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viernes, 19 de julio de 2013

Origen del Museo Histórico de la Policía Nacional de Colombia








Exordio
Antes de hablar de la iniciación de Nuestro Museo de la Policía Nacional, nos remontaremos al origen histórico de los museos, la idea de crear museos como espacios abiertos al público general se remonta a la época clásica, pero las fundaciones e instituciones financiadas con fondos públicos sólo se remontan a unos cuantos cientos de años.

Los gabinetes de curiosidades de los siglos XVI y XVII, serían los percusores de los museos, basados en colecciones privadas que en su mayoría eran dispersas, arbitrarias y sin clasificar. Tras el movimiento ilustrado del s. XVIII se retomara la idea clásica de acercar al público en general, no sólo a las élites o privilegiados, los trabajos de recopilación y estudio de las colecciones para que se pudiera contemplar en su conjunto y de manera ordenada. Esta nueva concepción abriría el estudio del Arte, los inventos, la Historia, los objetos, usos y tradiciones que están reflejados en la cultura material de las colecciones y centraría a la colección como principal elemento del museo para que el visitante tenga una experiencia del aprendizaje y la comprensión por medio de la contemplación y el descubrimiento. Abriendo definitivamente el conocimiento hacia la sociedad.

Museología
La museología (del griego μουσειόν = museión 'museo', lugar de las musas y λόγος = logos, razonamiento, argumentación, habla) es la ciencia que trata de los museos, su historia, su influencia en la sociedad, las técnicas de conservación y catalogación.
Los primeros museos, llamados "Gabinetes de Curiosidades o cuartos de maravillas", surgidos a fines del siglo XV o durante el XVI en la Edad Media, eran amontonamientos de objetos desconectados entre sí, sin clasificar o indicar, que llenaban todo el espacio, provocando un exceso visual que, prácticamente, no traía aparejada información.
El concepto de museo, definido por Guillermo Budé en su Lexicon-Graeco-Latinum de 1554, como "un lugar dedicado a las musas y al estudio, donde se ocupa de cada uno de las nobles disciplinas".
Los Cuartos de Maravillas o Gabinetes de Curiosidades
Eran los lugares en los que durante la época de las grandes exploraciones y descubrimientos (siglo XVI y siglo XVII), se coleccionaban y se presentaban una multitud de objetos raros o extraños que representaban todos o alguno de los tres reinos de la naturaleza como se entendían en la época, animalia, vegetalia y mineralia, además de realizaciones humanas. Los cuartos de maravillas son los antecesores directos de los museos de la actualidad.

En general en los cuartos de maravillas se exponían las curiosidades y hallazgos procedentes de nuevas exploraciones o instrumentos técnicamente avanzados, como por ejemplo en el caso de la colección de objetos del Zar Pedro el Grande. Debido a ello, tuvieron un papel fundamental en el despegue de la ciencia moderna aunque reflejaban las creencias populares de la época (no era raro encontrar sangre de dragón o esqueletos de seres míticos). La edición de catálogos, generalmente ilustrados, permitían un acceso al contenido para los científicos de la época. Tuvieron gran importancia en el estudio temprano de ciertas disciplinas de biología al crear colecciones de fácil acceso de fósiles, conchas e insectos.
En otros casos se atesoraban cuadros y pinturas, como en el caso del archiduque Leopoldo Guillermo pudiendo ser considerados los precursores de los actuales museos de arte.
Los Cuartos de Maravillas desaparecieron durante los siglos XVIII y XIX. Los objetos considerados más interesantes fueron reubicados en los museos de arte y de historia natural que se comenzaban a crear.

Organización de las colecciones
En los Cuartos de Maravillas, las colecciones podían organizarse en cuatro categorías, denominadas por sus nombres en latín:
Artificialia, en la que se agrupaban los objetos creados o modificados por la mano humana (antigüedades, obras de arte);
Naturalia, en la que se agrupaban las criaturas y objetos naturales;
Exotica, en la que se agrupaban plantas y animales exóticos;
Scientifica, en la que se agrupaban los instrumentos científicos.
Nombres
Los Cuartos de Maravillas fueron conocidos como Cabinets de Curiosités en Francia, Wunderkammern en Alemania o Austria, Wonder Chambers en Inglaterra o Kunstkammer en Dinamarca.

Será a fines del siglo XIX cuando el Museo de Historia Natural de Londres exhiba sus objetos ordenados científicamente, gracias a las clasificaciones de Carlos Linneo.


Breve biografía de Carlos Linneo.
Linneo, nacido en la provincia sueca de Rashult en el año 1707, está considerado como el creador de la clasificación de los seres vivos, popularmente llamada hoy taxonomía. Mientras corría el año 1731, Linneo, desarrolló el sistema de nomenclatura binomial que llegaba para aclarar una larguísima situación de confusión generada por la incesante proliferación de seres vivos. El sistema pergeñado por Linneo proponía la utilización de un primer término, escrito en letras mayúsculas, con el cual se indicaría el género del ser en cuestión y la segunda parte, escrita en letras minúsculas, correspondería al nombre específico de la especie descripta.


