En el devenir histórico
de la mujer, se observan los diferentes cambios en las tareas que realizaba en
cada pueblo y cultura, hasta llegar al ocaso del segundo milenio.
Mientras la actual
sociedad tiene una tendencia patriarcal, la primitiva sociedad se caracterizó
por ser matriarcal y su unidad estaba constituida por el gen maternal o el
clan, era una hermandad de hombres.
Para los niños en ese entonces todas las mujeres mayores, eran madres, fueron ellas las que se convirtieron en la mayor fuerza productiva; las obreras y las campesinas, las dirigentes de la vida científica, cultural e intelectual; tuvieron el control sobre los alimentos, descubrieron el fuego, crearon los primeros recipientes, utilizaron los recursos que la naturaleza ponía a su disposición y así se inició la industria de la cuerda al tejido; el arte de la alfarería, también se ocupaba de trabajos muy duros y pesados, como transportar mercancías y equipajes sobre sus hombros.
Para los niños en ese entonces todas las mujeres mayores, eran madres, fueron ellas las que se convirtieron en la mayor fuerza productiva; las obreras y las campesinas, las dirigentes de la vida científica, cultural e intelectual; tuvieron el control sobre los alimentos, descubrieron el fuego, crearon los primeros recipientes, utilizaron los recursos que la naturaleza ponía a su disposición y así se inició la industria de la cuerda al tejido; el arte de la alfarería, también se ocupaba de trabajos muy duros y pesados, como transportar mercancías y equipajes sobre sus hombros.
Por mucho tiempo la
mujer estuvo circunscrita al ambiente de la casa, a lo íntimo, lo emocional, de
esta manera se forjó la subordinación de la mujer a todos los órdenes y su
exclusión del ámbito educativo, de los cargos públicos y privados.
El transcurso del
tiempo, ha traído cambios sustanciales en las costumbres y tradiciones
familiares y sociales en general. La
mujer especialmente en los países de occidente conquistó la capacidad y
autonomía jurídicas, logró el reconocimiento de su igualdad con el hombre y en
consecuencia, accede a las actividades que antes le eran vedadas,
convirtiéndose en protagonista del cambio y del desarrollo. Así empezó la mujer a figurar en cargos
públicos, en las fábricas y grandes empresas,
en actividades educativas y culturales, e incluso en tareas que por su
riesgo o rudeza, se llegó a creer que no podían desarrollarse por ella.
Las Policías del mundo
no han sido ajenas a estos cambios por cuanto la naturaleza del servicio
policial demanda no sólo el acercamiento a la población, sino que exige al
uniformado, constituirse en guía y líder de la comunidad, a través de tareas,
que ha cumplido con gran eficacia la mujer.
En este contexto abrió las puertas del estamento armando, para la mujer, que ha incursionado en las Instituciones Policiales, de manera progresiva, hasta convertirse en elemento fundamental, en la lucha por alcanzar los objetivos de la convivencia pacífica.
En este contexto abrió las puertas del estamento armando, para la mujer, que ha incursionado en las Instituciones Policiales, de manera progresiva, hasta convertirse en elemento fundamental, en la lucha por alcanzar los objetivos de la convivencia pacífica.
En un principio la
vinculación de la mujer en diversos países del mundo a las instituciones
policiales, se dio en cargos relacionados con la protección del menor,
vigilancia de mujeres delincuentes, control del tránsito urbano y funciones
administrativas, teniéndose estas actividades como de apoyo a la policía. Este campo de acción se ha ampliado, el rol de
la mujer policía se ha extendido a las labores operativas de vigilancia,
patrullaje, servicio de inteligencia e incluso a grupos de élite que cumplen
misiones de alto riesgo. Como dato
curioso, registro las características de algunas policías en el mundo:
En Suecia, la policía
femenina es un cuerpo sui generis, por cuanto sus labores no se limitan a la
oficinas o la protección de menores, sino que sus funciones se extienden a la
vigilancia diurna rutinaria y sus agentes reciben la misma instrucción
policial, que sus colegas masculinos.
