del esquema de seguridad del papa Francisco.

Ellas, fueron escogidas entre casi 20.000 mujeres de la institución. 

Las agotadoras jornadas, en las que afinaron habilidades y conocimientos, se extendieron por más de seis meses.

Unas de las pruebas que tuvieron que afrontar consistió en correr 20 kilómetros. A la madrugada siguiente subieron uno de los cerros más altos de Bogotá, Monserrate.

Solo horas después, recibieron instrucciones sobre sus posiciones en la caravana papal. Para ello debieron usar trajes de paño y zapatos de tacón, los mismos que posiblemente utilizarán durante la misión.

Los ejercicios de estas policías fueron exigentes y se sumaron a otros que se hicieron en secreto y a diario. En ellos no se descuidó el menor detalle.

“Somos parte del primer anillo y de la parte externa que cuida al santo padre”, explicó la teniente Lina Cristancho.

“Es un honor estar cerca al pontífice, para hacer la labor que nosotros como mujeres de protección estamos altamente preparadas”, dijo la intendente Martha Moreno.


Esta corte terrenal de policías acompañará a Francisco las 24 horas del día durante los cuatro días que estará en el país.

Fotografías donde se observa el accionar del grupo de escoltas del Papa Francisco.

















Fotografías donde se muestra al papa Francisco, bendiciendo y despidiéndose de los hombres y mujeres policías que a través de la prestación de su servicio de seguridad, lograron que su  visita a Colombia fuera un éxito.









Culminaré esta gran compilación, resaltando que en su paso por Bogotá, el Papa Francisco visitó las instalaciones de la Dirección General de la Policía Nacional donde a través de una placa en Mármol, quedo plasmada su bendición a todos los policías de Colombia y también como recuerdo de su peregrinación por este país.


Fotografías donde se observa a su santidad el papa Francisco, bendiciendo la placa en mármol antes reseñada:








Posteriormente, esta representativa placa fue incrustada en un obelisco ubicado en el pasaje de acceso a la entrada principal del Edificio de la Dirección General de la Policía Nacional. 








Fuentes Consultadas:

Blog de Niño German, publicación 2014 recuperado de http://www.ghnino.com/2014/09/el-album-papal.html
Archivo EL TIEMPO
Rodríguez, Manuel, Templete en la visita del Papa pablo VI. Recuperado de
Romero Salamanca, Guillermo (2017) La niña bogotana a la que el papa Paulo VI le respondió una carta. Recuperado de  http://www.uniminutoradio.com/historia-la-nina-le-escribio-al-papa-paulo-vi/
http://www.afitecol.com/wp-content/uploads/2017/08/PauloVI1-1024x584.jpg
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/anecdotas-de-la-primera-visita-papal-bogota-articulo-710899
http://www.eltiempo.com/vida/religion/recuerdos-de-la-visita-de-juan-pablo-ii-a-colombia-117412
Tiempo, Casa Editorial El. «Los días blancos del santo Juan Pablo II en Colombia»El Tiempo. Consultado el 2017-09-03.
 «Así vivió Colombia las visitas de Pablo VI y Juan Pablo II»Radio Nacional de Colombia. 2017-08-31. Consultado el 2017-09-03.
 Tiempo, Casa Editorial El. «Fotos: En fotos, la visita de Juan Pablo II a Colombia - Galería de Fotos - El Tiempo»El Tiempo. Consultado el 2017-09-03.
Cali, Casa Editorial El País. «Las visitas de Pablo VI y Juan Pablo II a Colombia»elpais.com.co. Consultado el 2017-09-03.
Semana. «La primera visita de un máximo jerarca de la Iglesia Católica a Latinoamérica fue la que hizo Paulo VI a nuestro país en 1968. El papa Juan Pablo II estuvo en 10 ciudades colombianas en 1986. Así fueron las visitas papales.»La primera visita de un máximo jerarca de la Iglesia Católica a Latinoamérica fue la que hizo Paulo VI a nuestro país en 1968. El papa Juan Pablo II estuvo en 10 ciudades colombianas en 1986. Así fueron las visitas papales. Consultado el 2017-09-03.
http://caracol.com.co/radio/2017/05/08/nacional/1494194884_178536.html
https://www.policia.gov.co/noticia/‘mi-encuentro-con-el-papa

http://www.elconfidencialdigital.com/te_lo_aclaro/Domenico-Giani-superescolta-Papa-Francisco_0_2096790305.html
https://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-catequesis-del-papa-francisco-sobre-su-viaje-a-colombia-67509

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