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martes, 21 de febrero de 2017

LA AVIACIÓN EN LA POLICÍA NACIONAL DE COLOMBIA





                                                                            
      
Desde que el hombre apareció sobre la faz de la tierra, sintió el vehemente deseo de volar; quizá para estar más cerca de sus dioses, quizá para aproximarse a los seres queridos que lo habían precedido.  Pensó quizá que desde el aire se sentiría más libre y poderoso.  Pensó que desde el aire podría ampliar el mismo dominio de la tierra a sus pies.

Hace muchísimos siglos, las más famosas y poderosas civilizaciones dieron rienda suelta a su imaginación y crearon las más fantásticas y apasionantes mitologías del vuelo.  

Las más conocidas en Grecia, la de Icaro y Dédalo, quienes estando prisioneros en el Laberinto de Creta por orden de Minos, lograron huir de su encierro, con la ayuda de unas alas de cera y plumas, que ellos mismos habían construído.


Imagen de Icaro y Dédalo volando

Siguieron: Itana que cabalgaba sobre una águila; Belerofonte que montó sobre el Pegaso, para ir a destruir a la Quimera por mandato de Yobates; Astolfo que se transportaba por el aire en una carreta que era halada por grifos.


En Asia tenemos también curiosas y singulares mitologías relatadas en el libro “ Las montañas y los mares”, que fue escrito durante la época dorada del Imperio Ki-Kouang, 2.000 años A.C., donde se describen infinidad de personajes voladores dentro de los Vedas y Vimanas.

América no pudo escapar del fenómeno de las mitologías relacionadas con el vuelo.  En nuestro territorio tenemos infinidad de leyendas de este tipo.

En el libro “ La historia de los Incas” (Quechuas) del escritor español Sarmiento de Gamboa, se relata por ejemplo, la fundación de Cuzco, donde según la leyenda, Ayar Auca, hermano de Manco Copac, tomó posesión del lugar sobre un aparato que poseía alas especiales.  En el mismo, se relata también que Tupa Yupanqui, el décimo jefe Inca, se hacía acompañar en sus expediciones de Antarqui, quién con un aditamento volador especial, se desplazaba por los aires.




En la Civilización Nasca, predominaron también los seres voladores.  Similar situación ocurrió en las civilizaciones Ricus y Chavin, con su dios alado (hoy en el Museo de Lima) y con su Estela Raimondi respectivamente.


Ya en territorio colombiano, tenemos a los Chinú y a los Mochicas con su dios alado Chasqui.  Dentro de la cultura Agustiniana o Moscopan, tenemos al famoso ser espacial que con su traje, cordón umbilical, cilindros en la espalda y casco, nos evoca a un Astronauta; se encuentra en Pisimbalá, muy cerca de Tierradentro.

obra del científico Guillermo Fonseca Truque  

Las culturas Quimbaya, Popayán, Sinú, Tolima, Tairona y Calima, están repletas de dioses y de figuras aladas.  En los Chibchas o Muiscas vemos al Jefe Pepo, divinidad alada, que era consejera del Cacique Tisquesusa.

Estos y otros antecedentes, llenan las páginas de libros como, “La Rana Dorada” y “El folclor de las esculturas “ del inglés Fraser, “Tratados Indígenas “ de Pérez de Barradas,  “ El Manual de Arqueología Peruana”, “Crónicas de la Conquista”, los escritos del alemán von Hagen, las publicaciones del mismo Museo del Oro de Colombia y todos los estudios e investigaciones del científico colombiano Guillermo Fonseca Truque.

Tratando más concretamente el medio de la aviación actual, tenemos que los principales pioneros y hacedores han sido: Arquitas de Tarento (365 años A.C.), Simón elMago 866 años D.C.), Roger Bacon (1250), Leonardo Da Vince (1452), Hermanos Montgolfier (1745), Henri Giffard (1852), Ferdinand Graf von Zeppelín (1873), OttoLilienthal (1889), Clement Ader (1890), Octave Chanute (1894), Hermanos Wright (1903) y Juan de la Cierva (1919).