Además, a la mencionada propuesta, Linneo, le sumó la agrupación de los géneros en familias, éstas en clases, las clases en tipos o filas y finalmente los tipos en reinos. El sistema desarrollado por Linneo sin dudas traía organización a un estado de cosas que había intentado ser resuelto con anterioridad por otros colegas como ser J.-P. de Tournefort y John Ray, aunque sin un resultado ampliamente satisfactorio como el obtenido por Linneo. La flamante clasificación binaria le permitió clasificar ocho mil especies animales y seis mil vegetales.


Otro aporte fundamental que se le destaca, también dentro de la biología, es el de haber sido el primer científico en emplear los ahora famosos símbolos del escudo y la lanza de Marte y el espejo de Venus para referir al macho y a la hembra, respectivamente.

A lo largo del siglo XX, las técnicas de exposición fueron incorporando los avances de la comunicación, hasta hoy, en que los museos pueden considerarse multimediáticos.
En la actualidad el museólogo trabaja junto a las ciencias de la comunicación y la informática. Estas informaciones escritas deben ser cortas, al estilo periodístico, pero con contenido científico. La televisión y la informática han sido incorporadas para transmitir los contenidos de forma lúdica y efectiva. La manipulación de objetos pasó a ser prácticamente una condición esencial de muchos museos, así como la inclusión de tecnología que fue durante un tiempo exclusiva de parques de diversión (dinosaurios para cabalgar, trenes para recorrer réplicas de minas, etc.).
Esto, sin duda, genera polémica, pues no son todos los museólogos que aceptan la inclusión de elementos considerados "de cultura de masa" para llevar al público el resultado de investigaciones científicas, pero la cantidad de visitas a los museos que han aceptado la incorporación de las nuevas tecnologías demuestra que este es el camino para conciliar el saber (antes considerado) "erudito" con las nuevas formas de comprender.

Origen del Museo Nacional de Colombia

Breve historia del Museo Nacional de Colombia 

Ya conocido el origen de los museos en el mundo, pasaremos ahora a hacer una breve historia de Museo Nacional de Colombia, el cual fue fundado por Ley del primer Congreso de la República el 28 de julio de 1823, el Museo Nacional de Colombia es el más antiguo de los museos del país y uno de los más antiguos de América. Durante casi dos siglos se ha consagrado a la conservación y divulgación de testimonios representativos de los valores culturales de la Nación.



Abrió sus puertas al público el 4 de julio de 1824, fecha en que el vicepresidente, general Francisco de Paula Santander lo declaró oficialmente creado. El Museo Nacional se instaló inicialmente en la Casa Botánica, la cual albergaba la colección de historia natural reunida por José Celestino Mutis y cuidaban sus discípulos; con el transcurso del tiempo a estas piezas se sumaron otras de carácter arqueológico, histórico y artístico. lo largo de su historia, el Museo Nacional de Colombia ha ocupado diversas sedes. Desde su fundación y hasta 1842 ocupó la antigua Casa Botánica -hoy desaparecida-; de 1845 a 1913, el edificio de la Aulas -actual Museo de Arte Colonial-; de 1913 a 1922, el Pasaje Rufino Cuervo -hoy desaparecido-; de 1922 a 1944, el edificio Banco Pedro A. López -hoy Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural-; y de 1948 hasta la fecha, las instalaciones de la antigua Penitenciaría Central de Cundinamarca, conocida como “Panóptico”.


La Penitenciaría, diseñada por el arquitecto constructor Thomas Reed en la década de 1850 y construida a partir del 1 de octubre de 1874, fue la prisión más importante del país durante casi 72 años. Sin embargo, en 1946 los presos fueron trasladados a la nueva Cárcel de la Picota y el gobierno destinó el edificio para albergar el Museo Nacional

Restaurado y adecuado bajo la dirección de los arquitectos Manuel de Vengoechea y Hernando Varga Rubiano, fue inaugurado como sede del Museo Nacional el 2 de mayo de 1948. 

Penitenciaría Central de Cundinamarca, conocida como “Panóptico”, antes del ser museo .

La Penitenciaría, fue diseñada por el arquitecto constructor Thomas Reed en la década de 1850 y construida a partir del 1 de octubre de 1874, fue la prisión más importante del país durante casi 72 años. Sin embargo, en 1946 los presos fueron trasladados a la nueva Cárcel de la Picota y el gobierno destinó el edificio para albergar el Museo Nacional .
















El panóptico fue restaurado y adecuado bajo la dirección de los arquitectos Manuel de Vengoechea y Hernando Varga Rubiano, fue inaugurado como sede del Museo Nacional el 2 de mayo de 1948.