En México, ha sido el único caso en el que sus integrantes, hasta 1974
usaban minifalda en su uniforme. En
China, todas las mujeres policías son solteras.
En Corea, la policía femenina se dedica al control de los
establecimientos educativos de primaria y protección de los menores.
Hasta hace dos décadas
aproximadamente, 70 países en el mundo contaban con policía femenina. Esta cifra seguramente ha sido superada en
forma significativa.
LA MUJER COLOMBIANA
La mujer ha desempeñado
un papel fundamental para el desarrollo histórico, económico, cultural,
político y social del país.
Cacica La Gaitana |
En educación a doña Maria Gertrudis Clemencia de Caycedo, fue la fundadora
del primer colegio para mujeres, en 1783, pese a la resistencia conservadora de
la época; nació en 1710. Abrió el convento colegio para 25 niñas de sociedad y
escuela anexa para 250 niñas del pueblo.
La madre María Petronila Cuellar, quien en 1805 escribió un libro de normas para la educación femenina.
La madre María Petronila Cuellar, quien en 1805 escribió un libro de normas para la educación femenina.
Maria Gertrudis Clemencia de Caycedo |
Hay que destacar a las heroínas mártires: Carlota Armero, una joven patriota de 17 años, ejecutada en 1816, por rehusarse a contraer matrimonio con un oficial español: sostuvo que no se casaría con tiranos. María José Lizaralde, ejecutada en Zipaquirá en 1816.
Doña Rosa Zárate de Peña, fusilada en Tumaco. Doña Mercedes Abrego de Reyes, decapitada e Cúcuta, Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, fusiladas en Bogotá y Antonia Santos, fusilada en el Socorro, un día antes del triunfo de la Batalla de Boyacá.
Doña Rosa Zárate de Peña, fusilada en Tumaco. Doña Mercedes Abrego de Reyes, decapitada e Cúcuta, Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, fusiladas en Bogotá y Antonia Santos, fusilada en el Socorro, un día antes del triunfo de la Batalla de Boyacá.
Antonia Santos |
Policarpa Salavarrieta |
Manuela Beltran |
María Rojas Tejada |
María Cano |
Ofelia Uribe de Acosta |
Los pasos de María Cano fueron seguidos por una mujer de una estatura histórica comparable. Ofelia Uribe de Acosta es la referente obligada del movimiento feminista en Colombia. Lejos de ser un feminismo enfermizo y lleno de misandria, el planteamiento de Ofelia fue el de propender por la igualdad de oportunidades para la mujer.
Con el apoyo de su marido y familia adelantó campañas para que las niñas tuvieran mayor acceso a la educación básica, media y universitaria, y creó medios de difusión de las ideas en favor de la mujer, no sólo como esposa y madre, sino como trabajadora, política e intelectual, tales como La Hora Feminista (radio), Agitación Femenina y su obra máxima Verdad (prensa), producido en su totalidad por mujeres. Fue una incansable militante del Partido Liberal.
Otras mujeres dignas de citar fueron Josefina Valencia y Esmeralda Arboleda, primeras ministras de un gabinete presidencial.
Josefina Valencia y Esmeralda Arboleda |
Hoy las universidades
están llenas de mujeres. Portentosas
entidades financiera, otrora trincheras masculinas son dirigidas por
mujeres. En todas las carteras ha habido ministras.
Igual, hay mujeres dirigiendo empresas públicas y privadas, revistas,
museos, noticieros de t.v. y periódicos.
En el campo científico trabajan silenciosas. En artes y letras abundan los nombres
femeninos, y hay varias historiadoras en las academias.
Mujeres de todos los
estratos cambiaron su status de ama de casa y armadas de textos y computadores
compiten con los hombres. Por eso hay
quienes creen que tras veinte siglos de dominación masculina, el turno del
siglo XXI será para ellas.