En Colombia, según referencias, la actividad aeronáutica comenzó con los globos. Juan Carrasquilla, Medellín (1749) José Antonio Flórez, Popayán-Bogotá (1843-1845), y Domingo Valencia, Bogotá (1910).  Cuenta la Historia que Carlos Albán, Popayán (1887), diseñó el primer dirigible en Colombia.  Le siguió a todo ello, aquel pequeño avión Bleriot, Bogotá (1911), el Charabanc de John Schmit, Medellín (1913) y el Jenny de William Knox Martín, B/quilla (18 de Junio de 1919), traído por Carlos Obregón y Ulpiano A. de Valenzuela.
Carlos Alban



Para 1915, se había constituido en Bogotá, el primer Club Aeronáutico Colombiano que fue factor predominante para que el Gobierno Nacional se empezara a interesar en la aviación.  De ello se desprendió, que se emitirá la ley 15 (7 de septiembre de 1916) que creaba  la aviación militar en Colombia y su primera Escuela, durante el gobierno del presidente José Vicente Concha.   Esta no dejó de ser un papel que se perdió en los archivos oficiales.
Presidente José Vicente Concha

Vino a continuación, la creación de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea- CCNA. en Medellín (16 de septiembre de 1919) por parte de Guillermo Echavarría Misas , la cual operó con base en Cartagena. 



S.C.A.D.T.A.  fue creada en B/quilla (5 de diciembre de 1919) por Ernesto Cortissoz y por Helmuth von Krohn y Albert Tietjen.  



La C.C.N.A.  con aviones Farman sobre ruedas, desapareció a los pocos años por sus frecuentes accidentes aéreos, mientras que S.C.A.D.T.A. (hoy Avianca), con aparatos Junker sobre flotadores, siguió progresando y ampliando sus rutas.  Sus pilotos y sus máquinas fueron un factor muy importante durante el ConflictoAmazónico (1932-1934).



Tanto la aviación comercial como la militar, continuaron con su lento pero seguro desarrollo, para ir garantizando a diario, no sólo la velocidad y seguridad con las cuales se vencieron los obstáculos que presentaba nuestra recia topografía, sino la efectividad y la eficiencia en la prestación de un gran servicio a la nación entera.  Como muy bien lo afirma el presidente López Pumarejo,  “pasamos de la mula al avión”.

Las enormes ventajas y la gran versatilidad que proporcionan los medios aéreos en cualquier sector, militar o civil, no pasaron desapercibidas a los altos mandos de la Policía Nacional Colombiana.  

Fue así como, estando de Directores Generales de la Institución en la década de los años 50, el General Miguel Sanjuán, el Teniente Coronel Efraín Villamizar Flórez y el Coronel Francisco Rojas Scarpetta, se iniciaron las gestiones pertinentes, a fin de crear el elemento aéreo de nuestra Policía.  Las más famosas del mundo, ya disponían de él en tal época.


Inicialmente se adquirieron dos pequeños monomotores Cessna, uno de ellos, de los F.F.C.C. Nacionales y el otro, de los representantes en Colombia directamente, para el servicio de la Dirección General y para el Comando de la Policía Departamental de Bolívar respectivamente, los cuales fueron operados inicialmente, por pilotos contratados.


Más tarde, en 1968, se volvió a insistir en el tema, con el propósito de estructurar un servicio aéreo policial cada vez más sólido.  

Se compraron pues, un avión Cessna 206 monomotor, un 337 y un 401 bimotores, los cuales fueron volados por oficiales activos de la Policía y uno retirado de la Fuerza Aérea.  

Era el Director General de la Institución, el Mayor General Bernardo Camacho Leyva continuó la preparación de más pilotos, pero debido a un lamentable accidente aéreo en el aeropuerto de Guaymaral, cuando al despegar precisamente el Cessna 337, se vino a tierra ocasionando la muerte de sus dos pilotos, el proyecto se clausuró y el equipo aeronáutico restante, se remató.

pilotos policiales fallecidos en accidente aéreo de Guaymaral

Al poco tiempo, se retornó el asunto y se volvieron a adquirir otros dos aviones Cessna de similares características.  En esta ocasión, fueron operados inicialmente por oficiales de la FAC también en comisión y posteriormente, por oficiales de la Policía que habían realizado sus cursos de pilotaje en forma particular.  Estos aparatos fueron comisionados a los Departamentos de Policía de Santander y de Meta Llanos Orientales.