En marzo de 1946, el Ministerio de Educación Nacional y la Comisión Organizadora de la IX Conferencia Panamericana decidieron destinar como sede definitiva del Museo Histórico-así conocido por entonces- al edificio de la antigua Penitenciaría Central de Cundinamarca, popularmente denominada "el Panóptico”. El proyecto inicial de reorganización del Museo tuvo la intención de recuperar el carácter original de la entidad, al proponer que se incorporaran a las colecciones históricas "los Museos de Arqueología, de Ciencias Naturales y de Bellas Artes" que funcionaban entonces separadamente.
El edificio fue restaurado y adecuado para funciones museológicas y la inauguración, programada para el 9 de abril de 1948, debió postergarse debido a los motines ocurridos en la ciudad por el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán. El 2 de mayo se abrió al público el edificio con "tres museos nacionales": en el primer piso el "Museo Arqueológico y Etnográfico"; en el segundo el "Museo Histórico" y en el tercero el "Museo de Bellas Artes". Las colecciones arqueológicas y etnográficas estaban a cargo del Instituto Colombiano de Antropología y las colecciones históricas y de arte de la Dirección del Museo Nacional, por entonces dependiente de la Universidad Nacional de Colombia. A partir de este año el Museo inició el programa continuo de exposiciones temporales al tiempo que renovó el sentido original de su carácter. La instalación en esta sede definitiva permitió al Museo desarrollar tal número y diversidad de actividades que pronto se le reconoció como el centro cultural más activo de la capital.
En diciembre de 1968 se creó el Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura), adscrito al Ministerio de Educación Nacional. Al cumplir 146 años de fundado, el Museo Nacional de Colombia pasó a depender de esta naciente entidad, junto con el Instituto Colombiano de Antropología.
Entre 1976 y 1977, el edificio fue parcialmente restaurado y se llevó a cabo una reestructuración de las salas permanentes con criterios pedagógicos y un diseño museográfico contemporáneo. El mismo proceso se siguió en 1980 con las colecciones de arqueología y etnografía.
En 1989 y 1990, con motivo de la iniciación de la restauración del edificio (programada hasta el 2000) se formuló para las salas permanentes una programación museográfica unificada en torno a un gran recorrido: la historia de la cultura nacional. Las colecciones de arqueología se incorporaron como inicio de la historia de la nación y existe el proyecto de ubicar las de etnografía indígena y afrocolombiana del siglo XX en el final del recorrido.
En 1994, el gobierno aprobó el proyecto de ampliación del Museo Nacional de Colombia, ratificado en 1995 por Ley del Congreso de la República, y en agosto del mismo año se inauguró la restauración del primer piso del edificio en el cual fueron reinstaladas las colecciones de arqueología y etnografía con un montaje museográfico contemporáneo.
En la actualidad, las colecciones del Museo ascienden a más de 20.000 piezas, símbolos de la historia y el patrimonio cultural nacionales.

Hoy, la Unidad Administrativa Especial Museo Nacional de Colombia y el Establecimiento Público Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), dependientes ambos del Ministerio de Cultura, son los encargados de la investigación, conservación y difusión de las colecciones que integran el Museo.

Origen del Museo de la Policía Nacional

Museo Histórico de la Policía Nacional
Las instituciones que perduran van sedimentando una huella de su trayectoria y quedan testimonios de ese proceso evolutivo. Los museos son hoy en día en el mundo centros de una memoria institucional. La Policía tuvo también varios intentos por institucionalizar un centro museográfico de su evolución y su articulación con la vida del País.

Por Decreto No. 227 de noviembre de 1913, el Director de la Policía Nacional, doctor Gabriel González López, creó el “Museo de Criminalística de la Policía Nacional”. Con una vida muy efímera.
Para el lector que no esta familiarizado con museografía militar, le recordamos que en pocos países la institución policial tiene su museo. El Museo de la Policía Nacional de Colombia tiene un largo y tormentoso recorrido en el tiempo y en los espacios museográficos.



 Es hasta el año de 1959 cuando el entonces señor Capitán Gilberto Fernández Castro se desempeñaba como oficial de administración de las Escuela de Cadetes General Santander, con su pasión de coleccionista y vocación museológica que tuvo la brillante idea de solicitar a las principales policías del mundo prendas, uniformes y emblemas característicos de ellas.

Solicitudes que fueron atendidas por la Real Policía Montada de Canadá, Inglaterra, la Gendarmería de Francia, los Carabineros de Italia, la Policía Federal Argentina, las Fuerzas de Policía de Alemania, Bélgica, Bruselas, Dinamarca, la Guardia Civil de España, Costa Rica, Líbano, Mónaco, Angola y los Carabineros de Chile y de los estados federales estadounidenses también varias piezas.

A medida que el tiempo paso siguieron llegando distintas colaboraciones, hasta llenarse una habitación completa en la residencia del citado oficial, por lo tanto, obligó a buscar un nuevo lugar para su depósito y lograr su exhibición y que mejor que en la Policía.