LA MUJER POLICÍA EN COLOMBIA
Frente a las anteriores
mujeres líderes, que han dejado huella en la historia femenina del país, no
podía quedarse atrás la mujer policía, quien forma parte de esa historia,
iniciada en 1953, reafirmada luego el año 1977.
Cuando nos asomamos a
épocas pretéritas, el solo pensar en la presencia de la mujer uniformada, en
las filas de una entidad armada, era sencillamente un exabrupto, por cuanto
eran instituciones reservadas exclusivamente a los hombre; se pensaba en ese
entonces que las diferentes tareas o misiones desarrolladas por los
uniformados, sólo podían realizarse en el ámbito de la masculinidad, lo que
descartaba plenamente y en forma radical cualquier vestigio de feminidad.
Pero llegan los nuevos
vientos y curiosamente para la década de los años 50, este paradigma de la
ausencia de la mujer en la Policía, se rompe.
La Institución policial, tal vez haciéndose eco de las sabias palabras contenidas
en las sagradas escrituras, en su libro del Génesis, capítulo 2, versículo 18,
cuando decía Jehová: “ Y dijo Jehová dios: No es bueno que el hombre esté solo,
le haré ayuda idónea para él”. Entonces
Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó
una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. “ Y de la costilla que Jehová Dios tomó del
hombre”. La Policía, reitero, haciéndose
quizás, eco de ésta sabia decisión del Poderoso de Israel, resuelve
inteligentemente decir: “ No es bueno que el Policía esté solo, démosle una
mujer policía, idónea para que le ayuda en el servicio.”
PRIMERA ÉPOCA: (1953)
Teniente General, Gustavo Rojas Pinilla |
Recordemos que el país, entró en una era de prosperidad y de mayor tranquilidad. Es honesto, reconocer que durante la administración del General Rojas Pinilla, la Policía tuvo un gran auge. Se construyeron instalaciones modernas; se adquirieron uniformes, equipos y armamento; a los oficiales se les hizo miembros del Club Militar de Bogotá. La instrucción y formación del personal se intensificó. Se crearon las escuelas Antonio Nariño, de Barranquilla; Alejandro Gutiérrez, en Manizales; la Simón Bolívar, en Tulúa y la Eduardo Cuevas en Villavicencio. Se creó la Sección de Bienestar Social de la Policía Nacional, por inspiración de la madre San Luis de la comunidad de la Presentación, quien dedicó gran parte de su vida a un apostolado bellísimo al servicio de los miembros de la Policía. Esta significativa Sección, nace con la expedición de la Resolución No. 1863 del 2 de julio de 1953, suscrita por el entonces Director General de la Policía Nacional, el señor Coronel Francisco Rojas Scarpetta.
A tan importante
Sección, se encomendó la organización e instrucción de la Policía Femenina, creada
a su vez mediante resolución No. 3135 del 26 de octubre de 1953, suscrita
igualmente por el señor Coronel Rojas Scarpetta, Director General de la Policía
Nacional; marcando este hecho histórico, la presencia de la mujer policía, en
la Institución Armada. De allí se deriva
sin lugar a dudas la génesis del matiz femenino en las filas de nuestra Policía
Colombiana. La primera mujer en ingresar
fue la hija del Presidente Rojas Pinilla, María Eugenia Rojas Correa, a quien
se otorgó el grado de teniente segundo honoraria.
Las insignias le fueron impuestas el 5 de noviembre de 1953,
posteriormente la Resolución 3256, la designó como teniente primero. Más adelante aderezó su traje de Capitán, de
donde le sobrevino el conocido y popular nombre de la “Capitana”.
Se caracterizó este
cuerpo femenino por estar limitado su funcionamiento a la capital de la
República y por ser dirigido por la señorita María Eugenia Rojas Correa.
