La Policía en la guerra de los 1.000 días.
El siglo XX colombiano, nació con la herencia de la guerra que habíamos comenzado en la agonía del siglo anterior.
EL 17 de octubre de 1.899, estalló la guerra denominada de los “1.000 días” pero que duró 1.129 días, inicio del doloroso episodio en que el ala belicista del partido Liberal se levantó en contra del régimen conservador. Sus principales escenarios fueron los departamentos de Santander, Tolima, sectores de la costa atlántica y Panamá.
Como tantas guerras, esta fue una lucha entre dos incapacidades y dos incoherencias; los conservadores tuvieron las ventajas de mayores recursos físicos, fiscales, administrativos y diplomáticos, mientras que los liberales pese a su desventaja combatieron sin lograr su objetivo. Esta guerra que se prolongó por espacio de tres años, dio lugar a que la policía se debilitara, y ya frágil en sus principios esenciales se desintegrara sin resistencia y sus contingentes abandonaran el servicio público atraídos por el llamamiento sectario que venía de los campos de batalla.
Le correspondió enfrentar en parte la guerra al electo Presidente de la República Doctor Manuel Antonio Sanclemente, quien por motivos de salud hubo de ceder su ejercicio en manos del vicepresidente Don JoséManuel Marroquín, quién seducido por sus simpatizantes, desconoció el título de legitimidad del presidente y se apoderó ilegalmente del poder.
Dr. Juan Manuel Sanclemente Presidente |
Dr. José Manuel Marroquín |
Analizando las realizaciones policiales en este periodo, se encuentra que el presidente Marroquín dictó el Decreto No. 146 del 15 de octubre de 1.898 mediante el cual, y en vista de que la sección de seguridad del cuerpo de policía estaba muy recargada de trabajo, hizo necesario un reajuste de personal. A finales de 1.899 la Policía contaba con 944 agentes agrupados en ocho divisiones.
Iniciada la guerra y declarada la turbación del orden público en todo el territorio nacional, el Presidente de la República dispuso mediante Decreto 512 del 24 de octubre 1.899 lo siguiente: “Durante el tiempo que el orden público permanezca turbado en la nación, adscríbase al Ministerio de Guerra a la Policía Nacional”, bajo esta dependencia permanecería hasta el 6 de septiembre de 1.901, cuando volvió al Ministerio de Gobierno para depender exclusivamente de este y recuperar su carácter civil, sin haber terminado aun la guerra interior.
La institución pasó a cumplir operaciones de guerra, sin desatender las obligaciones propias. Ante esta situación el presidente considerando que por causa de la misma se ha doblado el trabajo de la policía, pues además del servicio ordinario presta servicio militar, siendo continua la fatiga de ese cuerpo, decretó: “Desde el 1 de enero de 1.900 y mientras subsista la causa que lo motiva, el personal de la institución disfrutará de un 25% de sobresueldo”, esta medida fue publicada en el diario oficial.
Se supone, aunque no se conocen los motivos que haya tenido el presidente Marroquín para introducir una reforma de consideración como esta en el organismo policial, sobre todo cuando la Guerra Civil no había terminado y los gastos presupuestales debilitaban la economía de la nación, que quizá ello se entienda como un estímulo al eficiente y abnegado servicio prestado por ellos y al alza del costo de vida.
En el año 1.902, gravemente desmoralizada la Institución y servida por varios centenares de adolescentes que vinieron a remplazar ocasionalmente a quienes habían recibido del señor Comisario Juan María Marcelino Gilibert una cuidadosa preparación, la Policía se redujo a 500 hombres, se restringieron sus funciones y sobre todo, se desconoció su fundamento, porque aquellas unidades que se restaron al cuerpo de policía pasaron a integrar en parte, un nuevo organismo ideado por el gobierno, llamado “Guardia Civil de Bogotá”, cuya única misión consistió en velar por la seguridad presidencial a pesar de que teóricamente se le encomendara también la vigilancia de la ciudad.
Comisario Juan María Marcelino Giliber |
El Ministerio de Guerra a cargo del General Manuel Casabianca, ante la gran cantidad de asuntos de su despacho, se vio obligado a delegar en el Director General de la Policía, Doctor Pedro Sicard Briceño la facultad de expedir salvoconductos y pasaportes a extranjeros y personas civiles, para transitar en el departamento de Cundinamarca y fuera de él. Por Decreto 1475 del 1 de octubre de 1.902, la Policía Nacional fue dividida en dos cuerpos: La Guardia Civil y la Guardia Nacional.
General Pedro Sicard Briseño Director de la Policía Nacional |
General Manuel Casabianca |
Terminada la contienda, la Guardia Nacional que estaba integrada por 500 hombres organizados militarmente, fue suprimida obteniéndose una notable economía para el tesoro público. El 21 de noviembre de 1.902, termina la guerra con unos tratados entre el gobierno y la contraparte, que fueron firmados, uno a bordo del USS Wisconsin y otro en la finca Nederladia, los cuales tomaron esos nombres.
En parte y como consecuencia de la guerra pronto se separó Panamá de Colombia. La prolongada guerra, desbastó la economía del país, nadie sabe a ciencia cierta cuantos murieron, se cree una cifra convencional de cien mil a causa de los enfrentamientos bélicos y también a causa de epidemias y pestes. Una policía transformada y vulnerada en su filosofía y un retraso de más de cincuenta años.
Sin duda fue la guerra civil más fatal y destructiva de todas las guerras civiles formales que ha sufrido el país. La administración de esa época no fue muy coherente en asuntos de policía, la estabilidad de la Institución estuvo varias veces amenazada no tanto por afrontar una guerra civil, sino por la proliferación de disposiciones contraindicadoras.
Fuente consultada: Periódico ACORPOL edición 236, pag, 19 articulo escrito por el señor Brigadier General (RP) MAURICIO GÓMEZ GUZMÁN.
https://historiayregion.blogspot.com/2013/01/la-marcha-del-general-manuel-casabianca.html