Es así, que esta nutrida colección de uniformes y emblemas fueron puestas a disposición del señor Coronel Saulo Gil Ramírez Sendoya, entonces Director de la Policía Nacional, quien de inmediato encargó al señor Capitán Fernández Castro de la organización de un centro museográfico para la Institución.

El señor Coronel Saulo Gil Ramírez Sendoya, en calidad de Director de la Policía Nacional determinó la creación del Centro Museográfico de la Institución mediante la Resolución No 02806 del 23 de junio de 1959, y responsabilizó al Casino General de Oficiales de su organización y el Capitán Fabio Londoño Cárdenas, como presidente, acogió vivamente esta iniciativa y con su apoyo tanto administrativo como espiritual, felizmente se obtuvieron  los medios definitivos para su materialización.

Entonces la Junta del casino, por medio de la Resolución No. 001 de junio de 23 y No. 002 de junio 26 del año de 1958, creó la entidad y designó al Capitán Gilberto Fernández Castro, Director de Museo de la Policía.

El director del Museo, se encargó de solicitar la colaboración de los distintos comandos de departamentos de Policía, los cuales, en su mayoría, respondieron con el envío de los más variados elementos, desde el primitivo bastón de mando de alguna lejana población indígena, hasta el sombrero de “tormento” en épocas de la conquista, o el cepo español.


Con la cooperación estrecha y efectiva del teniente Lino Arturo Girón Trujillo se obtuvo los uniformes y condecoraciones del Comisario Juan María Marcelino Gilibert, elementos que el mencionado oficial, cuidadoso investigador de la historia policial y conocedor estrecho de la familia Gilibert Vargas, guardaba celosamente.

 
El archivo de la Institución proveyó valiosos documentos originales de los primeros pasos de la vida y desarrollo de la misma, seleccionados por el Capitán Fabio Londoño Cárdenas, los que fueron colocados en las vitrinas especiales para su admiración y lectura.
Se destaca también la ayuda desinteresada y abierta del Mayor Emiliano Camargo, reconocido esgrimista de escala internacional . De los primeros instructores y comandantes del primer curso de oficiales en la Escuela General Santander en el año de 1940. hizo entrega con rasgo generoso de su uniforme de gala y otros documentos, altamente apreciables, de su época 
Posteriormente en una visita realizada por el Capitán Fernández Castro al Depósito de Armas de la Policía Nacional, localizó una valiosa y representativa dotación de diversas épocas. Armas usadas por la Policía desde sus primeros vigilantes hasta nuestros días, a la vez que se enriqueció con aquellas que hicieron parte del arsenal de algunos tristes celebres delincuentes del país y de uno u otro decomiso curioso.
Benefactores del Museo
Así  se congregaron alrededor del Museo, los primeros mecenas, porque ellos se desprendieron de valiosos objetos, prendas y uniformes, y con afecto contribuyeron a la esplendidez de la entidad cultural. Fueron ellos, principalmente, los primeros:
Señora Rosa Vda. de Gilibert y familia; Mayor Emiliano Camargo R.; Mayor Roberto Mejía Soto; Capitán Fabio Londoño Cárdenas; Capitán Antonio A. Arana Sánchez; Capitán Álvaro Gómez Mejía; Teniente Luis A. Girón Trujillo;  Don Hernán Escobar, Sargento Viceprimero Bernardo Tabares G.; Sargento Segundo Carlos E. Rico Restrepo, y Sargento Primero Guillermo Jordán R.

La historia continua
Paulatinamente se fue acopiando material documental y objetos museográficos. Todo ellos hizo venerable el carácter de la Institución, y se fue cargando de recuerdos, vestigios y testimonios materiales de un pasado glorioso y nostálgico y también de las fuerzas del crimen que doblegó la acción policial.

Es importante resaltar los recursos económicos obtenidos por parte de la Junta que presidia el Casino General, lo cual permitió mandar a construir vitrinas, estantes, bases y otros elementos necesarios para la exhibición de colecciones. También se contrataron unos óleos alusivos a los primeros vigilantes y a los hechos trascendentales en la vida institucional, con el maestro Ferreira, hoy colocados en diferentes lugares del edificio del Museo de la Policía Nacional.

 
Sede del Museo

Con una buena colección, ahora faltaba un lugar apropiado para colocar a la altura de lo que se aspiraba a presentar y tener. No resulto fácil conseguirlo porque en las distintas dependencias policiales no existía sitio y la petición por la vieja casa de la hacienda Muzu (Localizada en la Escuela General Santander), su director la negó se procedió luego, a solicitar en otros edificios públicos y, finalmente fue acogido por Doña Teresa Cuervo Borda, Directora del Museo Nacional para esas fechas, persona culta y cívica que reconocía y valoraba la relevancia del material presentado; por lo cual cedió uno de los salones más grandes ubicado en el tercer piso del Edificio.