El primer curso de
policía femenina, que duró un año, estuvo integrado por 46 señoritas, incorporadas
de Antioquia, Atlántico, Bolívar, Bogotá, Caldas, Cundinamarca, Chocó,
Magdalena, Norte de Santander, Santander y Valle del Cauca.
Parámetros Normativos:
Parámetros Normativos:
Proyecciones para la policía femenina .
|
Resolución 3256/ de 1953 |
Por Decreto 3135 del 26 octubre de 1953, se formó el primer cuerpo de Policía
Femenina, que encabezó María Eugenia Rojas Correa, hija del Presidente de la
República.
Palabras
de la Teniente primera honoraria María Eugenia Rojas Correa.
María Eugenia
Rojas Correa en compañía de su padre el señor Teniente General
Gustavo Rojas Pinilla, presidente de la República.
Tras su graduación el Cuerpo de Policía Femenina fue distribuido a nivel nacional con el objeto de realizar actividades de Bienestar Social en su respectivas unidades.
Participación activa del Cuerpo de Policía Femenina en las actividades desarrolladas por el Sargento Torres Huertas en pro de la niñez. En la foto el Director General, Coronel Rojas Scarpetta, el Sargento Torres Huertas y un grupo de Policías Femeninas, cuando se llevaba a cabo la inauguración de un parque en la ciudad de Bogotá al igual que en otras partes del país.
· Prohibición
de detenerse a saludar o conversar con hombres en sitios públicos o de acres acompañar, aunque se tratara de parientes cercanos.
· El ejercicio de su trabajo se relacionaba solamente con menores de 15 años de edad.
· Prohibición de asistir a teatros, cines y espectáculos que no fueran de primera categoría; lo mismo que a restaurantes, cafés, tiendas, etc.
· Imposibilidad de mantener cualquier tipo de relación o comunicación con oficiales, suboficiales y agentes; tanto de la Policía, como del Ejército, fuera de los asuntos del servicio.
· No se les permitía el tuteo con los jefes o subalternos.
· Terminante prohibición de fumar en la calle, en los buses, salones de clase, oficinas o en los despachos de sus superiores.
· No debían hablar en voz alta en los buses o en cualquier acto público.
· Les estaba prohibido asistir a fiestas sociales, paseos, bailes, almuerzos; que no fuesen organizados por la Dirección.
· Se les prohibía que después de las 6 de la tarde o los sábados, en diligencias particulares, se colocaran el uniforme.
· El ejercicio de su trabajo se relacionaba solamente con menores de 15 años de edad.
· Prohibición de asistir a teatros, cines y espectáculos que no fueran de primera categoría; lo mismo que a restaurantes, cafés, tiendas, etc.
· Imposibilidad de mantener cualquier tipo de relación o comunicación con oficiales, suboficiales y agentes; tanto de la Policía, como del Ejército, fuera de los asuntos del servicio.
· No se les permitía el tuteo con los jefes o subalternos.
· Terminante prohibición de fumar en la calle, en los buses, salones de clase, oficinas o en los despachos de sus superiores.
· No debían hablar en voz alta en los buses o en cualquier acto público.
· Les estaba prohibido asistir a fiestas sociales, paseos, bailes, almuerzos; que no fuesen organizados por la Dirección.
· Se les prohibía que después de las 6 de la tarde o los sábados, en diligencias particulares, se colocaran el uniforme.
Lo que entonces se pensó
que llegaría a ser un avance institucional, tuvo una efímera vida, ya que
errores posteriores obligaron a disolver este servicio.
La experiencia de 1953, creó reservas y rechazos a la presencia femenina en cumplimiento de funciones policiales, debido a que este rol según el recalcitrante machismos existente para la época solo lo debería ejercer los hombres.
Sin embargo, hay que reconocer que esa situación discriminatoria contra las mujeres no era exclusiva de la Policía, sino que era una visión dominante en la sociedad mundial.