En el año de 1973, bajo la Dirección del señor Mayor General Henry García Bohórquez, mediante Resolución N°100 de 1.973, nace la Sección de Transporte Aéreo, orgánica de la Rama Administrativa, tiempo después, más exactamente el 06 de marzo de 1.979, mediante Resolución N° 001 fue llamado "Grupo de Transporte Aéreo de la Policía Nacional". Su mantenimiento corría a cargo de una partida obtenida del "Fondo de Policías Contratadas“.


El entonces Grupo de Transporte Aéreo, era dirigido por el Coronel  Jaime Ramírez Gómez, a quien por su brillante labor al frente de la aviación le fue concedida la custodia del estandarte de la Bandera de la Policía Nacional durante el siguiente año, y a quien como justo reconocimiento, le fue asignado su nombre a la Compañía Aérea  de Bogotá.


En 1980, ante la grave amenaza del narcotráfico y su incidencia en el exterior, se le fija a la Policía Nacional por Resolución N° 2743 de abril de 1981, la función específica de combatir este flagelo, creándose el grupo de Control de Sustancias que Producen Adicción Física o Psíquica.

Para la institución siempre fue imperioso tener bajo su dominio y control un equipo técnico y humano que le permitiera a la aviación policial autonomía al momento de realizar operaciones aéreas, es por eso que hacia el año de 1981, encontrándose como Director General de la Policía Nacional el señor Mayor General Francisco José Naranjo Franco, la institución adelanta importantes gestiones ante el Gobierno Norteamericano, que conduce a la asignación de dos Helicópteros Bell 206 y un  helicóptero Bell 212, los cuales fueron destinados para instrucción y entrenamiento, pero por ausencia de infraestructura para operación, motivo por el cual fueron cedidos a la Procuraduría  General de la Nacional, para que acompañara en la lucha contra el narcotráfico.
Mayor General Francisco José Naranjo Franco

A finales de 1982 la Institución recupera nuevamente sus aparatos y organiza con ellos cursos de instrucción y entrenamiento con la finalidad de formar oficiales pilotos en esta especialidad.A comienzos de la década de los 80, el gobierno de los EE.UU. donó a la Policía nacional tres helicópteros Bell, dos modelo 206 L y uno 212, los cuales al poco tiempo, fueron comisionados a l

a Procuraduría General de la Nación con el propósito de emplearlos en la lucha contra el narcotráfico que empezaba a lograr índices insospechados.  A finales de 1982 estas aeronaves fueron devueltas a la Policía y con ellas, entre otras cosas, se reorganizaron y adelantaron cursos de capacitación y de entrenamiento para pilotos, todos oficiales de la Institución.

General Víctor Alberto Delgado Mallarino
Puede decirse que esta es la iniciación de la organización moderna del actual Servicio Aéreo Policial. Luego se produjo el convenio entre los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos, por medio del cual se comprometen mutuamente los esfuerzos para que la Policía Nacional aporte los recursos humanos y ellos los medios logísticos y demás apoyos necesarios para enfrentar el reto del narcotráfico. 

Obedeciendo a convenios firmados por los gobiernos de Colombia y los EE.UU., la Policía siguió recibiendo ayuda con mejores y cada vez más capaces equipos aeronáuticos, para ser empeñados en su totalidad contra el flagelo del narcotráfico.

El 29 de julio de 1983 mediante Decreto No. 2137 se crea el Servicio Aéreo de la Policía Nacional como organismo especializado adscrito a la Dirección Operativa. A partir del 1 de noviembre del mismo año,  bajo la Dirección del señor General Víctor Alberto Delgado Mallarino, se inicia la preparación del primer curso de oficiales pilotos en la Escuela de Aviación “Helicentro de Colombia”, equipo humano que se complementa con la preparación de suboficiales técnicos, curso iniciado el 17 de febrero de 1984 en la Fuerza Aérea Colombiana.
´primer curso  Oficiales de Policía Pilotos

El 01 de noviembre de 1984 se instala el Segundo Curso de Oficiales Pilotos en el instituto aludido a través de la compañía Rotores.