 Para facilitar la información al público visitante que mostraba interés por las colecciones y la imposibilidad de atención personal, se elaboraron folletos de información sobre le Museo, una descripción de la Institución y la distribución de las colecciones en las salas del Museo. Constaba de los siguientes espacios: La primera de Uniformes y documentos históricos de nuestra Institución, la segunda de uniformes y distintivos de policías extranjeras y la tercera de armas.



Lo textos impresos se redactaron en español e inglés, con la colaboración en su traducción de los compañeros Mario Castillo Ruiz y Rafael Gélvez Esteban.


Todo se encontraba listo, solo faltaba su inauguración, la que se proyectó acorde con la relevancia. Se invitaron a las personalidades del cuerpo diplomático y a las altas autoridades del país, y el día 7 de mayo de 1960 tras breves palabras del señor Capitán Gilberto Fernández Castro como Director del Museo el señor Presidente de la República, Doctor Alberto Lleras Camargo, cortó la cinta y lo dio al servicio de visitantes y extranjeros. En aquel momento histórico, el cuarto museo del mundo en su especialidad.




El Museo cambia su sede a la Escuela General Santander
Después de trece (13) años de funcionamiento en el Museo Nacional, sus directivas el 26 de enero de 1973 le solicitaron a la Policía Nacional la devolución del salón ocupado. Irresponsablemente ante la historia y ante la misma Institución, en bolsas de basura y cajas de cartón fueron llevados todos los elementos a un rincón de los depósitos del almacén de la Escuela de Cadetes General Santander, de donde fueron recatados más tarde por el señor Coronel Fabio Londoño Cárdenas, quien en su carácter de Director del Instituto Docente, reorganiza el museo en sus instalaciones.

A los pocos años, para construir la biblioteca del Instituto, se vuelve a recoger sus elementos los cuales fueron llevados al Almacén del Alma Mater. Quedando así cerrado un segundo ciclo del Museo y nuevamente se archivan sus invaluables objetos, lo que dio lugar a la desaparición de algunos, hoy irremplazables.


El Museo finalmente llega al “Palacio de la Policía”

El pasado muestra, de pronto, misteriosa resurrecciones que conmocionan nuestro presente y lo influencian definitivamente y felizmente, para alcanzar una grandeza real. Se volvió, pues, a establecer la entidad en el lugar en donde ahora se tiene, el antiguo edificio- llamado “Palacio de la Policía Nacional”- en la Calle 9 con carrera 9, en Bogotá, con un área total de 4.780 mts2, distribuidos en cuatro pisos y varios salones. Enclavado en el corazón de Bogotá, el edificio conservó los elementos de una arquitectura de la época, con símbolo emblemáticos del poderío y de autoridad que allí se alojaban.


El General Víctor Alberto Delgado Mallarino, le devolvió la vida al Museo, dispuso su ubicación y nueva organización en su condición de Director General. Mediante Decreto No. 2390 del 26 de septiembre de 1984 el Ministerio de Cultura declaró este edificio “Monumento Nacional” y se le restauró, devolviéndole su originalidad y estilo sobrio.

 Tercera etapa.
Se inicio así la tercera etapa, en los anales históricos del Museo, con el nombramiento como Director del Teniente Coronel Hernando Medina Aldana, con quien realmente y,  no solo por posesión del histórico edificio, esta casa de cultura pasaba por su segunda principal época. El nuevo director logró magnificar y mejor aún, él mismo aportó muebles y enseres, e inició la biblioteca de Criminalística, una de las más completas, por cierto.

Nuevas armas enriquecieron el pabellón respectivo, así mismo se obtuvo una completa colección de placas y distintivos de policías extranjeros, adquiridos al señor Alberto Quintero de Barranquilla y otros valiosos elementos entraron a enriquecer las colecciones.

Durante su evolución, se promulgaron nuevas resoluciones de la Dirección General, como la No. 0093 del 16 de 1987, en que la que la estableció como dependencia de la Dirección Docente. Además, se le dio organización y funciones y el artículo 5 entre otros, las señala también, para la Academia de Historia, al decir:
La Academia de Historia de la Policía, determinara las investigaciones relacionadas con la ubicación de la Institución dentro del contexto histórico del país y asistirá a la dirección del museo en el estudio, recolección y evaluación de lo documentos y elementos
Determinó también su estructura, administración y las salas de exhibición así:
vCrímenes y castigos universales a través de los siglos
vLa Policía de Colombia
vArmas y equipos
vLucha contra el delito y el vicio
vDe la pena
vDel crimen
vDocumental y
vDel mundo.