Mayor General Luis Humberto Valderrama Núñez
Director de la Policía Nacional
01 agosto de 1976 – 07 de agosto de 1978
|
Luego en enero de
1977, siendo Director General de la Policía Nacional, el señor Brigadier
General Luis Humberto Valderrama Nuñez, le correspondió la selección del primer
grupo de aspirantes a oficiales femeninos al señor Coronel Víctor Alberto
Delgado Mallarino, Director de la Escuela de Cadetes de Policía “General
Santander”, invitaba la publicidad así: “Mujer profesional, hágase oficial de
la Policía Nacional, una carrera nueva y diferente” y ofrecía concursar a
psicólogos, abogados, sicopedagogos, ingenieros industriales, comunicadores
sociales y sociólogos.
No fue
fácil para la Escuela la Selección, ya que lo novedoso hizo que acudieran
cientos de aspirantes que deseaban integrarse a la Institución.
Así, el 7
de abril de 1977, la Escuela de Cadetes de Policía “General Santander” recibió
en sus aulas un curso de oficiales de los servicios conformado por 21
profesionales, 12 de ellos mujeres; la Institución dio un gran paso al incorporarla a la vida policial,
reconoció como otras instituciones internacionales el papel que ella podría
desempeñar dentro de la organización, acepto que las facultades físicas y psíquicas de la mujer le permitían tareas
que en nuestro país estaban asignadas exclusivamente para los hombres.
Oficiales Femeninos
de los Servicios de la Policía Nacional
La experiencia
fue fascinante para quienes tuvieron la oportunidad de ingresar a la
Institución para esa época, por primera vez aparecían uniformadas entre cientos
de hombres desde cadetes hasta mayores, 12 mujeres que llamaban la atención y
sin duda alguna alegraban ese claustro.
El 15 de abril de
mismo año la escuela en una graduación de gala, entregó las primeras 12 mujeres
a la oficialidad de Colombia, desde ese entonces asesoran a los mandos en cada
una de sus disciplinas y especialidades, constituyéndose en un gran aporte para
la Institución.
En el año de
1978, el Estado Mayor de Planeación de la Policía Nacional emitió la Disposición No.020 B, en la que autoriza la incorporación de
Policías Femeninas, tanto para
Suboficiales como para Agentes profesionales por incorporación directa.
En el año 1979, la Escuela de Suboficiales Gonzalo Jiménez de
Quesada albergo en sus aulas a 110 damas quienes después de cumplir con los planes académicos egresaron 31 como suboficiales y 79 como agentes , con el objetivo
de contribuir en las campañas del gobierno en beneficio de la niñez
desamparada.
La tarea de capacitación
y formación de estas futuras servidoras de la patria fue cuidadosamente
planeada por asesores de ese instituto que contaron con la colaboración
valiosísima de cuatro damas, todas ellas tenientes de los servicios, quienes
aportaron sus conocimientos y experiencias a la difícil labor docente y directriz ;
este intento se vio realizado el 13 de agosto de 1979, cuando contando con la
presencia de la Primera Dama de la Nación Nydia
Quintero de Turbay y del señor Mayor General
Francisco José Naranjo Franco Subdirector General de la Policía Nacional, en una hermosa ceremonia llevada a cabo
en la plaza de la escuela de suboficiales, se graduaron aquellas alumnas a los
acordes de los himnos patrios.
En enero de 1980, para completar los cuadros de mando, ingresaron a la Escuela General Santander, las primeras 14 damas a formarse como oficiales de vigilancia, que 2 años después se constituirían en las primeras oficiales en el ramo de vigilancia; egresando 7 mujeres oficiales del cuerpo de vigilancia, con la promoción 49 de oficiales “Teniente Héctor Hernando Tinjaca Rodríguez”. De esta manera, el ciclo de los cuadros de mando femenino, quedó completo en el estamento policial, quedó vinculada la mujer en todos los niveles de la organización policial: agentes, suboficiales y oficiales.