Inauguraran las instalaciones de la Base Aérea Guaymaral

A finales de 1983, el Servicio Aéreo inició la formación de Oficiales de la Institución como pilotos policiales



El desarrollo institucional y específicamente del servicio aéreo hizo posible que el 9 de noviembre de 1985 se inauguraran las instalaciones de la Base Aérea Guaymaral con el nombre del señor “Capitán Fernando Álvarez Bonilla”, como reconocimiento al primer oficial piloto fallecido en acto heroico. En este mismo año la Policía Nacional con el objetivo de tener mayor cobertura y control en el país adquiere dos helicópteros Bell 212, cinco Bell 206 y un Avión Turbo Trush, los cuales se muestran a nivel nacional e internacional a través de nuestros pilotos quienes permitieron el desembarco de unidades especiales durante el ataque y toma del Palacio de Justicia para contrarrestar el accionar terrorista y aun más durante el apoyo a la tragedia y catástrofe de Armero, tomando importancia a tal punto que la Dirección General de la Policía Nacional dispuso la organización del Servicio Aéreo de Policía “SAPOL”, bajo la dependencia  de la Dirección Operativa.


Para esta época el Servicio Aéreo crea su propia Escuela de Aviación bajo el mando del señor Capitán Jorge Enrique Arana Salamanca y en compañía de los Instructores Capitán Jaime Pinzón Calderón y Juan Manuel Chala Bejarano quienes con su compromiso y entrega formaron pilotos aguerridos utilizando las instalaciones de los aeropuertos de Bogotá, Guaymaral y Perales de la  Ciudad de Ibagué, efectuando la capacitación a oficiales del curso 003 y contando con la instrucción de vuelo con dos helicópteros Bell 206L, PNC 111 y PNC 112 y dos aviones Cessna 152, PNC 0261 y PNC 0262.

Nuevas dependencias de la Base Aérea de Guaymaral.

Construidas tanto por parte de la Institución como de la Embajada de los Estados Unidos de América y creadas mediante Resolución No 6318 de 1985, evento inaugurado por los señores General Miguel Vega Uribe, Ministro de Defensa Nacional, Mayor General Víctor Alberto Delgado Mallarino, Director de la Policía Nacional y el señor Teniente Coronel Carlos Alberto Pulido Barrantes, Jefe Servicio Aéreo de la Policía Nacional.


en la fotografía a parecen entre otros  el señor Lewis Tambs Embajador de Estados Unidos (Al centro), Coronel Jaime Ramírez Gómez, Comandante de la Policía de Control de Sustancias Químicas que Producen Dependencia Física o Psíquica  (der.) y Teniente Coronel Carlos Alberto Pulido Barrantes, Jefe Servicio Aéreo de la Policía Nacional (izq.).

Más adelante y mediante Resolución No. 1427 del 2 de abril de 1986, este Servicio Aéreo fue subordinado a la División de Servicios Especializados de la Policía.  A través de estos cambios, se trataba de darle cada vez más cuerpo, más entidad y más operatividad.

A la fecha, casi todos los cuerpos policiales del mundo entero contaban con el apoyo directo de su propio elemento aéreo, aumentando significativamente los radios de acción, el cubrimiento y la agilidad para responder de manera más adecuada a las necesidades y disminuir al mínimo, los tiempos de reacción, traduciéndose todo ello en una mayor eficiencia.  Las condiciones actuales del país, también así nos lo exigen y debemos tener en cuenta que el Servicio Aéreo de la Policía es parte integral del Poder Aéreo Nacional.

Con el Decreto No.423 del 3 de marzo de 1987, se agrupa el Servicio Especializado de la Policía de Control de Sustancias que Producen  Adicción Física y Síquica y el Servicio Aéreo de la Policía Nacional y quedan dependiendo de la Dirección General, estableciendo sus estructura y funciones mediante la Resolución No.1050 del 9 de marzo de 1987 y a su vez le da la nueva denominación de Dirección de Antinarcóticos (DIRAN).

Durante  su  corta  pero  fructífera  existencia,  el Servicio Aéreo de la Policía Nacional de Colombia, ha participado en innumerables operaciones dentro de las cuales podemos destacar las siguientes:

Operación La Abundancia.  En  esta  acción  conjunta  entre  Ejército  y   Policía  realizada a orillas del río Vichada, entre el 7 y el 23 de agosto de 1985,  el  Servicio   Aéreo  de  la  Institución,  con  tres  de  sus  helicópteros medianos, hizo posible la       Retención  de  importante  material  al  servicio  del narcotráfico, tal como: 1 avión       bimotor B-66, 6 vehículos, 2 plantas eléctricas,  1 equipo de  radio  HF  y  60  kg de  cocaína.