El 5 de noviembre de 1993 hizo entrega de su dirección al señor Brigadier General José Domingo Murcia Florián quien, en su corto ejercicio, continuó la labor de enriquecer sus pabellones, para hacer entrega del mismo el 24 de septiembre de 1994 al señor Coronel Manuel Vivanco Vega (q.e.p.d) quien ejerció sus funciones hasta el día de su fallecimiento. Entonces asumió la dirección el señor Mayor Humberto Aparicio Navia a finales de mayo de 2000.
El señor Mayor Aparicio desde el momento mismo de su posesión como director, ha desarrollado  una magnifica gestión en el embellecimiento, restructuración y mantenimiento de este monumento nacional. creó un selecto grupo de mecenas; adelanta campañas de información e invitaciones, con lo que alcanza niveles superiores a los demás museos de Bogotá, en cuanto a la asistencia del público.
organizó nuevas salas:  Bienestar Social, Carabineros, Antinarcóticos, Carreteras, Telemática, Planeación, Comunicaciones Estratégicas, la galería de fotografías de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, y la Dirección de inteligencia Policial, sala de Directores y en especial la sala donde reposan los uniformes, documentos y elementos pertenecientes a Juan María Marcelino Gilibert, nuestro meritorio fundador; también se implemento una hermosa Capilla y un auditorio.
Así mismo ha venido proponiendo el reconocimiento de personajes de la Policía a través de la Historia. Ha sido un trabajo meritorio, hoy el Museo de la Policía Nacional tiene muchas cosas que descubrir a lo largo de sus salas. Nos presenta las diferentes épocas de la Institución y con ellas las de Colombia, pues el desarrollo institucional está enlazado con la Historia Nacional. así observamos como uniformes y equipos han sufrido, rigurosamente, en el curso de los siglos y de los años, los efectos del flujo y reflujo de los movimientos socio-políticos, tanto internacionales como patrios  sometiendo se a la línea trazada por los estados escogidos como polo de nuestros gobiernos, con excepción del colonial que estuvo acorde con la pobreza de la época y el militarismo reinante.

En el siglo XX, sólo los gobiernos que quisieron darle más realce a la Policía Nacional o por lo menos equipararla al Ejército, la vistieron de gala y la equiparon para el cumplimiento de su misión; mas son épocas no comparables a la más reciente, esplendorosa en edificios, en equipos, capacitación y no pocos lujos.

DIRECTORES DEL MUSEO DE LA POLICÍA NACIONAL




















Breve reseña histórica de la creación del Palacio de la Policía Nacional


Siendo Director de la Policía Nacional, el General Celerino Jiménez, en el año 1923 se inician las obras de construcción del edificio “Palacio de la Policía” hasta su inauguración oficial en 1926, convirtiéndose en su momento en uno de los edificios más suntuosos y ricos en aspectos arquitectónicos. No obstante las características monumentales y lo que socialmente represento no hubiese sido posible - o serian otras muy distintas si su planeación y proyección no estuvieses enmarcadas en lo que históricamente conocemos como estructura temporal de evolución, se caracteriza, por que Colombia y especialmente Bogotá se inscribe a una serie de factores de modernización industrialización y primacía urbana.

El arquitecto constructor fue el señor Alberto Manrique Martin y el maestro constructor Eugenio Galarza b. y como Habilitador de la Policía estaba el señor Tiberio Reyes C. 

Breve biografía de Alberto Manrique Martin.

Alberto Manrique Martín (1809 - 1968) fue un arquitecto colombiano de origen español que desarrolló gran parte de su obra en Bogotá.
Vida y obra

El arquitecto Manrique Martín, nació en Bogotá el 10 de octubre de 1891, hijo del ingeniero español Alejandro Manrique Canals (1853-1923) y Trinidad Martín. En 1907 empezó sus estudios en la facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional, graduándose en 1912. Ese mismo año contrajo matrimonio con Inés Convers Sicard, con quien tuvo 11 hijos. Fue Ministro de Trabajo, Obras Públicas y Defensa, en la administración del general Pedro Nel Ospina. Es el autor de varias edificaciones representativas de la primera mitad del siglo XX. Algunas de ellas se encuentran en la avenida Jiménez, como el hotel Granada y el edificio Cubillos, en el Eje Ambiental, y el teatro San Jorge una cuadra más abajo de la avenida Caracas. Murió el 29 de febrero de 1968.
Su estilo se encuentra en el cruce de tendencias art decó y modernas, que plasmó en varios de sus trabajos.
Su formación académica se la debe, en buena parte, a una especialización en arquitectura que adelantó en París (Francia) y en Bruselas (Bélgica).
En asocio con la firma Echeverry Hermanos y Cia. proyectó el edificio Cubillos, una imponente obra situada en la esquina de la carrera 8a con avenida Jiménez, de estilo francés, considerada en 1926 como la torre más alta de Bogotá.