Para 1989, siendo Director de la Policía Nacional, el señor General Miguel Antonio Gómez Padilla, ascienden las primeras sargentos segundos de la Policía Nacional quienes serian las integrantes del primer curso femenino de suboficiales egresadas de la Escuela "Gonzalo Jimenez de Quesada".
También por primera vez en la historia de la Policía Nacional, tres mujeres profesionales en Derecho e Ingeniería Industrial, obtuvieron en el mes de junio de 1990 el grado de Teniente Coronel en el ramo de los servicios.
El Gobierno Nacional mediante Decreto No.1109 del 25 de mayo de 1990, concedió en el mes de junio, a las mayores Gloria Lamo Jiménez, Cecilia Navarro Reyes y María Magdalena Forero de Miranda este grado histórico para la Policía Nacional.
Primeras Suboficiales técnicas aeronáuticas
las primeras Mujeres de la Policía Nacional que integraron las Misiones de paz de la ONU fueron la señora Intendente
Jacqueline Garzón y la patrullera Paola Ospina
QUE HAN DEJADO HUELLA
A través de los más de 30 años de actividad institucional, la mujer policía ha despejado interrogantes que algunos mandos con incertidumbre planteaban: ¿Estará la mujer en capacidad de ingresar a las filas de la Institución a desempeñar tareas hasta ahora realizadas por los Hombres? Esta duda se disipa cuando la mujer uniformada se desempeña con propiedad en sus múltiples actividades, sacrificando muchas veces su condición de madre, esposa o hija, y sin perder jamás su condición de mujer.
Han desempeñado eficientemente los cargos acordes con su preparación y especialidad, aportando su experiencia y sus conocimientos, actuando ante todo como profesional, enseñándole a sus superiores, compañeros y subalternos que ella no es sinónimo de decoración, sino que con su feminidad suaviza la organización y contribuye con entusiasmo y sabiduría al cumplimiento de los objetivos institucionales.
Han desempeñado eficientemente los cargos acordes con su preparación y especialidad, aportando su experiencia y sus conocimientos, actuando ante todo como profesional, enseñándole a sus superiores, compañeros y subalternos que ella no es sinónimo de decoración, sino que con su feminidad suaviza la organización y contribuye con entusiasmo y sabiduría al cumplimiento de los objetivos institucionales.
Pero este trasegar por la Institución no ha sido fácil, como cualquier mujer que intenta incursionar en medios que antes habían sido exclusivos para hombres, les ha correspondido luchar para demostrar su capacidad profesional; su entereza de carácter, su personalidad y la mística y amor que profesamos por nuestra Institución, poco a poco han encontrado su lugar y reconocimiento en la Policía Nacional.
Las mujeres que ingresan a las filas de la Institución son conscientes de que el desempeño de sus funciones como profesionales de policía o de otras ciencias, permiten el crecimiento de nuestra organización y que en nada le resta su feminidad, y por el contrario su desempeño en un medio eminentemente masculino resalta más sus cualidades de mujer.
Por último, es plausible saber que la vinculación de la mujer en las filas de la Policía Nacional, dejó de ser un experimento o un servicio transitorio, para convertirse en un proceso institucionalizado, que se ha fortalecido progresivamente, a media que la mujer policía ha logrado asumir con eficiencia y compromiso el nuevo rol de servicio a la comunidad.De esta manera son más de 13.886 mujeres uniformadas que integran hoy las filas de la Policía Nacional, las cuales han respondido íntegramente al reto de la Institución y de la sociedad colombiana, adaptándose y manteniendo una erguida posición conscientes de su función como mujeres, madres, esposas, hijas y miembros de una grande y noble Institución: LA POLICÍA NACIONAL.
Bibliografía:
-La Mujer en la Policía Nacional discurso realizado por el señor Mayor Hernando Cano Castaño-Academia de Historia de la Policía Nacional de Colombia, Cuaderno Histórico No.6.
-Nuestras Historias- Revista Policía
Nacional de Colombia.
http://www.artmajeur.com/en/art-gallery/abdenago-pulido-rincon/139042