Alto del Cable. El 12 de agosto también del año 85, subversivos del M-19 atacaron la  estación  repetidora  de radio de la Policía ubicada en el cerro del mismo nombre en  inmediaciones  de  Bogotá, causando la muerte a un suboficial y heridas a varias personas  que  atendían  la estación.  El  Servicio Aéreo con un helicóptero mediano, pudo trasladar al sitio y de manera oportuna, el personal y el equipo necesario para repeler el atentado.

Palacio de Justicia.  Para  responder  a la salvaje y cruenta toma de la Sala Máxima de  la  Justicia  colombiana  el  6  de  noviembre  de  1985  por parte  del movimiento subversivo M-19, la Dirección General puso  a disposición de la fuerza de tarea, varios helicópteros   livianos  que  transportaron  al  sitio  de  los  hechos  en  forma  rápida, personal especializado del COPES y del GOES.

Catástrofe de Armero.   En   este  desastre  de  orden  natural  ocurrido  el   13  de noviembre del 85 también, por la explosión y descongelamiento del volcán nevado del Ruiz,  Armero  y  algunas  otras  poblaciones  menores  de  Caldas, Tolima y  Risaralda Fueron   totalmente  arrasadas.  La   aviación  policial   participó  activamente  en  las  operaciones  de  búsqueda,  rescate  y   evacuación  de  heridos  y  de  muertos,   en el transporte de personal,  de  medicamentos  y  de  toda  clase  de materiales, con 5    aeronaves que  totalizaron  270:10 hs. de  vuelo en las que se movilizaron 16.530 kg. de cargas diversas y 2.333 personas.

Operación Costa Azul.   Realizada  en la  Alta Guajira el 7 de febrero de 1986, en  coordinación  con  la  Armada de E.E.U.U., donde se utilizaron tres helicópteros y un avión. En los 16 días de actuación se volaron 41:45 hs. de vuelo nocturno (primera vez en la Policía) y se decomisaron 60.410 kg. de marihuana, 14 kg. de cocaína y 13 vehículos de transporte.

En asaltos a Unidades de Policía y de las FF.MM.,    el      Servicio    Aéreo    ha  respondido  en  forma eficaz,  movilizando  personal,  material y apoyando con fuego, diferentes   tipos   de   operaciones.  Valga   la   pena  mencionar  las  de  los  asaltos perpetrados en La Herrera (Tolima) y en Urrao (Antioquia) y aquella famosa donde se dio de baja al temible criminal y capo de la mafia Rodríguez Gacha.

Desafortunadamente,  a  la  fecha  y  a  raíz  de  la  permanente  operación  en áreas infestadas   por  narcoguerrilla,  se han perdido  valiosas  vidas  de  pilotos  y  de integrantes,  todos  tripulantes  de  vuelo de esta noble y abnegada Institución.  Dios los tenga en su gloria. 

Los notables progresos de la Policía Nacional en 1992 llevó a la institución ha autorizar la inscripción de oficiales femeninas al Servicio Aéreo, con el lleno de los requisitos es seleccionada la Teniente Luz Nancy Parrado, quien hizo parte del curso 014 conformado por 10 oficiales de la Policía y 2 oficiales de  la Armada Nacional, convirtiéndose así en la primera mujer piloto de las  Fuerzas Militares y de Policía.

Como muy bien se expresara en la Revista Fuerzas Armadas No. 416 (oct.94)  “la  mujer  como  piloto,  le  imprime armonía a la labor, es la  cara amable  y  también  la  fortaleza  y  el carácter que permite en ocasiones, analizar las situaciones  con seguridad y aplomo ……”


Teniente  Luz  Nelcy  Parrado A.

El Servicio Aéreo desde  1992  ha  abierto  las  puertas a la mujer; es la primera institución armada no sólo  en  Colombia  sino  en el Continente Latinoamericano que le concede a este ser tan  especial  e  inigualable,  la oportunidad  de volar y de controlar ese bello espacio por donde  se desplaza.  


Otro aspecto muy relevante y digno de destacar en este servicio,  es el de que en él, las  oportunidades  son amplias  como  lo  es también su horizonte. 


Para ampliar más los datos sobre la evolución histórica del servicio aéreo policial pueden consultar en este mismo blog "Historia de la Aviación Policial"