PALACIO DE LA POLICÍA -COLUMNAS  TESTIGAS DE UN GRAN ESFUERZO

En este aparte antes que un cometario, hare una descripción del estilo arquitectónico imperante en las instalaciones donde, a lo largo de muchos lustros la Institución policial presenció y a la vez veló por el normal desarrollo de la nacionalidad colombiana, fiel a los principios que fueron su génesis: “Proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos” .
El representante legal de las “Caja de Recompensas” viendo la necesidad de que la Policía Nacional contara para sus oficinas y dependencias civiles de instalaciones que reunieran condiciones de comodidad y elegancia dignas para un verdadero “Palacio de la Policía” pensaron en la construcción de un edificio.
Para llevar a cabo los planes fijados se realizó la compra de un lote situado en la calle9 No. 9-27, predio adquirido así “El terreno con la casa contigua que en él existía por remate que hizo el juicio divisorio seguido por Simón Restrepo H. contra María Josefa Restrepo y otros, ante el Juez Primero Civil del Circuito de Bogotá, en 21 de marzo de 1923 en la Notaria Quinta de Bogotá y por adjudicación que le hizo en la sucesión de Luis Alberto Restrepo Vargas”.
El área total de este lote es de mil quinientos setenta metros cuadrados(1.570 m2), de los cuales había un área construida de mil ciento dos metros con cuarenta centímetros cuadrados (1.102,40 m2). 
Después de adquirido el lote, se abrió un concurso entre los ingenieros de la ciudad, optándose por los planos del Dr. Alberto Manrique Martin, por reunir las condiciones requeridas para el edificio y los intereses económicos de la Caja de Recompensas.
El estilo arquitectónico estaba sujeto hasta el más ínfimo detalle al plano favorecido, lo mismo que los elementos de ornamentación los cuales colocarían al edificio en un lugar preferente y entre los más importantes de la República.

Firma del contrato para la construcción del Palacio de la Policía













El señor Roberto Urdaneta Arbeláez fungiendo como presidente encargado de la República, en compañía de la primera dama, del Ministro de Gobierno y de las autoridades de la Policía Nacional, caminan con destino al lugar donde se colocara  la primera piedra del Palacio de la Policía Nacional.

Bendición de la primera piedra del edificio del Palacio de la Policía Nacional























Monseñor Emilio de Brigard Silva bendice la primera piedra del edificio del Palacio de la Policía Nacional, lo acompaña el señor Roberto Urdaneta Arbeláez presidente encargado de la República .

Firma del contrato para la construcción del Palacio de la Policía












El Excelentísimo señor Roberto Urdaneta Arbeláez encargado de la presidencia, en compañía del señor Ministro de Gobierno firma el acta de iniciación de las obras del edificio del Palacio de la Policía Nacional .


Inicio de las obras de construcción del Palacio de la Policía


Infortunadamente los fondos en efectivo con que contaba la “Caja de Recompensa” y sus entradas mensuales fueron insuficientes y en varias ocasiones  fue preciso disminuir considerablemente el numero de obreros y suspender gran parte la comprar de materiales de construcción, inconvenientes estos que obligaron llevar muy lentamente la obra.




Finalización de la construcción del Palacio de la Policía

Terminada la construcción del “Palacio de la Policía”, se puede decir que corresponde estilísticamente a los últimos intentos historicistas que se realizaron en Bogotá hasta los años 1940, inspirados en las realizaciones eclécticas y del nuevo arte europeo.

La fachada principal de tres plantas, se resolvió sobre un basamento o primer cuerpo en el cual se abrieron dos ventanales simétricos y dos puertas en los extremos.

El segundo cuerpo de dobles proporciones involucra los pisos segundo y tercero que en su tramo  central se subdivide en tres grandes arcos de medio punto, los cuales descansan sobre columnas cuyos pedestales corresponden en altura al antepecho de otras tantas ventanas, que a su vez presentan cada una de ellas tres vanos inscritos en columnillas corintias que soportan entablamentos rematados en pequeños frontones triangulares. Todo este conjunto limitado por dos pares de pilates (columnas) laterales cuyo primer tercio del fuste es estriado, y tiene capiteles compuestos correspondientes al entablamento final y remates de todas la fachada.

Termina la fachada con un ático lleno, entre pedestales, que corresponden a los pares de pilastras ya descritas y como todo adorno, forman una serie de tableros.

En el interior hay algunos cambios y adiciones pero se ha respetado la ornamentación.

La organización inicial correspondía las siguientes dependencias: Dirección General, Subdirección, General, Secretaría de la Dirección, Servicio Médico, Pagaduría, Cinco Divisiones de Vigilancia (distritos), División Central y División de Seguridad.

El costo de la edificación se calculó ascendió a un total de $208.624,15.


La edificación para los primeros años de funcionamiento fue suficiente pero con el transcurso de los años el desarrollo económico y social del país, repercutió en la Institución policial dando paso a un crecimiento acelerado y se vio en la necesidad de descentralizar alguna oficinas para su adecuado funcionamiento.

Un aspecto importante que destacar de la fachada del Palacio de la Policía es que sobre el ático de la puerta principal descansan dos esculturas alegóricas realizadas por el maestro Félix María Otálora, obra titulada “El Día y La Noche” asegurando desde este momento la unidad institucional y cultural, exaltando la estética frente a la que nos vemos sensible y cognoscitivamente confrontados.

Construcción de la nueva sede para el edificio de la Dirección General 

Las circunstancias históricas que convirtieron a Bogotá de una apacible villa a una gran urbe, obviamente se reflejaron en el pie de fuerza policial, haciéndose imperativo la construcción de un edificio que llenara requisitos ambientales y administrativos necesarios para el efectivo cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y legales.

Para esas mismas circunstancias que antaño hicieron posible y necesario la construcción del edificio de la calle novena, se repetía nuevamente en el itinerario de la Policía Nacional.
Es por ello que posteriormente se realizaran nuevos estudios para la estimación de necesidades de espacio, requeridas por cada una de las dependencias adscritas a la Dirección General, con base en los planos de desarrollo de la Institución y al crecimiento futuro que debe tener con los servicios que prestas a la ciudadanía.
En el año de 1970 después de una serie de estudios realizados se presentaron  tres alternativas para la construcción del edificio de la Dirección General a saber: Zona de San Victorino, Urbanización “El Salitre” (Avenida 63 con Avenida del Ferrocarril), Centro Administrativo Nacional (CAN), escogiéndose esta última por las ventajas que la a continuación se mencionan:

  • La Policía Nacional cuenta en este sitio con un lote de su propiedad.
  • Cercanía al Ministerio de Defensa Nacional y a otras instituciones del Estado.
  • La Policía Nacional constituye una entidad que por sus características especiales debe formar parte del Centro Administrativo Nacional.
  • El terreno ofrece proyecciones urbanísticas favorables.
Para tal fin, el día 4 de febrero de 1980, una vez adjudicada la licitación pública No.004 de 1979 a la empresa constructora ganadora, Pinski & Asociados,  el entonces Director de la Policía Nacional el señor Brigadier General  Pablo A. Rosas Guarín firmó dos contratos principales a saber:
  1. Contrato No. 090/79 relacionado con la construcción y cimentaciones por un valor de $247.632.697,29.
  2. Contrato No.014/81 para efectos de acabados y obras exteriores por un valor de $277.100.758,66.
Terminada la construcción de los edificios Dirección General y Hospital Central se calcula que el valor ascendió aproximadamente a $483.926.970 y $480.826.878 respectivamente para un total de $964.753.848,00.





Durante su gestión del señor Mayor General  Francisco  José Naranjo Franco, se destaca el particular empeño puesto en la conclusión de obras fundamentales para la Institución, como el edificio para la Dirección General y el Hospital Central .


Informe sobre el estado actual de la construcción del edificio de la Dirección General y Hospital Central  de la Policía Nacional .



En la fotografia aparece el señor Coronel Domingo Murcia Florián, Gerente del Fondo Rotatorio  cuando exponía sobre el estado actual de las obras de construcción del edificio de la Dirección General y Hospital Central, a los señores General Luis Carlos Camacho Leyva Ministro de Defensa Nacional y Mayor General Francisco José Naranjo Franco, Director de la Policía Nacional.

Informe final sobre la construcción del edificio de la Dirección General y el Hospital Central de la Policía Nacional –agosto 3 de 1982 .


Inauguración del edificio de la Dirección General y el Hospital Central de la Policía Nacional –agosto 3 de 1982 .

El señor Presidente de la República Julio César Turbay Ayala descubre la placa de inauguración del nuevo edificio de la Policía Nacional, acompañado del señor Mayor General  Francisco José Naranjo Franco, Director de la Policía Nacional y el Ministro de la Defensa .

Palabra del señor Presidente de la República Julio César Turbay Ayala y del señor Mayor General  Francisco José Naranjo Franco, Director de la Policía Nacional, con motivo de la inauguración del Edificio de la Dirección General de la Policía Nacional .

Vista aérea del nuevo edificio de la Dirección General y el Hospital Central de la Policía Nacional –agosto 3 de 1982 .


Tras la inauguración y traslado de la Dirección General  del Palacio de la Policía a sus nuevas instalaciones ubicada en el Centro Administrativo Nacional (CAN). El entonces Director General de la Policía Nacional, señor Mayor General Víctor Alberto Delgado Mallarino, determino que las instalaciones del “Palacio de la Policía” serian destinadas para el funcionamiento del Museo de la Policía Nacional lugar donde aún hoy se encuentra funcionado.

Cabe anotar que mediante Decreto No. 2390 del 26 de septiembre de 1984 el Ministerio de Cultura declaró este edificio “Monumento Nacional” y se le restauró, devolviéndole su originalidad y estilo sobrio.

Compendio fotográfico del Museo Histórico de la Policía Nacional 

Esta parte del documento, comprende una compilación fotográfica de algunas salas representativas del Museo, colecciones o elementos de trascendencia Institucional, así como también, de la majestuosa estructura que lo integra.
Compilación que busca dar a conocer este “Monumento Nacional” a todos aquellos hombres y mujeres policía que a lo largo de todo el territorio nacional aún no han tenido la oportunidad de visitarlo.













Salas del
Museo Histórico de la Policía Nacional 












































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